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Alfredo del Mazo, el “villano” tras la derrota del PRI

El gobernador es el principal señalado tras el fracaso del tricolor, que tendrá que ceder el poder en el Estado de México por primera vez en 94 años

Elías Camhaji
Alfredo del Mazo durante una conferencia este lunes
Alfredo del Mazo durante una conferencia este lunes, en la ciudad de Toluca (Estado de México).Crisanta Espinosa Aguilar (Cuartoscuro)

El PRI tiene un nuevo “villano” tras el fracaso en el Estado de México. El gobernador Alfredo del Mazo se ha convertido en el principal señalado tras la derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el pasado domingo. La cúpula del tricolor, que tendrá que ceder su bastión más importante luego de 94 años de gobiernos ininterrumpidos, no perdona la ausencia del mandatario durante toda la campaña, su “traición” a los intereses de su partido y la falta de apoyo a la candidata de la coalición Va por México, Alejandra del Moral. Así lo ha señalado el líder priista, Alejandro Alito Moreno, que también ha sido apuntado con el dedo en la búsqueda de culpables después de uno de los descalabros más duros en la historia de la formación.

“El gobernador del Estado de México le dio la espalda a la militancia priista y eso está a los ojos de todos”, reclamó Alito al término de una conferencia con sus socios de la coalición opositora, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). El presidente del PRI tampoco se guardó nada durante la rueda de prensa, al insinuar que Del Mazo no hizo lo suficiente para evitar la debacle del partido y que le faltó “carácter”. “Los priistas dimos en su tiempo y en su momento la vida por Alfredo del Mazo, caminamos las calles en 2017. ¿Qué era lo que necesitaba la militancia? Es reciprocidad, respaldo sin violar la ley”, agregó.

Jesús Zambrano, el líder del PRD, se hizo eco de las quejas de Moreno y habló de un supuesto pacto con Morena y el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador “para entregar la plaza, quién sabe a cambio de qué”. El PRI recibió el voto de confianza de sus aliados de Va por México para lograr la victoria en Coahuila y el Estado de México, dos feudos que solo han tenido gobernadores priistas en los últimos 100 años. El tricolor solo pudo salir avante en Coahuila, donde Manolo Jiménez consiguió un triunfo contundente, prácticamente con un margen de tres a uno sobre su más cercano competidor, Armando Guadiana, de Morena.

En los últimos años, el PRI ha visto cómo se ha erosionado su presencia en el mapa político de México. Ningún partido había podido rivalizar con la estructura territorial priista en los 32 Estados hasta que llegó Morena. El partido del presidente ha engullido uno a uno los viejos territorios priistas, ha seducido a cada vez más operadores locales y se ha convertido en la opción más atractiva para varios cuadros que buscan extender lo más posible sus carreras políticas. De los 23 gobernadores adheridos al movimiento de López Obrador, casi una decena militó en el PRI: Layda Sansores (Campeche), David Monreal (Zacatecas), Lorena Cuéllar (Tlaxcala), Américo Villarreal (Tamaulipas), Julio Menchaca (Hidalgo), Alfonso Durazo (Sonora), Miguel Ángel Navarro (Nayarit) y Salomón Céspedes (Puebla). De haber ganado, Guadiana se habría sumado también. En la lista de liderazgos con pasado priista están pesos pesados como tres aspirantes a la presidencia en 2024 ―Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López―, así como el propio López Obrador.

Pero los principales señalados dentro del PRI son quienes han pasado de ser gobernadores a ser designados como embajadores en esta Administración. El sinaloense Quirino Ordaz está al frente de la Embajada de España. Claudia Pavlovich, exmandataria de Sonora, se fue como cónsul a Barcelona. Carlos Joaquín, exgobernador de Quintana Roo, está ahora en Canadá. Carlos Miguel Aysa, exgobernador de Campeche, recaló en República Dominicana. El nayarita Antonio Echevarría y el guerrerense Héctor Astudillo también fueron tentados en su momento con un cargo diplomático. Otros, como el oaxaqueño Alejandro Murat, tuvieron que decir abiertamente que no aceptarían una oferta en ese sentido.

“¿Qué embajada habrá negociado Alfredo del Mazo?”, dijo esta semana Paloma Sánchez, diputada priista y portavoz del partido. “Esto es lo que pasa cuando un gobernador da la espalda a su partido”, agregó. El gobernador mexiquense también ha sido cuestionado por hacer recorridos oficiales con el Gobierno federal, así como por su cercanía con Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de Ciudad de México.

Del Mazo, que supuestamente tuvo roces con la dirigencia nacional por el proceso de selección de la candidata priista en el Estado de México, no ha querido entrar en polémicas y se ha mantenido distante. “Esta es ya una elección histórica que tiene como resultado a la mujer que será la primera gobernadora”, dijo el gobernador para felicitar a Delfina Gómez de Morena. También tuvo palabras para Del Moral. “Quiero hacer un reconocimiento especial a la candidata de la coalición Va por el Estado de México, la candidata de mi partido, el PRI, Alejandra del Moral, por su gran desempeño, por su entrega, por los resultados obtenidos”.

López Obrador también saltó a la polémica este martes y calificó de “kafikianos” e “infundados” los reclamos a Del Mazo. “Es lamentable esa actitud”, dijo el presidente al asegurar que no se puede pedir a un gobernador que viole la ley para favorecer a su partido. La oposición dijo tras los comicios que había sido una “elección de Estado” orquestada desde Palacio Nacional, la sede del Gobierno federal. En medio de la ola de especulaciones y reproches, lo único claro es que Del Mazo concluirá su mandato en septiembre próximo.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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