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López Obrador cuenta cómo la filtración de la DEA tensó la relación con Estados Unidos

El presidente mexicano solo aceptó recibir a la asesora de Seguridad de la Casa Blanca después de que Biden se lo pidiera por teléfono

AMLO y Joe Biden en la Casa Blanca
Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, durante una reunión en la Casa Blanca, el 12 de julio de 2022.KEVIN LAMARQUE (REUTERS)
Carmen Morán Breña

López Obrador ha contado en su conferencia que la filtración de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) en la que se relacionaba su campaña electoral de 2006 con dinero del narcotráfico interfirió días atrás en los encuentros de trabajo que mantiene el Gobierno mexicano con el país vecino. Ante la petición de que se reuniera con la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, el presidente mandó decir a través de la secretaria de Relaciones Exteriores que no lo haría. “¿Si ellos tienen sospechas de mí, cómo los voy a recibir, cómo van a estar sentados con un presidente vinculado al narcotráfico? Así se lo dije”.

El mandatario estadounidense llamó después por teléfono a López Obrador cuando estaba de gira por Chiapas, sin cobertura en los celulares. Pudo atenderle algo después. Biden le pidió entonces que recibiera a su asesora Elizabeth Sherwood-Randall para tratar asuntos migratorios y esta vez López Obrador contestó que sí, “porque Biden es una persona transparente y respetuosa, en la plática por teléfono hubo un trato amable”, ha añadido. De este modo acabó el enfado del presidente mexicano y se celebrará esa reunión este martes, en la que también participarán funcionarios de Canadá, ha informado López Obrador.

El asunto de la DEA incomodó al dirigente mexicano, quien hoy ha repetido que todo ello es parte de la “descomposición política que tienen”, aludiendo, de nuevo, a la falta de pruebas de la “supuesta investigación” sobre su campaña electoral. Lo ha enmarcado en ataques electoralistas debido a la cercanía de los comicios de junio de 2024, las presidenciales mexicanas. Y hasta ha proyectado un poema de Rubén Darío titulado La calumnia, para concluir que la estrategia no es más que “tirar aceite”.

La periodista Anabel Hernández y dos medios estadounidenses, ProPublica e Insight Crime, publicaron que la DEA investigó dos años declaraciones de narcotraficantes en las que se afirmaba que colaboraron económicamente con dos a cuatro millones de dólares en la primera campaña presidencial de López Obrador. La información de ProPublica señala que no es posible determinar si López Obrador conocía esas supuestas aportaciones, aunque sostiene que un colaborador cercano al presidente sí lo supo. La DEA cerró la investigación por falta de elementos probatorios y debido a los problemas diplomáticos que implicaría interferir en los asuntos de México. A López Obrador le parece que todo esto tiene que ver con el disgusto de la DEA, porque ya no puede entrar y salir de México para sus investigaciones como ocurría antes, ha dicho.

Con todo, el presidente ha zanjado el asunto diciendo que “lo de la DEA es secundario” y se ha centrado en recordar las medidas sobre migración que ha planteado a Estados Unidos. “Se las leí [a Biden] para que quedara constancia. Seguimos hablando de estos temas”, ha recalcado. Ha cargado contra el gobernador texano, Greg Abbott, “o cualquier otro senador o diputado republicano”, por sus amenazas de bloquear el presupuesto que Estados Unidos quiere enviar a Ucrania si no facilitan sus iniciativas de cerrar las fronteras. “Ucrania. ¿Y a nosotros qué? Ojalá no autoricen el presupuesto para la guerra. No al armamentismo, el dinero debe ser para el desarrollo de los pueblos”, ha señalado. Ha acusado a los republicanos, con Abbott a la cabeza, de “no querer a los migrantes ni a los mexicanos”. “Con un poco de luz en la frente, no se puede votar a quienes piensan o actúan así”.

El presidente ha aprovechado para recordar sus reclamos sobre migración, entre los que incluye lo que él llama “atender las causas”, es decir, levantar el bloqueo económico a Cuba y suspender las sanciones a Venezuela así como librar 20.000 millones de dólares para América Latina y el Caribe. Ha pedido también que se regularice a los mexicanos que llevan más de cinco años trabajado legalmente en Estados Unidos y que se mantenga la recepción de migrantes por vías legales.

Sobre la construcción de muros fronterizos, ha hecho chanza: “¿Ustedes creen que eso lo aprueben los estadounidenses?”. “El cierre de las fronteras no lo aguantan las empresas ni una semana”, ha señalado.

Los intercambios comerciales entre México y Estados Unidos son tan grandes como la propia frontera y el cierre de las aduanas debido a las crisis migratorias hizo saltar las costuras entre los empresarios recientemente, que pronto reclamaron el restablecimiento de los puntos aduaneros.

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Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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