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México 2024: una mujer al frente del país y el momento económico más interesante en lustros

El nuevo año electoral augura cambios que, según los analistas políticos, pasan por la posible desaparición del PRI o la consolidación de Movimiento Ciudadano como un partido de oposición

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez
Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Carmen Morán Breña

El año que viene México tendrá una presidenta al frente del país. No por sorprendente es menos predecible. Casi nadie duda ya, a pesar de los avatares que depara la política, de que Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez se harán con las riendas del poder. El tercer candidato o candidata sería el de Movimiento Ciudadano, aún sin determinar, pero pocos expertos creen que la joven trayectoria de este partido y sus últimos traspiés le permitan colocar a nadie en el sillón presidencial. Lo que falta por determinar, y en eso nos ayudan varios expertos para este reportaje, es en qué términos se desenvolverá una campaña electoral que desembocará en las urnas el 2 de junio, en los mayores comicios conocidos hasta la fecha por el número de puestos en juego. Cuál será la actitud política del presidente Andrés Manuel López Obrador en su último año de mandato y cómo se le juzgará por su sexenio. Y qué pasará con la economía, una de las claves para cualquier campaña política, que hoy muestra sus mejores perspectivas en dos décadas.

Vanessa Romero Rocha opina que la campaña electoral que comenzará en marzo “será una contienda pacífica”, al menos si se compara con otras anteriores donde el poder económico, dice, “inyectaba mucho dinero en marketing contra algún candidato, por ejemplo, cuando Calderón, que gastó 682 millones de pesos en publicidad de campaña”. Los grandes empresarios no están hoy insatisfechos con las políticas económicas del Gobierno, aunque algunos de ellos apoyan a la oposición, dice, “pero el Consejo Coordinador Empresarial, que inyectó 136,4 millones en 2006, no creo que en esta ocasión actúe en bloque contra Morena”, el partido oficialista.

Como se trata de política, y teniendo en cuenta la polarización que ha caracterizado todo este sexenio, no faltan quienes opinan todo lo contrario que la analista Romero Rocha. “Ya se está viendo cómo los recursos de los 23 Estados que gobierna Morena están destinados a la candidata Sheinbaum y que el Gobierno federal condiciona las ayudas sociales en favor de su campaña. Y está siendo una precampaña de mucha descalificación”, sostiene el historiador José Antonio Crespo. Acusa a los morenistas de “hacer lo mismo que hizo el PRI en su día, controlar todo, el INE, el Tribunal Electoral”, hasta el punto que el analista no duda de que el presidente no aceptará la derrota si los resultados quedan parejos a favor de una y otra contendientes. “No creo que reconozca la alternancia llegado el caso, peleará por las buenas o por las malas, con litigios, movilizaciones. Y eso puede poner en riesgo la estabilidad del país”, opina Crespo.

Siempre hay algo en lo que se está de acuerdo, aunque sea por motivos diferentes. Romero Rocha sostiene que López Obrador será “particularmente beligerante” en su último año, “ruidoso y escandaloso”. “Porque tratará de sacar adelante las iniciativas que causan más polémica con la oposición, reformas electorales, judiciales, militares, extinción de los organismos autónomos”. Son, a juicio de Romero Rocha, “razones de estrategia electoral, para ganar votos en su partido y porque es lo que ha hecho en ocasiones anteriores, por ejemplo cuando dejó de ser jefe de gobierno en la Ciudad de México”. De esa forma, echa a sus espaldas las críticas y deja a su relevo el camino allanado, “para que la gente reciba a Claudia como un descanso en medio de la brega política”.

No tiene dudas Crespo de que López Obrador será injerente y protagonista de la campaña, pero no por las razones mencionadas anteriormente, sino por “su trayectoria de pegarle duro a la democracia y porque está dispuesto a todo con tal de no perder. Si la oposición llegara al poder podrían sacar indicios de corrupción de él o de sus hijos y eso le debe preocupar. El presidente está peleando ya como si estuviera en campaña, violando la ley, porque no puede intervenir”, afirma el analista.

Crespo no se anda con medias tintas. Opina que el Gobierno “no ha cumplido nada de lo que prometió, ni en materia de pobreza, ni de salud, ni de corrupción, ni de seguridad” y no confía en las encuestas que se están publicando en las que Sheinbaum obtiene una ventaja clara sobre Gálvez. El porcentaje de indecisos es alto todavía, dice, será determinante. “Claudia yo creo que no llega al 50%, quizá un 40% o 45%, que no es poco, pero creo que el resultado será más ajustado entre ambas de lo que dicen ahora encuestas compradas”, asegura.

Sin embargo, hay un factor que también es determinante entre la población a la hora de elegir su boleta, la economía. Y los datos son de los más halagüeños que ha tenido México en mucho tiempo, según los organismos internacionales. El peso, en plena fortaleza sostenida, las inversiones fuertes, los salarios elevados y la deslocalización de las empresas, que le favorecen con Estados Unidos al lado, el mencionado nearshoring. “En efecto, el salario mínimo ha crecido por encima de la inflación y hay más datos relevantes. Yo diría que México tiene una gran oportunidad de hacer las cosas bien, no como ocurrió en 1994 con el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, el NAFTA, cuando no se ayudó con políticas a que la industria floreciera”, opina la analista económica Viri Ríos. A su parecer, los candidatos deben entender esta buena situación y ampliar en el nuevo sexenio las clases medias, así como diseñar estrategias para sacar el mayor partido al buen momento económico.

2024 será además el año en que empezarán a rodar las grandes obras públicas, el Tren Maya, el transístmico, los nuevos aeropuertos y carreteras. De todo ello se hará acreedor el presidente. No cree Ríos, sin embargo, que a López Obrador se le vaya a recordar como el gran transformador. En su contra tiene el no haber sido capaz, dice, de cambiar por completo la economía, para lo que habría ayudado un mejor manejo en tiempos de pandemia. “Sin embargo, se decantó por la austeridad y eso fue un error, de lo contrario la economía se habría levantado más rápidamente”. Y dos: “No ha acometido la reforma fiscal para aumentar los recursos de los que dispone el Estado para proveer servicios”, analiza Ríos.

Crespo resume el legado político que quedará en la mente de la ciudadanía de forma mucho más drástica: “Quería quedar como Cárdenas y no estará ni a la altura de Echeverría, que ya es decir”, afirma rotundo.

Vanesa Romero Rocha saluda este año como el de un “buen balance democrático, con instituciones fortalecidas”. Centra el interés, sin embargo, en “la probable desaparición del PRI como partido nacional”, porque no cree que alcance el registro. Opina que los votos a Xóchitl Gálvez vendrán de las papeletas del PAN y acude, para defender lo que dice, a la “enorme descomposición que está teniendo el PRI en sus filas”, con las deserciones sonadas que están engrosando las filas de Morena o creando sus propios movimientos políticos. También cree que el PRD pudiera perder su registro, factores ambos que cambiarían el panorama político en México por completo, a menos en lo que a siglas se refiere. Por otro lado, Romero Rocha opina que 2024 puede ser el año en el que Movimiento Ciudadano abandone su condición de partido bisagra para consolidarse como un partido de oposición. “Ante la desaparición de formaciones relevantes tiene una oportunidad de oro”, asegura esta analista.

La otra gran incógnita política que se abre en 2024 es el futuro electoral de la Ciudad de México, la plaza más importante y una de las que ofrece mayores dudas. En la capital, las elecciones intermedias de 2024 ya pusieron un primer freno a las mayorías de izquierdas que han caracterizado siempre a la ciudad. El PAN y sus aliados, PRI y PRD, ganaron unas buenas alcaldías, incluida la Cuauhtémoc, conocida como la capital dentro de la capital, un buen hachazo para las perspectivas morenistas. Clara Brugada tratará ahora de recuperar esos votantes para Morena y tendrá a Santiago Taboada haciendo lo propio desde el PAN. Pero todo está muy abierto aún en la ciudad, habida cuenta de que todavía no se han decidido los candidatos para las alcaldías y el arrastre de votos que lleven consigo.

Más certezas parece ofrecer la contienda presidencial. Para quien no acierte con el partido ganador, siempre puede apostar que 2024 será el año en que la ciudadanía decidirá que una mujer dirija, por primera vez, el destino de México para los próximos seis años.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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