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El reto del clonazepam: el desafío que revela la vulnerabilidad de niños y adolescentes

Las autoridades mexicanas crearon una alerta tras la detección de 10 videos en redes sociales en los que se observaba el consumo del ansiolítico que provocó, al menos, la intoxicación de más de 30 jóvenes en enero

Rodrigo Soriano
Centro de mando de la policía Cibernética en Ciudad de México, que emitió una alerta contra realizar el reto.
Centro de mando de la policía Cibernética en Ciudad de México, que emitió una alerta contra realizar el reto.Daniel Augusto (Cuartoscuro)

Al comenzar el año, la Policía Cibernética de Ciudad de México lanzaba una alerta por el riesgo por realizar el “reto del clonazepam”, un desafío basado en consumir el ansiolítico para tratar de luchar contra sus efectos permaneciendo despierto y que, desde entonces, ha provocado la intoxicación a más de 37 niños en México. El desafío se ha desarrollado entre menores que se encuentran en una etapa de “desarrollo de la personalidad”, según indica el presidente de Tejiendo Redes Infancia, Juan Martín Pérez.

El presidente de la organización cuenta que en ese proceso hay tres búsquedas: la de la identidad, la de pertenencia y la de redes de apoyo. “Necesitan tener identidad a partir de ciertas cosas; y necesitan pertenencia, para sentirse parte de algo porque están construyendo sus redes de socialización”, resume durante la entrevista telefónica. Es escéptico con el reto, no cree que tenga un efecto tan representativo en la realidad debido a la ausencia de videos relacionados en las redes y la falta de investigaciones mediáticas sobre el tema.

La Policía Cibernética creó la alarma tras detectar 10 videos con esas características, que más tarde reportaron a Tiktok, indica la coordinadora del área de prevención de la autoridad, Sandra García. La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), explica, abrió una carpeta de investigación sobre el tema, a la que cabría sumar las iniciadas por la Fiscalía capitalina, que hasta el cierre de esta publicación no ha contestado a este diario. García indica que ya hay detenidos por la venta de estos ansiolíticos de manera ilegal, aunque no concreta el número exacto debido a que la investigación “sigue abierta”.

Pese a la falta de videos en las redes, Tiktok ha dado muestras “preocupantes” de su efecto. La directora de influencer marketing de la agencia Another, Mayra Alcántara, dice que las nuevas generaciones han empezado a utilizar el buscador de esta plataforma en lugar de Google. Entre las búsquedas, encuentra algunas alarmantes que, según cuenta, “sigue alimentando el tema”. “¿Con qué otra medicina se puede sentir eso?, ¿con cuantas tabletas te vas al hospital?, incluso hay respuestas en las que aseguran que cuatro es el número correcto”, ejemplifica Alcántara.

El clonazepam, cuenta la investigadora del departamento de Psicobiología y Neurociencias de la Facultad Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Zeidy Muñoz-Torres es un medicamento recetado principalmente a personas con crisis epilépticas, aunque también tienen otros fines, como el de solucionar los problemas de sueño. Los efectos, cuenta Muñoz-Torres, pueden variar dependiendo de variantes como el peso, la edad, la alimentación o el sexo. La investigadora considera que el ansiolítico es peligroso al mezclarlo con otros medicamentos, ya que puede llevar hasta a la muerte, aunque afirma que la dosis letal “es muy lejana”.

Aunque la Policía Cibernética tilda de “viral” el reto, la ausencia de videos contrapone la idea. “Este reto no lo empezaron ni influencers, ni gente que tiene millones de seguidores. Fue gente que un día decidió hacerlo. Y a veces pasa que esta gente borra los videos o tiene un perfil cerrado, al que llegan sus amigos”, cuenta la directora de influencer marketing. A pesar de esta falta de muestras, las cifras de las búsquedas reflejan su efecto: la etiqueta “clonazepam” (#clonazepam) cuenta con 90,1 millones de visualizaciones; y la de “reto clonazepam” (#retoclonazepam), 726.000, números que Alcántara referencia como “super fuertes”.

La directora coincide con Juan Martín Pérez en la falta de “educación digital”. “Como se dice en México, nadie nos educó para ahorrar, nadie nos educó para ser financiados. De igual manera, los padres (de generaciones como la millenial o la boomer) no nos educaron para tener un correcto comportamiento en redes sociales”, cuenta. En México, siete de cada 10 personas tienen acceso a internet, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 2021. Y en Tiktok, la red social con más presencia de la generación Z (los nacidos entre finales de la década de los años noventa y principios de los 2000), uno de cada cuatro usuarios es menor de 20 años.

Pérez explica que los adultos, a los que también se refiere como “migrantes digitales”, “suelen tener miedo de internet porque no lo controlan”. Para el presidente de la organización, la decisión de los menores de realizar el “reto del clonazepam” forma parte de la socialización habitual, y considera que las redes “son una extensión de la realidad”. Afirma que en esa etapa, los niños y adolescentes tratan de compartir algo que suponga “una ruptura”, y prestan más atención a su entorno generacional que a los adultos. “Por eso es que en ‘su momento’ consumir tabaco o marihuana, compartir algo que sea de ruptura es una parte de la socialización que todos hacen, cada uno en su momento y en su contexto”, concluye.

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