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Dos de los niños presuntamente infectados de rabia en Oaxaca, al borde de la muerte cerebral

La transmisión del virus llegó por mordedura de murciélago, cuando el animal entró a la vivienda a inicios de diciembre. El subsecretario de Salud aún no confirma que haya un brote de esta enfermedad

Rodrigo Soriano
Personal de salud en México
Personal médico del hospital Aurelio Valdivieso, en Oaxaca, atiende a una paciente, en una imagen de archivo.Hospital General Dr Aurelio Valdivieso (RR.SS.)

Dos de los tres menores posiblemente infectados de rabia por el mordisco de murciélago en Oaxaca se encuentran en una situación grave. La directora del Hospital General Aurelio Valdivieso, donde están ingresados, ha comunicado este martes ante los medios locales que una de las dos niñas, de 8 años, será declarada con muerte cerebral, debido a que no responde a los estímulos. Así, ha indicado que su hermano, de 7 años, está en observación, aunque podría tener las mismas complicaciones. El subsecretario de Salud mexicano, Hugo López-Gatell, ha tratado de calmar a la población durante su intervención en la conferencia de prensa de la mañana, donde ha asegurado que “no existe alerta sanitaria por los probables casos”.

Los menores fueron ingresados en el hospital el pasado 24 de diciembre, a 100 kilómetros de Palo de Lima, un municipio de San Lorenzo Texmelúcan, su localidad de procedencia. La directora del hospital oaxaqueño ha explicado que la transmisión del virus ocurrió a inicios de diciembre, cuando el murciélago entró en la vivienda de la familia indígena, aunque los síntomas aparecieron más tarde. La secretaria de Salud de Oaxaca, Alma Lilia Velasco, destacaba el pasado lunes la situación de los menores. “Es importante decir que las niñas y el menor infectados viven en una comunidad con condiciones de extrema marginalidad”.

Alejandro Macías, infectólogo y catedrático de la Universidad de Guanajuato, cuenta a este diario que la posible infección de los tres menores por parte del mordisco de murciélago le pareció “muy rara”. “Generalmente no suele haber tantos casos ligados”, afirma. Macías asegura que la transmisión de la rabia por parte de animales salvajes se considera “de baja incidencia” y “esporádica”. El control de la enfermedad, añade, varía dependiendo de su origen. “La rabia canina, la que se origina de los perro, desde un punto de vista de salud pública, es más controlable (...) La rabia que viene de mordeduras de animales salvaje es el más difícil de controlar, pero es más bien esporádica”, explica.

La velocidad de la evolución de la infección, señala Macías, depende del tamaño del inóculo (la infección) y de la lejanía del ataque respecto al sistema nervioso central. “Una mordedura en la cara o el cuello es más grave y llega más rápido que una mordedura en las extremidades, donde generalmente tarda más en llegar al sistema nervioso central”, asegura.

Tras la hospitalización de los tres menores (de siete, ocho y nueve años respectivamente), personal de los programas preventivos y de control de enfermedades realizaron un seguimiento para localizar a los contactos de riesgo. Este martes, las autoridades sanitarias han indicado que la madre y el abuelo de los niños han sido vacunados contra la enfermedad.

Los Servicios de Salud del Estado (SSO) advierten tras la hospitalización de que dos de los niños se encontraban graves, mientras que el tercero se encontraba bajo vigilancia de médica. El subsecretario de Salud ha señalado esta mañana que durante este martes, las autoridades competentes asegurarían si, definitivamente, el caso se encontraba relacionado con la rabia.

Desde la SSO informaron de que la muerte relacionada a la rabia llega cuando el virus se propaga por el sistema nerviosos central, lo que puede generar una inflamación progresiva del cerebro y de la médula espinal, lo que podría resultar mortal. Entre los síntomas, destacan la fiebre acompañada de dolor, hormigueo, picores, deshidratación, malestar general, hiperactividad, miedo al agua y miedo a las corrientes de aire.

El pasado 20 de diciembre, en el municipio de Compostela, en Nayarit, una mujer de 29 años, previamente atacada por un gato “semidoméstico” (como lo ha definido López-Gatell), fue hospitalizada grave, bajo aislamiento y vigilancia médica en la ciudad de Tepic. A pesar de los cuatro posibles casos de rabia, el subsecretario de Salud ha negado que exista una “alarma sanitaria” y no ha confirmado que los casos se traten de un brote. Por su parte, Macías indica que crear una alerta “no corresponde al problema”. “Lo que pudo haber fallado es que si hubo un ataque de un animal salvaje y no se dio una atención si que hay un problema. Se supone que cuando hay un ataque de ese tipo habría que acudir a las instancias de salud, si no acudieron habría que analizar por qué fue”, concluye.

Entre 2010 y 2019 hubieron 13 muertes relacionadas a la rabia transmitida por animales silvestres, según señala la Secretaría de Salud en su Programa de Acción Específico para la etapa de 2020 a 2024. 10 de las muertes correspondieron a la transmisión por parte de murciélagos, dos por parte de zorrillos (también conocidos como mofetas) y uno por parte del zorro gris. El patrón común en todas las 13 muertes recogidas, describe el informe, fue el de “no acudir a solicitar la atención medica-antirrábica de manera inmediata”.

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