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Cooperación y desarrollo
Tribuna
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Por qué no eres un africano más cuando vas de voluntariado

África emociona, conmueve; nadie lo duda, pero experimentar carencias durante un tiempo limitado de voluntariado no es lo mismo que vivir en la pobreza. He aquí algunos tópicos que surgen a quienes viajan al continente y que es mejor evitar

Cedida por Belén García, ilustradora y enfermera en la Fundación Estatal, Salud, Infancia y Bienestar Social (FCSAI) del Ministerio de Sanidad.
Cedida por Belén García, ilustradora y enfermera en la Fundación Estatal, Salud, Infancia y Bienestar Social (FCSAI) del Ministerio de Sanidad.

“África te cambia la vida. Me quedaría aquí. No puedo volver a ser el mismo”, dices mientras tomas el avión de regreso a casa tras un mes de voluntariado en el continente que has recorrido más que la mayoría de sus habitantes en toda la vida. Dos realidades que deberían ser una, pero no lo son: una cosa es vivir en la pobreza y otra experimentar ciertas carencias cuando se va de visita.

Vivir sin electricidad (pero bajo la luz de la linterna de tu iPhone) o comer arroz a diario te puede gustar y parecer “exótico” un tiempo limitado. Tu mente está contando los días para regresar, siendo plenamente consciente de que existe una vía de escape, sabiendo que, cuando te canses, puedes tomar un avión de vuelta y regresar a tu zona de confort. Y en ese momento del regreso es cuando sucede la bien conocida idealización de la pobreza.

Temporada alta: médico bueno busca negro enfermo

Llega el calor, se acerca el verano y empieza la temporada alta de turismo, voluntariado y también voluntarismo. Un año más, nuestros buzones de correo se colapsan de mensajes de personas con buenas intenciones que quieren ayudar “en lo que haga falta”, porque “siempre he querido ayudar”, y con un corazón sin cabeza “ya he empezado a recoger todo tipo de medicamentos”.

Cuando veo el trabajo de muchas ONG en África me pregunto, ¿dónde están los médicos negros?

Tanto los profesionales de la medicina, enfermería y otras áreas sanitarias protagonizamos buenas acciones de cooperación y voluntariado durante todo el año, pero en estas fechas también sucumbimos al temido “voluntarismo”. Este verano, médico bueno, busca negro enfermo. Es un mensaje bien evidente que se puede leer entre líneas de la mayoría de campañas.

Cinco ‘zascas’ a la idealización de la pobreza

Los médicos tenemos prejuicios, somos médicos con fronteras. Aquí algunos ejemplos:

- “Acabo de realizar mi primera cesárea en África y en mi vida. Qué subidón de adrenalina”. Y espero que sea la última. A África no se va a experimentar ni a practicar técnicas que en tu país no te dejan hacer.

- “Menos mal que no me han pillado la maleta cargada de medicamentos. Con lo corruptos que son me hubiesen hecho pagar”. No entremos a valorar la corrupción de un país extranjero en el que acabamos de aterrizar. Pero lo que sí podemos decir es que no puede introducir material (médico) de esta manera.

- “¡Quiero ir a ayudar y me han dicho que no!”. Acepta que el voluntariado no responde a tu necesidad, sino a la de los beneficiarios. Aunque no te lo parezca, ya que no siempre es así, tienes que aceptar un no como respuesta si no cumples una seria de condiciones.

Cuando donas material del hospital, en realidad no lo estás donando, lo estás robando

- “Me han dicho que dos meses es poco tiempo”. Es evidente que dos meses es más que uno, pero sin lugar a dudas, una larga estancia no son dos meses.

- “Ya he empezado a pedir a todos mis compañeros que empiecen a recolectar todo tipo de medicinas, seguro que en África todo es útil”. No robes material del hospital. Cuando donas material del hospital, en realidad no lo estás donando, lo estás robando. ¿Has preguntado lo que necesitan? ¿Has mirado si se puede conseguir en el país?

Descolonizar la mente y la cooperación

Descolonizar la mente, como dice el libro homónimo del escritor Ngũgĩ wa Thiong’o. Si no hay medicamentos, no se trata de meterlos a escondidas, sino de propiciar las circunstancias para que sean producidos. Si faltan médicos, no se trata de ir a ayudar cuando a mí me vaya bien. Tampoco de formar de manera informal, sino reforzar el sistema sanitario y formativo a través de las instituciones del país tras un complejo análisis previo, evidentemente esto no se puede realizar en una larga estancia de dos meses.

Cuando veo el trabajo de muchas ONG en África me pregunto, ¿dónde están los médicos negros? Aquí un ejemplo: la directora médica de un hospital noruego es sorprendida por un hombre con sombrero. Habla un idioma que desconozco, pero se hace entender con sus pocas palabras de inglés. Apenas entiende algo de español. Dice ser médico, lleva un fonendoscopio colgado del cuello, pero llama la atención la ausencia de bata y que va ataviado con unos pantalones bien cortos por encima de las rodillas. “Hola! Soy médico, vengo de “cooperación” a ayudar en lo que haga falta. Puedo visitar niños, adultos, mujeres embarazadas, atender partos, puedo ayudar a limpiar, a cocinar… ¡A lo que sea!”. Evidentemente, la directora le pide el título de médico y de especialista en pediatría, como afirma que es y que no ha traído.

No hagas en Etiopía lo que no harías en Noruega.

Las W del periodismo aplicadas al voluntariado y la cooperación

La cooperación y ayuda a desarrollo ha cambiado, ha mejorado, pero todavía queda un largo camino por recorrer para erradicar la mentalidad colonial y de supremacía blanca.

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