2024: mal año para la economía mexicana
Las expectativas de crecimiento quedaron lejos de cumplirse el año pasado y el tipo de cambio se depreció más de lo esperado. Por otro lado, la inflación subyacente se comportó mejor de lo esperado
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El 2024 no fue un buen año para la economía mexicana. Por un lado, las expectativas de crecimiento económico quedaron lejos de cumplirse, el tipo de cambio se depreció bastante más de lo esperado y la inflación general quedó por encima de lo previsto. Por el otro, la inflación subyacente tuvo un mejor desempeño de lo que se preveía. La tasa de interés objetivo del Banco de México, por su parte, se quedó también por encima de lo anticipado. De alguna manera, todos estos elementos están interrelacionados. Veamos cada uno de estos elementos con mayor detalle.
A fines de 2023, la encuesta sobre las expectativas de los especialistas del sector privado que realiza mes con mes el Banco de México reportaba que estos esperaban un crecimiento de 2.3% del PIB en México durante 2024. Más tarde, incluso aumentaron esta expectativa a 2.4%, la cual mantuvieron hasta la encuesta realizada a finales de marzo de ese año. La expectativa gubernamental se encontraba en un rango que iba de 2.5% a 3.5%, aunque la estimación puntual que utilizaban en sus cálculos era de 2.6%. Las previsiones de las instituciones multilaterales fluctuaban en general torno a ese valor, ya que iban de 2.5% a 2.7%. La expectativa más optimista era la del Banco de México, que todavía en su informe de febrero de ese año preveía un crecimiento en un rango de 2.2 a 3.4%, con una estimación puntual de 2.8%.
La realidad fue que todos esos pronósticos resultaron ser muy optimistas. Las cifras recientemente reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI) muestran que el crecimiento del PIB en todo 2024 fue de sólo 1.5%. Peor aún, corrigiendo por estacionalidad, el crecimiento del PIB habría sido de solo 1.2%. La explicación de esta diferencia es porque 2024 fue un año bisiesto, por lo que tuvo un día más que 2023. Como se puede ver, incluso tomando el valor más alto (1.5%), el crecimiento de 2024 estuvo muy por debajo de lo previsto. Estuvo debajo incluso de los rangos más pesimistas que habían previsto analistas e instituciones oficiales. Quizá lo peor de todo esto es que la economía mexicana se desaceleró a lo largo de todo 2024 y que el cierre de año mostró incluso un mucho menor dinamismo: en su comparación anual, el PIB del último trimestre de 2024 fue apenas 0.5% más alto que el del mismo periodo de 2023; sin embargo, en su comparación trimestral, y usando cifras corregidas por estacionalidad, el PIB del último trimestre de 2024 fue menor en 0.6% que el del trimestre inmediato anterior. Esto implica que la economía mexicana está al borde del estancamiento, sino que es incluso de una recesión.
El otro indicador que tuvo un peor desempeño de lo previsto fue el tipo de cambio. Los especialistas anticipaban una depreciación de aproximadamente un peso (o de 5%) a lo largo del año, ya que preveían que cerraría 2023 en 17.57 pesos por dólar y que terminaría en 2024 en 18.53. La realidad fue que el tipo de cambio terminó 2023 en 16.92 pesos por dólar y cerró 2024 en 20.79, es decir, un ajuste de cerca de 4 pesos (o del 23%) a lo largo del año. El ajuste importante en el tipo de cambio ocurrió inmediatamente después de las elecciones en México, por lo que su explicación recae en factores más políticos que económicos. Tan sólo entre el día previo a la elección y el mes de septiembre, el peso brincó de 17 a 20 pesos por dólar. El ajuste ocurrió en respuesta al hecho de que el partido en el poder obtuvo la mayoría calificada en el Congreso, lo que le permitió realizar cambios constitucionales que no eran bien vistos por los mercados, como la reforma del poder judicial y la eliminación de varios órganos autónomos. El último factor de ajuste, el que llevó al tipo de cambio por encima de los 20 pesos por dólar, es más probable que se haya debido a la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y al reavivamiento de las amenazas de aranceles generalizados a las exportaciones de productos mexicanos.
Por el lado positivo, la inflación subyacente en México durante 2024 tuvo un comportamiento mejor a lo anticipado. A fines de 2023 los analistas preveían que la inflación general y la inflación subyacente cerrarían el 2024 en 4.0% y 4.06%, respectivamente. La inflación general anual de diciembre cerró en 4.29%, mientras que la subyacente terminó en 3.65%. Aunque los resultados parecerían ser mixtos, en realidad el balance es positivo. La inflación general anual de la última quincena del año fue de 3.99%, por lo que se puede decir que prácticamente estuvo en línea con lo previsto. La inflación subyacente, por su parte, claramente estuvo por debajo de su pronóstico.
Finalmente, la tasa de interés objetivo del Banco de México cerró el año en 10%, aunque las previsiones eran que podría cerrar en 9.25%. Esto implica que el Banco Central mantuvo una política monetaria más restrictiva de lo que se preveía. En parte, esto se debió al aumento en la incertidumbre que resultó de las elecciones en México y en Estados Unidos y del hecho de que la inflación general no parecía estar bajando suficientemente rápido. Es probable que la importante depreciación del peso durante el segundo semestre del año también haya jugado un rol en el mantenimiento de un mayor apretón monetario.
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