Los hermanos Z-40 y Z-42 se declaran no culpables de narcotráfico en una corte de Estados Unidos
Los líderes del sanguinario cartel de Los Zetas son acusados de tráfico de drogas, especialmente cocaína, blanqueo de capitales y posesión de armas de fuego


Los hermanos Miguel Ángel y Óscar Omar Treviño Morales, Z-40 y Z-42, jefes del brutal cartel de Los Zetas, se han declarado no culpables de los delitos de crimen organizado que les imputa Estados Unidos. Los capos han comparecido este viernes en una audiencia en la Corte de Distrito de Washington (Distrito de Columbia). La Fiscalía de EE UU acusa a los hermanos zetas de tráfico de drogas, particularmente cocaína, blanqueo de recursos y posesión de armas ilícitas. La declaración de no culpabilidad implica que los Treviño Morales irán a un juicio en el que declararán e intentarán probar su inocencia. Las autoridades del país norteamericano han anunciado que solicitarán una sentencia de cadena perpetua para ambos capos, que fueron entregados por México a Washington en febrero, como parte de la operación sin precedentes que permitió el envío de 29 líderes criminales reclamados por el vecino del norte.
Las deudas del Z-40 y el Z-42 con la justicia de Estados Unidos están pendientes desde hace años. A mediados del año pasado, el Departamento de Justicia de EE UU hizo pública una nueva acusación contra los hermanos, en la que señalaba que ambos seguían controlando el cartel desde prisión, tras “instalar a varios miembros de su familia para dirigir las operaciones en su nombre”. El documento indicaba que el Z-40 y el Z-42, entonces de 51 y 48 años, eran responsables de “innumerables actos de violencia, incluyendo asesinatos, asaltos, secuestros y tortura”. Señalaba que de 2003 a la fecha los capos han traficado en México, Guatemala, Venezuela, Colombia y Estados Unidos 45 toneladas de cocaína, y que en un plazo de un año obtienen ganancias de 10 millones de dólares. Tan solo a EE UU han ingresado al menos 14 toneladas de cocaína, de acuerdo con la acusación.
La organización dirigida por los Treviño Morales es responsable de la escalada de la violencia en México en la guerra contra el crimen organizado, con una distinción que marcó su estilo criminal: el salvajismo. Los Zetas estuvieron detrás de masacres como la de San Fernando (Tamaulipas), en la que asesinaron a 72 migrantes; la de Allende (Coahuila), en la que mataron alrededor de 300 pobladores, y la del Casino Royale (Nuevo León), en la que murieron a 52 personas.
EE UU acusa a los hermanos Z-40 y Z-42 de haber asesinado a funcionarios mexicanos, policías y militares; a miembros del Cartel del Golfo y de los propios Zetas, así como a representantes del Gobierno de Guatemala y a narcotraficantes de ese país centroamericano. Además de cocaína, los Treviño Morales son acusados de traficar marihuana a Estados Unidos. Se les acusa de poseer y transportar armas de fuego, incluidos rifles de asalto, y de blanquear dinero obtenido de sus actividades ilícitas y de utilizar para ello fachadas en México y EE UU.
El Z-40 fue detenido en 2013, y su relevo en la estructura del cartel fue asumida por su hermano, Z-42, capturado a su vez en 2015. Estados Unidos ha pedido la extradición de los hermanos criminales desde su detención en México, pero ambos capos lograron posponer sus procesos en los tribunales por alrededor de una década, gracias a una estrategia legal que consistió en poner en duda su identidad (sus abogados decían que tanto Miguel Ángel como Óscar Omar Treviño Morales eran homónimos, confundidos e inculpados injustamente por las autoridades mexicanas). Los hermanos acudirán a una nueva audiencia en Estados Unidos el próximo 13 de junio. Mientras tanto, permanecerán en una prisión de Washington.
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