Cecilia Monzón no puede leer esto, espero que la justicia sí

Escribo al filo del 8 de marzo de 2025 con la cabeza en el expediente del feminicidio de mi hermana, Cecilia Monzón. Madre, abogada, activista, feminista, quien fue asesinada a plena luz del día un 21 de mayo de 2022, en Cholula, Puebla. Víctima de seis disparos. Estamos en vilo por si, por fin, podremos iniciar el juicio por feminicidio contra los tres presuntos feminicidas: dos autores materiales y un autor intelectual.

Acabo de escribir un post sobre la última revictimización que vive mi familia desde que se señaló el 12 de marzo de 2025 como la fecha de inicio del juicio por feminicidio. Y es que de revictimización ya sé bastante. Podría empezar por decir que lo primero que me dijo la Fiscalía Especializada en Violencia de Género de Puebla fue que ellos no se hacían cargo de costes funerarios — en lugar de responder a mis preguntas sobre la investigación—. Aún se me eriza la piel pensando en el momento en el que crucé la puerta de la Fiscalía de Puebla. Esa misma puerta que mi hermana había cruzado con vida para volver a preguntar por su “carpeta de violencia familiar”. Cuatro días después yo entraba en ese mismo lugar para ser interrogada por su feminicidio.

Recuerdo que cuando por fin se integró la carpeta de violencia familiar y luego la de feminicidio, cuando se judicializó el caso, fue cuando más lejos me sentí de la justicia. Me di cuenta de que, si la Fiscalía presenta mal la acusación, una prueba o sencillamente no da argumentos fuertes, el caso no tendrá ningún recorrido. No importa que una tenga una buena asesoría o que sus alegaciones se sostengan. Las víctimas no somos dueñas de los casos. Puede ser que consigamos incidir en la forma en que se presentan, pero jamás será nuestra decisión. Solo somos coadyuvantes, como no se ha cansado de repetir la defensa de los acusados para venir a decir que somos menos que nada.

El machismo en México le roba a las mujeres su vida, sus cuerpos, sus almas, solo para llegar a una justicia que les roba el poder de decidir sobre sus casos, dejándolas a expensas de que haya suerte y las fiscalías presenten investigaciones fuertes o, por el contrario, caigan en la total y absoluta revictimización. ¿Doy un ejemplo más de revictimización? A tres semanas de la fecha de inicio del juicio, le han vuelto a conceder un amparo inexplicable a Javier N. (autor intelectual del crimen y ex político) por el que podrá pedir seguir el proceso en libertad. Un amparo con un criterio no previsto en la ley y que es contrario a las resoluciones de amparo previas que ya denegaron lo mismo hace meses. Otro recurso y más honorarios que cubrir para asumir este circo montado por la defensa.

Nuestros asesores legales trabajan el caso con los ministerios públicos de la Fiscalía General del Estado y yo voy a México cada vez que es necesario. Ya he perdido la cuenta. He intervenido en varias ocasiones en audiencias —a veces de más de 12 horas— de forma presencial o telemática. Todo este trabajo queda en manos de que la suerte no se pueda vender y comprar para que no exoneren a los feminicidas de mi hermana.

Llego a este momento habiendo visto como una y otra vez se nos revictimiza en su máxima expresión, como en el interrogatorio asfixiante que me hizo la defensa durante el caso de violencia familiar, pero no solo ahí. La revictimización ha sucedido en cada momento del proceso. En las suspensiones durante las demandas de amparo infundadas y en las demoras injustificadas.

¿Es esto justicia? No lo parece y pese a todo, lo volvería a hacer. Lo volvería a hacer por él, mi sobrino, el hijo de Ceci. Para que sepa algún día que la justicia por su madre existe y que su asesinato no ha quedado impune como sucede con el 95% de los feminicidios en México. Si conseguimos que por fin le crean a mi hermana, a las pruebas en contra de los agresores y la Fiscalía hace bien su trabajo, las mujeres en México se sentirán un poco más escuchadas, un poco más seguras y un poco más libres. Queremos justicia, queremos condenas máximas para los feminicidas de Cecilia Monzón.