Mitski adelantó en exclusiva su nuevo álbum a fans en íntimo show en el Teatro de la Ciudad

Un silencio absoluto inundó la sala del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el pasado 11 de septiembre momentos antes de que Mitski, la protagonista de la noche, subiera al escenario. Casi podía sentir cómo la impaciente audiencia se tensaba, tomaba aire y lo sostenía debido a la expectativa. A pesar de que la cantante se presentó hace menos de un año en el Corona Capital de 2022, este regreso significaba una ocasión especial. La aclamada cantautora eligió a la Ciudad de México como el primer lugar donde interpretaría su nuevo material discográfico This land is Inhospitable, And So Are We, por lo que este no sería un show tradicional, y nada similar al anterior. Algunas manos sostenían con nervios pequeños panfletos que fueron entregados al inicio del show en donde venían impresas las letras de las 11 canciones de su nueva producción. Y entonces la bomba explotó.

Al abrirse el telón, la energía acumulada detonó en un rugido de los afortunados fans que lograron conseguir boletos (las mil 300 entradas se agotaron en cuestión de minutos), el cual hizo vibrar los asientos. La intérprete estaba acompañada sólo de un guitarrista y un cellista en una escena minimalista recordando lo íntimo de la presentación, y sugiriendo que la audiencia escucharía una versión más “desnuda” de las canciones en el nuevo álbum. El grito se detuvo casi de inmediato al sonar las primeras notas de “Bug Like an Angel,” el primer tema del disco. Desde el primer momento Mitski adoptó un papel de narradora y confesora, lista para revelar más sobre ella. Sus expresiones faciales y los sutiles movimientos de sus manos –que bailan con su propia melodía– expresan tanto belleza y dolor, dos elementos clave en su trabajo. En las primeras líneas de la canción afirma: “Algunas veces un trago se siente como familia”. Al cantarla parece que es una revelación, un desahogo.

Mitski, nacida en Japón de padre estadounidense y madre japones, ha conquistado a la crítica en la escena alternativa e independiente de Estados Unidos. “Nadie escribe el abatimiento como Mitski, para quien la resignación puede ser el tema de un disco-pop chispeante, un coro ingenioso o una confesión íntima,” escribió recientemente Pitchfork. Su estilo poético es crudo y revelatorio mientras que su trabajo musical puede ir desde una sencilla –pero impactante– canción folk hasta un tema electrónico experimental mezclado con vocalizaciones suaves. Cada tema que escribe parece una exploración personal con la que, de forma inevitable, muchos pueden identificarse.

La cantante atrajo atención desde su primer trabajo Lush, lanzado en 2012, sin embargo, el aplauso de la crítica llegó con sus aclamados álbumes Puberty 2 (2016), Be the Cowboy (2018) y el más reciente Laurel Hell (2022). Incluso recibió una nominación al Oscar en 2023 por “This Is a Life”, canción que produjo junto a Son Lux y David Byrne para la gran cinta ganadora de ese año, Everything Everywhere All At Once.

Al terminar el primer tema de su setlist en el Teatro de la Ciudad –recibido por la audiencia con un aplauso masivo– la cantante se dirigió al público mexicano: “Han sido muy amorosos y me han apoyado mucho, así que quería mostrarles mi más profunda gratitud al venir aquí antes que en cualquier otro lugar para interpretar mi nuevo álbum.”

Su interpretación fue hipnotizante. Cada rostro en la audiencia la veía a ella directamente, no a la pantalla de sus teléfonos como podría esperarse en un evento de este tipo. Esto es debido a que, en 2022, la cantante subió un Tweet en el que afirmaba: “Cuando veo a las personas filmar canciones enteras o conciertos completos, me hace sentir como si no estuviéramos juntos (...) Amo los shows por el sentimiento de conexión, de compartir un sueño y recordar que tenemos un milagroso momento de estar vivos al mismo tiempo antes de separarnos. Me siento como parte de algo más grande”. Como respuesta, sus más fieles fans han evitado la actividad, una prueba del respeto que existe entre ellos y la artista. Esto, sumado al silencio de la audiencia que apenas descubría estas canciones, resultó en una presentación única para estos tiempos.

El formato de la presentación fue ideal para la colección de canciones, las cuales –al ser escuchadas una tras otra– probaban que este podría sumarse a la lista de sus mejores trabajos, pudiendo ser quizá su obra maestra. La cantante deja atrás los coros indie-pop para darle paso a una narrativa más poética y directa, como si cada canción fuera una confesión más, o una confidencia para quien escuche. Y aunque en el pasado el estilo de la cantautora ha sido descrito como “maduro”, en estas letras llega a otro punto de madurez, a una poesía distinta que no necesita ser compleja para transmitir una variedad de emociones. Sus metáforas son claras al igual que el mensaje: el amor –en cualquiera de sus formas– es difícil.

EL PÁIS tuvo la oportunidad de escuchar el trabajo final tal y como llegará a la audiencia el 15 de septiembre. La producción experimental se mantiene en su estilo aunque de manera más sutil, integrándose de manera más meticulosa a las canciones y sirviendo como un nivelador de emociones, incrementando algunas y calmando otras.

En 2019, Mitski planteó la posibilidad de retirarse de la música. Al poco tiempo cambió de pensar, afirmando que se dio cuenta de que era “la única cosa que puede hacer”. Después de este disco y de un concierto como el del Teatro de la Ciudad, los fans sin duda pueden agradecer que no lo haya hecho.

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