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El expresidente Felipe Calderón pide a Estados Unidos vigilar las elecciones de 2024

Claudia Sheinbaum responde al exgobernante que los comicios los cuida “el pueblo de México” y lo califica de “presidente espurio”

Jorge Vaquero Simancas
Claudia Sheinbaum y Felipe Calderón.
Claudia Sheinbaum y Felipe Calderón.Agencias

La conferencia “Democracia y populismo en América Latina”, impartida el pasado miércoles por el expresidente de México Felipe Calderón (2006-2012), dejó de lado gran parte del continente y se convirtió en un ataque al “autoritarismo” que para el exmandatario mexicano caracteriza al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador. Llama a Estados Unidos a “vigilar” las elecciones de 2024 por el “trancazo” que se viene “contra la democracia”. La candidata de Morena a ocupar el Palacio Nacional en 2024, Claudia Sheinbaum, respondió este jueves que los comicios no necesitan supervisión extranjera porque los “cuida” el pueblo mexicano, para luego calificar a Calderón de “presidente espurio” por su polémica llegada al gobierno en 2006.

Los reproches entre políticos vienen dados por las polémicas declaraciones del exmandatario del Partido Acción Nacional (PAN) en una charla abierta en el Instituto Atlántico de Estudios, organismo fundado por el expresidente conservador de España José María Aznar.

Fue en la última pregunta, que el mismo Calderón agregó porque eran dudas de “sus amigos” sobre cómo evitar que se preserve el “sistema antidemocrático en México”, en las que salieron las declaraciones más jugosas. “En Estados Unidos, yo creo que la diplomacia está muy ocupada en Ucrania, pero no está viendo la magnitud del trancazo que se viene contra la democracia en América Latina”, señaló Calderón.

Justo antes de llamar a Estados Unidos a vigilar las elecciones, el expresidente instó a Xóchitl Gálvez, aspirante a la presidencia por la coalición opositora Frente Amplio por México, a hablar con el Ejército para que sea leal a la Constitución y no a Morena, porque eso va a ser “relevante a la hora de conocer el resultado electoral”. Sheinbaum ha recordado a Calderón, que ahora pide vigilancia en los comicios, la polémica de su llegada al Gobierno en 2006: “Un presidente espurio que llegó con un fraude electoral, que él mismo dijo ‘Haiga sido como haiga sido’”.

Críticas de Calderón al PAN

Calderón dio su charla sobre un fondo digital con el acueducto de Morelia, su ciudad natal en el Estado de Michoacán. El ambiente relajado que mostraba la imagen contrastaba con las palabras duras que dirigió al que fuera su partido, el PAN, por tener poca base de afiliados. “Hay que armar un ejército de veinte mil voluntarios que vayan puerta por puerta todos los días. No lo van a hacer los partidos que apoyen a Xóchitl [Gálvez], no lo va a hacer el PAN, el PRI o el PRD [partidos que componen Frente Amplio por México], porque están desfondados”, señaló el exmandatario.

El expresidente incluso cargó contra la campaña de Gálvez y llamó al PAN a volver “a sus tiempos” para tener un “ejército ciudadano” que esté en varios puntos del país: “Olvídense de organizar el desayuno a Xóchitl. Mejor pónganse en contacto y empiecen a organizar lo que en el PAN de mis tiempos se llamaba un panista por manzana”.

México y Shrek

La conferencia de Calderón, por su título, parecía que iba a ser un análisis de la situación política que vive América Latina. Algunas menciones al autoritarismo en Venezuela, Cuba y Nicaragua fueron el pretexto para arremeter contra el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que nombraba en todas las teorías que el expresidente expuso. Una de ellas era sobre la narrativa de los populistas, que comparó con la película animada Shrek. Calderón decía que el populismo —práctica política que atribuyó a López Obrador— lo encarnaba el ogro verde, que para salvar a la princesa Fiona, que representaba al pueblo, ofrecía soluciones fantásticas para arreglar los problemas que siempre atribuía al pasado, que simbolizaba el rey Lord Farquad.

Esta extraña comparación la usó para explicar la llegada de López Obrador al Gobierno. Siguió con un test de autoritarismo del libro Cómo mueren las democracias, de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt. Cada punto de ese examen tenía su modelo en la política del actual Gobierno de México. El cuarto, que hacía alusión a los regímenes que amenazan las libertades civiles, como la prensa, lo ilustró con la reacción de López Obrador al atentado al periodista Ciro Gómez Leyva. Para Calderón, el presidente atacó la libertad de prensa cuando atribuyó el atentado a un plan para desestabilizar a su Gobierno.

Más grave fue la asociación que Calderón hizo sobre la relación entre la muerte de periodistas y el discurso de López Obrador. “El mensaje que deja es el de denigrar al adversario y lleva a la tragedia de otros compañeros de Ciro Gómez Leyva que no han podido sobrevivir. Desgraciadamente, a estos 47 periodistas asesinados en los últimos cuatro años”, expuso Calderón. En su mandato, entre 2006 y 2012, asesinaron a 48 periodistas.

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