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La ‘Ley Malena’ castigará los ataques con ácido con hasta 12 años de prisión en Ciudad de México

El Congreso local aprueba considerar intento de feminicidio este tipo de agresiones si el daño físico es permanente o si afecta a los órganos sexuales reproductivos

Elena Ríos durante una intervención en el Palacio Legislativo de Ciudad de México
Víctimas de violencia ácida y colectivos feministas durante una protesta en el Palacio Legislativo de Ciudad de México, el 31 de enero de 2023.Nayeli Cruz
Almudena Barragán

Ciudad de México ha dado un paso más en la protección de los derechos de las mujeres y las personas atacadas con ácido. El Congreso local ha aprobado por mayoría absoluta una reforma de la Ley de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia para incluir el concepto de “violencia ácida” en su articulado y ha reformado el Código Penal local para que los ataques con sustancias químicas sean castigados con una pena de entre 8 y 12 años de prisión. La medida ha sido bautizada como Ley Malena, en homenaje a la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos, atacada con ácido en 2019.

La decisión ha sido recibida entre aplausos y gritos de felicidad. Entre ellos, los de la propia Ríos, quien ha sido invitada a la votación. A su lado se encontraba Elisa Xolalpa, atacada con ácido por su pareja hace 22 años en Ciudad de México y quien sigue esperando que su caso se haga justicia. “Abajo el patriarcado, que va a caer. Arriba el feminismo, que va a vencer”, han coreado las presentes en la tribuna de invitados.

La reforma del Código Penal incluye que las penas aumentarán en una mitad cuando se cause deformidad en el rostro, haya daño órganos o en el caso de que la víctima sea niño, niña, adolescente o persona con discapacidad. Este tipo de ataques, además, será considerado feminicidio en grado de tentativa, si el daño físico es permanente o si afecta a los órganos reproductores sexuales. En este caso, las penas podrían alcanzar hasta los 30 años de prisión. La reforma del texto incluye multas de 300 a 700 veces la unidad de medida para “quien cause un daño en la integridad física o salud, utilizando diversas sustancias y/o compuestos químicos, que provoquen lesiones internas, externas o ambas”, puede leerse en el articulado. La nueva ley contempla la reparación de las lesiones de las víctimas. Antes, las mujeres tenían que costearse a través de la sanidad privada los tratamientos y operaciones para reconstruir su cuerpo.

La iniciativa ha sido aprobada después de un año de trabajo entre legisladores, activistas, organizaciones e instituciones como la Fiscalía General de Justicia y la Comisión de Derechos Humanos. La diputada morenista Ana Francis López Bayghen, presidenta de la Comisión de Género en el Congreso, ha destacado en la tribuna que la reforma busca regular la violencia ácida como un nuevo tipo de agresión contra las mujeres porque causa “dolor, sufrimiento, humillación y deja una marca permanente en ellas”, a través de lesiones temporales o permanentes, internas o externas y que pueden provocar discapacidad o poner en peligro la vida de las mujeres y de sus hijos. “Las consecuencias de estos ataques provocan ceguera, cicatrices permanentes y dificultades sociales porque la mayoría pierden su empleo o no consiguen trabajo después”, ha agregado López Bayghen.

Por su parte, la diputada de Morena Marcela Fuente Castillo, impulsora de la reforma, ha reconocido el trabajo de las activistas y de las víctimas, sin las que no hubiera sido posible que se aprobara la ley. “La violencia ácida pretende marcarnos de por vida, como propiedad privada, pretende destruirnos, pero gracias a voces como las de Malena, Elisa, Sandra, Carmen, Camila... hoy presentamos una iniciativa fundamental para el acceso de las mujeres a la justicia”. Ciudad de México es el sexto Estado que regula la violencia ácida en su Código Penal. Antes de la capital, Baja California, Quintana Roo, Colima, Campeche y Puebla legislaron en el mismo sentido.

Hasta ahora este tipo de violencia solo era considerado como agravante dentro de un delito de lesiones. La medida, sin embargo, contempla que estos ataques puedan alcanzar el grado de tentativa de feminicidio ―intento de feminicidio― si representan un daño severo para la víctima. En torno al 94% de los ataques con ácido en México quedan impunes y la legislación de la mayoría de los Estados todavía no los contempla específicamente como violencia de género hacia las mujeres, de acuerdo a la Fundación Carmen Sánchez.

López Bayghen ha señalado que después de un ataque con ácido se vulnera el derecho de las mujeres a la justicia debido a que las autoridades no prestan la debida atención a los casos o no los clasifican correctamente. Algunos son archivados como delitos de lesiones o como violencia familiar, otros ni siquiera son registrados. Esta es una de las razones por las que el país no cuenta con estadísticas claras sobres ataques con ácido, algo que la nueva ley trata de cambiar. A partir de ahora se obligará a las instancias de salud y de justicia a realizar un registro sobre violencia ácida.

Entre 2010 y 2022, cada año unas 270 mujeres ingresaron en un hospital tras ser atacadas con ácido, químicos o alguna otra sustancia corrosiva. La información fue publicada por el periódico Milenio tras una solicitud de información realizada a la Secretaría de Salud federal. Sin embargo, estos datos solo reflejan una parte de los ataques. No existe información sobre los casos atendidos en hospitales estatales o clínicas privadas. Tampoco hay registro de casos en los que se produjo la agresión, pero la mujer no fue llevada a un hospital. Hasta la fecha, los ataques con sustancias químicas en la mayoría del país siguen siendo considerados un delito de lesiones y no un intento de feminicidio.

De los 1.500 casos de ataques con ácido en todo el mundo que registró la organización Acid Survivors Trust International (ASTI) en su último informe, el 80% de las víctimas eran mujeres. En México organizaciones como la Fundación Carmen Sánchez ha registrado en las últimas dos décadas decenas de casos de víctimas de violencia ácida. El 85% del total, fueron cometidos por un hombre, en su mayoría parejas o exparejas de las mujeres atacadas.

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Almudena Barragán
Periodista de EL PAÍS en México. Escribe sobre temas sociales con perspectiva de género: desigualdad, violencia y feminismo. Ha trabajado en la sección Verne México y en diversos medios españoles y mexicanos, entre los que destacan El Economista.es y El Financiero Bloomberg. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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