_
_
_
_
_

Diego Calva: “Nunca más un latino tendrá que cambiar de nombre para entrar a Hollywood”

El actor mexicano, que fue reconocido por su actuación en ‘Babylon‘ con una nominación al Globo de Oro, cuenta cómo fue el salto a la meca del cine estadounidense y su experiencia bajo la dirección de Damien Chazelle, cuya más reciente película compite por tres Oscar

El actor mexicano Diego Calva, el 12 de enero de 2023 en Londres (Inglaterra).
El actor mexicano Diego Calva, el 12 de enero de 2023 en Londres (Inglaterra).Samir Hussein (WireImage)
Andrés Rodríguez

Se podría decir que fue casi como amor a primera vista. Damien Chazelle no conocía a Diego Calva, pero la primera vez que lo tuvo enfrente fue a través de una foto, “un cliché cuando se selecciona a intérpretes”, admite. Su retrato se encontraba entre los de muchos otros actores que audicionaban para la película, pero había algo en sus ojos: “su rostro se sentía como el de un soñador, como si los ojos tuvieran poesía en ellos”. A partir de ese momento comenzó un proceso “muy orgánico y colaborativo” entre ambos. Empezaron a hablar sobre el papel, Calva leyó algunas escenas hasta que finalmente Chazelle decidió emparejarlo con la actriz Margot Robbie para ver su química. Los grabó con su iPhone en su jardín trasero mientras ensayaban escenas. “Fue como ver un talento florecer”, cuenta Chazelle, ganador del Oscar a mejor dirección por La La Land, sobre la elección del actor mexicano para el papel de Manuel Torres en Babylon, su más reciente filme.

La historia de cómo conoció a Calva la ha repetido en distintas entrevistas. La elección del actor de 30 años, oriundo de Ciudad de México, fue una apuesta del director. Fueron seis meses de trabajo “muy artesanal y muy meticuloso”, como admite el intérprete, ya que el también realizador de Whiplash lo preparó para el rol que le hizo merecedor de nominaciones como el Globo de Oro en la categoría de mejor actor en una comedia o musical, así como por los premios Satellite, asociación estadounidense de periodistas profesionales del espectáculo, y a mejor elenco en los Screen Actors Guild Awards.

El trabajo entre ambos comenzó antes de la pandemia. Ante la imposibilidad de abordar un avión a Los Ángeles, el proceso inició de forma virtual. Calva hace énfasis en la inversión que Chazelle puso en él, ya que fue un cúmulo de primeras experiencias. La primera vez viviendo en Estados Unidos, trabajando en inglés, con “superestrellas” y gente que admira mucho, como Brad Pitt, la misma Robbie, Jean Smart y Tobey Maguire quien, a su juicio —y lo dice con emoción—, “siempre será el mejor Spider-Man”.

“Lo más complicado al principio fue cómo salir de mi territorio. Salir de mi zona de confort. Damien me ayudó a trabajar en mi inglés, me ayudó a trabajar con mi cuerpo, a vivir por primera vez en Los Ángeles, o sea, fue una persona que estuvo todo el tiempo a mi lado. Creo que eso se ve en la pantalla, en lo que logró sacar de mí, lo que yo logré sacar también de mí. Se ve la química y confianza que siempre tuvimos”, cuenta Calva a EL PAÍS.

Diego Calva y Margot Robbie, en 'Babylon'.
Diego Calva y Margot Robbie, en 'Babylon'.Scott Garfield (EFE)

Babylon, con tres nominaciones al Oscar —en las categorías de Vestuario, Música y Diseño—, sigue a un grupo de personajes ambiciosos: la estrella del cine mudo (Brad Pitt), la joven promesa (Margot Robbie), el productor ejecutivo Manny Torres, un mexicano que busca triunfar en la industria cinematográfica estadounidense (Diego Calva), entre otros, quienes se esfuerzan por mantenerse en la cima de la estridente, ambiciosa y de excesos desmesurados de la escena hollywoodense de la década de 1920 y preservar su importancia en un momento en que la industria se está moviendo hacia algo nuevo. Antes de dar el salto a la meca del cine estadounidense, Calva tuvo protagónicos estelares como en Te prometo anarquía (2015), por el cual ganó el premio al Mejor Actor Principal junto a su coprotagonista Eduardo Eliseo Martínez en el Festival de Cine de La Habana, y en Narcos México, serie en la que interpreta al capo Arturo Beltrán Leyva.

Antes de Babylon, no había tenido experiencia laboral con el inglés, detalle en el que hace énfasis, ya que su base del idioma, como muchos niños y jóvenes contemporáneos en Latinoamérica, fue a través de los videojuegos. Para entender y avanzar en la historia, había que agarrar un diccionario inglés-español. “Siempre lo diré, el inglés fue algo muy complicado. Actuar para mí es una cosa muy instintiva, tiene que ver con reaccionar y escuchar; y sobre todo con entender lo que está pasando. Cuando te enfrentas a un idioma que no conoces, que de pronto no terminas de entender, la frase que te dice otro actor o que estás buscando las palabras para contestar, te vuelves como lento, entonces aprender como ser ágil en otro idioma fue complicado definitivamente”, explica.

Calva puso mucho sacrificio para este papel. Cuando recién llegó a Los Ángeles se quedó 10 días en casa de Chazelle, donde sostuvo ensayos en el jardín del director con su coprotagonista, la también actriz de Yo, Tonya. Junto al realizador de El primer hombre, al que considera su “carnal”, trabajaron mucho a su personaje. Ambos igual de cinéfilos revisaron muchas películas que ayudaron a Calva con el papel, como Boogie Nights (1997) y el personaje que interpreta Mark Wahlberg; o los ojos de los soldados en La delgada línea roja (1998), así como Tarde de perros (1975), de Sidney Lumet; Cantando bajo la lluvia (1952) o El chico (1921), de Charles Chaplin.

Brad Pitt y Diego Calva en una escena de 'Babylon'.
Brad Pitt y Diego Calva en una escena de 'Babylon'.Paramount

“Esos 10 días que viví en su casa, todas las noches vimos una película. El personaje de Manuel lo trabajamos mucho alrededor de Al Pacino, sus papeles de joven. El Padrino sobre todo por su capacidad de explotar y por la cara, sus silencios con la mirada. Ha hecho personajes inteligentes en situaciones complicadas y necesitábamos que Manuel tuviera esa agilidad mental. Esos ojos que están pensando y resolviendo, pero también los ojos de Chaplin, porque tenía esta cosa maravillosa de transmitir inocencia, dolor, pena. Otros sentimientos”, precisa.

Calva se sube al tren del talento mexicano en Hollywood, en el que algunos, como Diego Luna, Gael García Bernal o Yalitza Aparicio, están más asentados. Mientras que otros, como Tenoch Huerta, Mabel Cadena o Eiza González, están dando sus primeros pasos. El actor pone a su personaje como un espejo de la importancia de mantener la cultura o raíces de donde uno viene. Con Manuel se da cuenta de que todo le empieza a salir mal cuando intenta mentir sobre quién es, diciendo que es de España y no mexicano; “cuando se americaniza y se cambia el nombre a Manny”.

“Eso es algo que nos pasó a los latinos muchísimo tiempo en Estados Unidos, dejar de ser quienes somos. Ahora creo que hemos demostrado lo contrario. Lo rico y todo lo que podemos traer a la mesa. Estoy seguro de que no volverá a pasar que un latino tenga que cambiar de nombre para entrar a Hollywood o a una industria. Cada vez somos más, estamos abarcando más el espacio y traemos nuestras propias historias y nuestra propia cultura”, afirma.

El caché del actor chilango no termina con Babylon. Recién cerró el rodaje de On Swift Horses, de Daniel Minahan, película en la que compartió plató con Daisy Edgar-Jones y Jacob Elordi. Otro drama de época, esta vez sobre la creación de Las Vegas. “Al parecer no me quieren vestido moderno, les gusta que me vea viejito”, dice sonriente.

También tiene pendiente el estreno de Midnight family, la primera serie de Apple+ en español en la que comparte créditos con la actriz oaxaqueña Yalitza Aparicio, quien también, curiosamente, produce una película titulada Dreamer que tiene a Calva como uno de los protagonistas. Entre ceremonias, premios y todo el trabajo que tiene por delante, la prensa no ha dudado en denominarlo como “el actor mexicano de moda”.

Calva lo lleva con mucha humildad, aprecio y entre risas, pero tiene ciertos reparos respecto a este último título: “Para mí, te lo juro, cada ceremonia de premios, cada nominación, ha sido tan nuevo que no me acostumbro. Al contrario, me siguen encantando, es como un parque de diversiones. Y con esta onda, como del ‘mexicano de moda’, pues creo que está por verse. Tuve una cosa muy chida, no me gusta llamarle suerte, pero pues sí, fue como un tren enorme de nombre Babylon. Ahora me queda reafirmar este momento, seguir trabajando hasta convertirme en uno de esos actores mexicanos que uno conoce, no ‘el de moda’. Yo no creo que Diego y Gael sean los actores de moda, son los actores mexicanos. Yo quiero llegar a esa categoría”.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_