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Escuelas en red
Coordinado por Rodrigo J. García
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El poder y la alegría de aprender

En el centro de formación de personas adultas Jordi de Sant Jordi de La Vall d’Uixó, los estudiantes han pasado de ser consumidores de conocimiento a coproductores de su aprendizaje

Ilustración cedida
Ilustración cedidaJoseba García Plazuelo

“En el grupo del Nivel 2 de Educación Secundaria, me entusiasman las clases, contacto con unos compañeros geniales, me doy cuenta de que encajo. Desde el primer día encuentro ayuda y cercanía en los profesores, que son espectaculares. Tengo la suerte de tener estos profesores que parecen tratar cada caso en particular. Han hecho que tenga las ganas de estudiar que solo tuve de pequeñito”, comenta Denis Oliete, estudiante de 34 años del Centro Público de Formación de Personas Adultas Jordi de Sant Jordi de La Vall d’Uixó en Castellón.

“Me encuentro con mi tutor Àlex Segarra, que me enseña muchísimo y de lo que a mí más me gusta: las matemáticas, que se me dan bien. Me propone compaginar los estudios de Secundaria con la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años”, continúa Oliete.

Ante el interés que mostramos y con conocimiento de Denis, Azucena Bádenes, directora del centro, nos facilita información. Contextualizamos, de esta manera, La historia de Deni y avanzamos en el relato iniciado en la entrada anterior.

Flexibilizar el itinerario académico

La madurez de Denis llevó al equipo docente a optar por la flexibilización de su itinerario académico, reconociendo y valorando su modo personal de aprender. Bádenes comenta que cualquier aprendizaje nuevo era devorado por Denis y resuelto con inusitada rapidez. Solo habían pasado tres semanas asistiendo a clase del Nivel 1 de Educación Secundaria y el profesorado ya apostaba por que cursara el Nivel 2. “La observación y las actividades realizadas mostraban el dominio que tenía de las competencias básicas. Le convertían en firme candidato para un nivel superior. Lo primero era Denis y sus expectativas”.

“Tengo la suerte de tener profesores que parecen tratar cada caso en particular. Han hecho que tenga las ganas de estudiar que solo tuve de pequeñito”
Denis Oliete, estudiante del Centro Público de Formación de Personas Adultas Jordi de Sant Jordi de La Vall d’Uixó, Castellón

En el Nivel 2 comenzó con otro grupo, cuando ya había hecho sus primeros contactos en la clase anterior. El cambio podría haber activado viejas desidias. No fue así: el apoyo facilitado por el profesorado reforzaba una buena actitud y las ganas de seguir aprendiendo.

En este nuevo grupo se encuentra con Àlex Segarra, el profesor del Ámbito científico-tecnológico. Denis, a quien le gustaban mucho las matemáticas, conectó inmediatamente con Àlex. “En el momento que tenemos a nuestros alumnos delante, en nuestra clase, cada uno de una manera diferente, nos acabamos queriendo. ¡Pero es que esto es real! Te hablo desde mi experiencia”, asegura Segarra.

Una nueva clase

Denis se siente muy bien en la nueva clase, es un grupo muy activo, colaboran y aprenden unos con otros. Ayuda a estudiantes más jóvenes. Dylan tiene 19 años y, sin embargo, la relación entre los dos es cada día mayor. Denis no quiere que le pase como a él (“Esperar 15 años para darse cuenta de sus posibilidades”). A veces da clase a su grupo, sale y explica un problema. No se le da mal: igual nos encontramos ante un futuro docente. Se da cuenta de que para su entorno escolar es importante, se le respeta. Para Denis, esto significa avanzar en su desarrollo personal.

El equipo docente sigue la evolución de Denis, que cada vez se siente más convencido de que su itinerario curricular debería seguir ampliándose y aumentando su horizonte académico.

Àlex Segarra, como tutor del grupo, le sugiere que asista por la tarde a las clases de acceso a la universidad, y por la mañana siga con el grupo de Educación Secundaria. A Denis le preocupa el nivel de exigencia académica. Sin embargo, rápidamente se integra y es capaz de seguir el ritmo de clase. Empieza a gustarle. Al final, acaba pasando más tiempo en el centro que en su casa.

“Àlex le explica derivadas, funciones… y en cuanto empieza Denis rápidamente lo ve cada vez más claro e, inmediatamente, lo para y le dice… ‘Vale, vale… lo tengo’ y completa el ejercicio solo”, dice Bádenes. La directora aclara, a este respecto: “Siempre que nos encontramos con estudiantes que cursan Nivel 2 de Educación Secundaria y muestran el dominio de otras competencias académicas, los animamos a construirse, con el asesoramiento docente, un itinerario personalizado; igual que cuando tienen dificultades o barreras, la orientación hace que la exigencia se ajuste a sus posibilidades o necesidades.”

Denis se siente parte activa de su proyecto de formación y cuenta, además, con profesores que le escuchan y facilitan el camino. En el CFPA Jordi de Sant Jordi tienen muy a gala que sean las posibilidades del estudiante la referencia fundamental de su oferta de enseñanza.

Con Àlex asiste a las tutorías de Química, Matemáticas… Siente que está aprendiendo para su vida cotidiana y, al tiempo, completa su formación académica. Coincide esta percepción con uno de los propósitos de las pedagogías críticas, al entender la educación como una conversación inteligible e inteligente entre lo que se enseña en las aulas y lo que ocurre fuera de los muros escolares.

“Estoy disfrutando al mismo tiempo que formándome, incluso como anécdota te diré que he hecho una buena amistad con Gloria y Juan Carlos (dos compañeros del grupo de secundaria)”, cuenta Denis. “Y como no, con Dylan, un chaval de 19 años al que adoptamos entre los tres. Le ayudamos, no queremos que le suceda lo mismo que nos pasó hace años a nosotros. Al menos tiene nuestro apoyo y le insistimos en lo importante que es seguir formándose. No puedo explicar lo feliz que estoy ahora mismo”, manifiesta.

Asiste todos los días a clase, no ha faltado ni uno solo. Está esperando una operación de columna que ha programado para después, una vez que acabe los exámenes y pase la graduación.

Su aspiración es estudiar el grado de Matemáticas. Tiene buen nivel en inglés y con el grupo refuerza lo aprendido en sus viajes por distintos países. A veces, en algún proyecto interdisciplinar, que utiliza el idioma, Denis comparte anécdotas sobre sus viajes, lugares y personas.

Denis y distintas actividades formativas del CFPA Jordi de Sant Jordi.
Denis y distintas actividades formativas del CFPA Jordi de Sant Jordi.CFPA Jordi de Sant Jordi 

“Debería darse más visibilidad a estos centros, que forman y ponen en camino a personas a las que el sistema educativo obligatorio no les funcionó por diferentes motivos”, afirma Denis.

Esta historia de acompañamiento y cuidado docente recuerda lo que cuenta Manuel Rivas en La lengua de las mariposas sobre la manera de actuar de su maestro, Don Gregorio: “Todo lo que él tocaba era un cuento fascinante. El cuento podía comenzar con una hoja de papel, después de pasar por el Amazonas y la sístole y diástole del corazón. Todo conectaba, todo tenía sentido (…). Sentíamos el miedo de los indios cuando escucharon por vez primera el relinchar de los caballos y el estampido del arcabuz. Íbamos a lomos de los elefantes de Aníbal de Cartago por las nieves de los Alpes, camino de Roma. (…) Escribíamos cancioneros de amor en la Provenza y en el mar de Vigo (...). Era la primera vez que tenía clara la sensación de que, gracias al maestro, yo sabía cosas importantes de nuestro mundo …”

La educación hoy no es un desastre, ni mucho menos; sobre todo no debemos permitir que lo sea para los más débiles

Como ya anunciamos en la entrada anterior, Denis ha obtenido el título de Graduado en Educación Secundaria y superando la Prueba de Acceso a la Universidad, en la opción de Ciencias, con una calificación de 8,42. Además está matriculado en el Grado de Matemáticas de la Universidad de Valencia en el curso 2022/23.

La educación del siglo XXI es compleja, problemática y, en ocasiones, es objeto de duros enfrentamientos. Sabemos que en las aulas aparecen comportamientos inimaginables, que hacen que el profesorado se sienta superado. A pesar de esas circunstancias, la educación hoy no es un desastre, ni mucho menos; sobre todo no debemos permitir que lo sea para los más débiles.

La investigación nos muestra que la solución no es fácil y que los problemas actuales de los sistemas escolares no se resuelven con la vuelta a un autoritarismo disciplinante y curricular, del que es fácil detectar su olor a rancio. Un formidable avance sería considerar al estudiante coproductor del conocimiento, facilitando su participación y contribución a su propia formación; fomentando un buen ejercicio del “oficio de estudiante”.

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