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Las mujeres de Blantyre (II/IV)

La esperanza por bandera ante el cáncer

Madalo Waza se considera afortunada por haber sobrevivido al de cuello uterino, una enfermedad con alta incidencia y mortalidad en Malawi, su país de origen. Este es el segundo capítulo del documental ‘Las mujeres de Blantyre’, realizado por Médicos Sin Fronteras

En la imagen, Madalo Gwaza es sometida a una cirugía para curarla de cáncer de cuello de útero en el Hospital Central Queen Elizabeth de Blantyre, Malawi. En vídeo, la segunda parte del mini documental Las mujeres de Blantyre.
El País

“Me deprimí. La gente me decía que el cáncer no se cura”, susurra Madalo Gwaza desde la cama que ocupa en el hospital Queen Elizabeth de Blantyre, en Malawi. “Mamá, no llores, no estés triste, no pierdas la esperanza”, le dijeron sus hijos. Esas palabras le dieron fuerzas para luchar. Con Madalo y su testimonio comienza el segundo episodio de Las mujeres de Blantyre, un mini documental realizado por Médicos Sin Fronteras para visibilizar la urgencia de llevar más recursos y mejorar los tratamientos de este tipo de cáncer en el país africano. Aquí, más de 3.600 mujeres son diagnosticadas cada año, y más de dos tercios de ellas terminan muriendo a causa de la enfermedad. Se trata del tipo de carcinoma más común entre la población femenina del país y el número de afectadas es altísimo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una enfermedad que se puede prevenir fácilmente a través de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH).

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En la imagen, Elida Howa, superviviente al cáncer de cuello de útero, una enfermedad con una incidencia muy alta en su país, Malawi. En vídeo, el primer episodio de Las mujeres de Blantyre.
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Esta elevada mortalidad se debe a una combinación de factores:

- La limitada disponibilidad de la vacuna contra el papiloma humano en el país.

- La falta de controles rutinarios y de campañas de sensibilización, lo cual hace que muchas veces el cáncer solo sea detectado en fases muy avanzadas de la enfermedad;

- El acceso al tratamiento es muy limitado (solo dos hospitales en todo el país ofrecen cuidados específicos para mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino y no hay un solo lugar en Malawi donde recibir radioterapia).

- Las barreras económicas para poder llevar a cabo una simple biopsia, cuyo coste, de unos 25 euros, está lejos del alcance de muchas mujeres que viven con apenas un dólar al día. En Malawi, un alto porcentaje de la población no puede permitirse pagar una atención médica de calidad.

- La alta prevalencia del VIH entre la población solo empeora las cosas: para las mujeres que viven con el VIH, el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino es de seis a ocho veces mayor en comparación con otras mujeres.

Médicos Sin Fronteras (MSF) está llevando a cabo un programa gratuito de cáncer de cuello uterino junto a las autoridades sanitarias del Hospital Central Queen Elizabeth. Se puso en marcha en 2018, inicialmente ofreciendo pruebas de detección, consultas y tratamiento ambulatorio para lesiones precancerosas y cancerosas. A finales de 2019 comenzaron a hacerse actividades de promoción de la salud, cirugía especializada y cuidados paliativos para aquellas pacientes que se encuentran en estadios más avanzados de la enfermedad. Todo esto, dentro de la estructura del hospital y también a través del apoyo a varios centros de salud del distrito. También se llevan a cabo sesiones de sensibilización en las comunidades y ofrecemos cuidados paliativos a domicilio para aquellas pacientes que tienen una movilidad muy reducida. Y por último, en este 2020 se han iniciado campañas de vacunación contra el virus del papiloma humano junto al Ministerio de Sanidad.

Disponer de acceso a una cirugía especializada y gratuita ha salvado la vida de mujeres como Madalo, hoy residente de Monkey Bay, una aldea que está junto al lago Malawi y que ella describe como “un lugar hermoso, donde la gente viene a pescar y a nadar”. Esta comerciante de 56 años vivía de comprar pescado a los pescadores locales y venderlo después en el mercado. Su vida cambió drásticamente a finales de 2018, cuando comenzó a experimentar dolor y sangrado vaginal. “Mis síntomas siguieron empeorando y tuve que dejar de trabajar”, dice desde la cama. Sus palabras bien podrían ser las de cualquier otra mujer de esa sala, pues todas ellas han pasado por experiencias similares. “Me diagnosticaron cáncer de cuello uterino y tuve que empezar a hacer viajes regulares a Blantyre para someterme a quimioterapia. Rápidamente me quedé sin dinero. Mi hijo mayor me ayudó con sus ahorros, pero también tuve que pedir prestados 25.000 kwacha [30 euros] a un grupo de prestamistas de mi comunidad. Todavía no sé si podré devolverlos”.

A pesar de todas las dificultades, Madalo se considera afortunada por estar entre la minoría de mujeres de Malawi que han logrado acceder a un tratamiento eficaz contra el cáncer de cuello uterino y curarse. Ahora, su intención es recuperarse del todo y volver a trabajar.

En el próximo episodio, algunas de las mujeres con cáncer más avanzado y en condiciones de habitabilidad muy pobres explican sus dificultades para acceder a tratamiento.

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