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Los otros estragos de la covid: el dinero para tanta emergencia mundial no alcanza

La migración forzada, la crisis en Afganistán, el aumento de refugiados, las víctimas del cambio climático, los desastres naturales... Y el coronavirus. En 2020, los llamamientos de ayuda de la ONU llegaron a 55, un 27% más que en 2019. Y sólo se consiguió la mitad de la financiación requerida El último informe de IECAH y MSF alerta de esta brecha sin precedentes

desigualdad social Gaza
Una mujer palestina camina en la ciudad de Gaza, en una zona muy afectada por los bombardeos.MSF (Fady Hanona)
Noor Mahtani

No es nuevo que la covid lo puso todo del revés. Lo que sí es sorprendente es la creciente brecha entre las necesidades y los recursos, sobre todo cuando se le pone cifras. La emergencia es la condición en la que viven 243,8 millones de personas, 19 millones más que el año pasado. Ellos dependen exclusivamente de la ayuda humanitaria. De un ejercicio a otro, 10 países entraron en la lista de la ONU de naciones en primera línea de escasez. Y ya eran 65 antes de la pandemia. “El coronavirus puso en jaque las débiles estructuras de protección social en todo el mundo”, resume el informe de Instituto de Estudios Sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y Médicos sin Fronteras (MSF) La acción humanitaria en 2020-2021: la pandemia retrasa las reformas necesarias, publicado este jueves.

La migración forzada. La crisis en Afganistán. El agravamiento de Haití. El aumento de personas refugiadas. Las víctimas del cambio climático. La creciente ola de violencia. Los desastres naturales. Hay peleas que van mucho más allá del coronavirus, aunque pareciera que lo eclipsó todo. Las carencias crecen y los recursos se estancan. En 2020, los llamamientos de Naciones Unidas llegaron a la cifra sin precedentes de 55, un 27% más que en 2019. Y de las cantidades totales requeridas solo ha llegado a financiarse un 52%. Nunca se había registrado hasta la fecha una diferencia semejante entre solicitudes de fondos y desembolsos, sobre todo en el porcentaje destinado a paliar los estragos de la covid. Solo llegó el 40% de lo precisado. Este hito ha sido calificado como “un récord muy preocupante” por los responsables del estudio.

Al menos 48 millones de mujeres y niñas estaban en situación de necesidad de asistencia urgente en el 2020, incluyendo cuatro millones de embarazadas

Francisco Rey, codirector del IECAH, incide en esta incoherencia: “¿Cómo es posible que, en un año como el 2020, la ayuda humanitaria internacional haya sido la misma que en 2019?”. Para el experto, la pandemia ha supuesto también una ralentización de los compromisos de reforma del sistema humanitario que se inició en la Cumbre Humanitaria Mundial de 2016, a pesar de la urgencia de ello. “España fue uno de los países que se comprometió entonces a la prevención y la respuesta a conflictos y desastres de una manera más eficaz. Se propusieron iniciativas como el fortalecimiento de la capacidad local o la mejor articulación entre los actores de desarrollo de construcción de paz. Pero no se ha cumplido nada y las promesas van muy lentas”, critica por teléfono.

Los principales receptores de ayuda humanitaria internacional en 2020.
Los principales receptores de ayuda humanitaria internacional en 2020.MSF

El 81% de la población de Yemen requiere ayuda humanitaria, le sigue Eritrea (73%), Siria (67%) y Sudán del Sur (64%). Aunque la cifra global se mantiene, hay casos como el de República Democrática del Congo (RDC) y Afganistán que han experimentado una subida considerable de población en riesgo, con 7,5 y 2,7 millones más, respectivamente, que el año anterior. Los patrones de distribución por áreas geográficas siguen siendo similares a años anteriores: Latinoamérica es el principal destino (19%), le sigue Oriente Medio (18%) y África subsahariana (12%).

Las más vulnerables –de nuevo– son las mujeres y las niñas de estos territorios. La llamada “pandemia invisible” las ha puesto en una situación de especial riesgo frente a diversas amenazas, aún mayor de la que ya estaban. Las estimaciones del Fondo de Población de la ONU (UNFPA) no son nada alentadoras: al menos 48 millones de mujeres y niñas estaban en situación de necesidad de asistencia urgente en el 2020, incluyendo cuatro millones de embarazadas.

En el planeta, según un estudio publicado este martes por Médicos del mundo y Medicusmundi, 440 millones de personas precisarían intervención internacional. Para ellos, la “única herramienta” para paliar la inequidad en el ámbito sanitario es la cooperación, según advirtió Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad. Rey insiste: “El coronavirus llegó como una crisis sobrevenida y lo único que hizo fue empeorar las condiciones de la ayuda humanitaria en terreno. Principalmente en el acceso”.

Otro de los factores que dificulta la acción humanitaria es la proliferación de medidas legales antiterroristas que, en la práctica, están dificultando las labores de los organismos internacionales, llegando en algunas ocasiones a la criminalización de la ayuda y a “graves violaciones del derecho internacional humanitario”, como recalcan en el documento. “El terrorismo mata a gente inocente. Muchísima. Y no se discute su barbarie, pero el antiterrorismo también mata”, narra Raquel González, responsable de las relaciones internacionales de MSF. “En zonas de conflicto y bajo la bandera de la seguridad se permiten normas que meten en el mismo saco a quienes son calificados de terroristas como a población civil que no tiene nada que ver. Y a la ayuda humanitaria se le acusa de colaborar o ser cómplice”, explica por teléfono, “muchas veces solo nos dejan operar en un lado del conflicto y nuestro mandato, precisamente por neutralidad que representamos, es trabajar a ambos lados. No condicionados por agendas políticas o militares”.

España, a medio camino de lo prometido

La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española durante el año 2020 ha sido de 2.603 millones de euros, lo que supone un imperceptible aumento (0,07%) respecto a 2019. El peso de la AOD con respecto de la Renta Nacional Bruta ha sido del 0,23%, un esfuerzo “muy por debajo de lo necesario”, según tacha el estudio de MSF e IECAH, para alcanzar el compromiso de la coalición de Gobierno del 0,5% para el año 2023.

¿Cómo es posible que, en un año como el 2020, la ayuda humanitaria internacional haya sido la misma que en 2019?
Francisco Rey, codirector del IECAH

En las dos últimas décadas, la ayuda oficial al desarrollo (AOD) ha pasado del 0,46% en 2009 a desplomarse hasta el 0,12% en 2015, relegando la cooperación española a la cola de los donantes. Desde entonces, el crecimiento ha sido “insuficiente”.

La dificultad de acceder a la vacuna, síntoma de un “fracaso”

Uno de los aspectos más claros para los expertos del “fracaso del sistema internacional” ha sido el de la vacunación y el acceso a tratamientos contra el coronavirus. Mientras que 241 millones de personas del hemisferio norte han recibido ya la tercera dosis, el 93% del continente africano no ha sido siquiera citado para la primera. Para González, la situación provoca un mundo a dos velocidades: “Está el planeta de los que se recuperarán rápido porque ya están inmunizando hasta a los niños y ya se habla de tercer pinchazo, y luego está el otro mundo al que no llegan ni las migajas, que ya no son solo las inyecciones, sino que lo son el pago al personal sanitario, la formación, el cuidado de la cadena del frío... La covid empeoró la fragilidad de los sistemas sanitarios de los más vulnerables”.

En los países del sur, la pandemia se tradujo en servicios interrumpidos. El 40% de los países detuvieron uno o más servicios contra la malaria, se aplazaron 60 campañas de vacunación en 50 países y la mitad de las naciones. Además, la depresión y la ansiedad aumentaron en todo el mundo un 28% y un 26%.

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