“El bosque de Chapultepec es el espacio más democrático de la Ciudad de México”
Mónica Pacheco Skidmore, jefa de uno de los parques urbanos más grandes del mundo, está vacunando miles de árboles y acusa los destrozos de los perros
Administrar una ciudad de 170.000 almas, calles, fuentes, conflictos, negocios, museos, con su zoológico y su castillo es exactamente lo que hace Mónica Pacheco Skidmore (Oaxaca, 58 años). Solo que las almas son árboles. Ella es la jefa del Bosque de Chapultepec, el gran parque urbano de la Ciudad de México, dos veces más grande que el Central Park neoyorkino y uno de los 10 más grandes del mundo, donde un año cualquiera pasan por allí 20 millones de personas. En épocas de pandemia toca vacunar y el barrenero es ahora un gran reto para la salud forestal de este inmenso pulmón de 759 hectáreas. Hay ejemplares que tienen más de 800 años, pero se trata de atenderlos a todos y ya llevan vacunados unos 5.000. Y se han talado otros tantos que eran “muertos en pie”. Entre ardillas, flores y lagos se desempeña cada día esta mujer, que se siente privilegiada: “Trabajo en la mejor oficina del mundo”. ¿Se siente como Caperucita? “Sí”.
Pregunta. ¿Este bosque tiene leyendas?
Respuesta. Es un bosque icónico, lleno de leyendas, relatos, cuentos, anécdotas. Una que me impactó muchísimo fue cuando un fotógrafo vino a pedir permiso para tomar imágenes de la vida cotidiana del bosque y empezamos a entrevistar a la gente. Había un hombre que había salido del reclusorio y en su primer día fuera vino a Chapultepec, a sentir la libertad. Yo creo que Chapultepec reúne historia, misticismo, identidad. Aquí conviven las clases altas y las bajas. Creo que es el espacio más democrático de la ciudad.
P. ¿Qué tiene Chapultepec que le haga distinto de otros parques del mundo?
R. Que es centenario. En la época prehispánica las crónicas ya hablaban de un espacio de tranquilidad, de sosiego. Tiene una zona arqueológica y una arqueóloga dedicada a ella. En Chapultepec han ocurrido todos los procesos históricos más importantes de la ciudad.
P. Dicen que hay zonas muy salvajes donde jaurías de perros ferales hacen de las suyas.
R. Es un problemilla que tenemos en la tercera sección. En esa zona algunas personas abandonan a sus mascotas y otras vienen y los alimentan, me cuesta trabajo entender que se digan protectoras de animales. También nos dejan a las tortugas en los lagos y echan al pececito que ya no quieren. Y sí, las jaurías crecieron. Pero hemos hecho un saneamiento forestal importantísimo y eso ha disminuido su presión. Sacamos hasta 600 llantas, más de 400 toneladas de basura, sacamos un mundo.
P. ¿Qué sería de la Ciudad de México sin Chapultepec?
R. Tendría otra temperatura. Aquí hay entre dos o tres grados menos. Y más contaminación. Hemos empezado a ver animales que antes no se veían, tortugas, tlacuaches. Hay hasta luciérnagas, eso nos indica que la condición ambiental está bien, a pesar de la cantidad de gente que lo visita, 200.000 el último domingo.
P. Influyó en eso la pandemia.
R. Sí, al parque le vino bien, pero fue un error cerrar. Eso lo aprendimos. Esto es un espacio de libertad, sobre todo para las mujeres.
P. ¿Se ha planteado que quizá haya que moderar las visitas?
R. Hemos revisado recientemente la capacidad de carga. Tratamos de ver cómo la distribuimos. Sabemos que el bosque es un gran atractivo para los habitantes, un 55% que viene del oriente en la ciudad y es el zoológico el que atrae al 67%. En Iztapalapa, por ejemplo, se ha hecho un gran parque urbano, que sirve de contrapeso. A pesar de eso sigue viniendo la gente: tenemos muchos visitantes del Estado de México, de la zona conurbada, estamos viendo cómo abrimos otras áreas de interés para distribuir el flujo. Tenemos muchas hectáreas.
P. Por otro lado, está el tráfico, enormes vías que lo atraviesan, con toda su contaminación. En un primer momento de la rehabilitación se pensó en enterrar esas carreteras, algo que luego se descartó.
R. Se valoró la posibilidad de soterrar las vías, pero hay veces que las condiciones de la ciudad no lo permiten. Esas vías no son solo tráfico, sino también barreras sociales. Tenemos que compensarlo con nuevas vialidades peatonales que no te obliguen a cargar tu bicicleta para pasar, por ejemplo.
P. ¿Cuántos árboles tienen en el hospital ahora mismo?
R. Algunos, pero no tantos. ¿Ves esos botoncitos blancos que tienen en el tronco? Estamos vacunando a los árboles. Tenemos la plaga de las palmeras, y el barrenador y el descortezador, hemos efectuado ya unas 10.600 endoterapias en 2020, y retirado unos 6.000 muertos en pie. Algunos vecinos no lo vieron bien, decían que era naturaleza muerta. Ya, mientras no se te caigan encima, ¿verdad? Y con la luz empezó a salir la dalia mexicana, una especie que no había salido y las abejas. En dos años hemos plantado casi 52.000 ejemplares entre árboles y arbustos
P. ¿Se reúnen los jefes de los grandes parques urbanos?
R. La verdad es que no, porque estaría bien. Me encantaría.
P. ¿Cuánta agua necesita este lugar?
R. Huy. Bastante. Tenemos muy cerquita una planta de tratamiento. No tengo un dato, pero con mucho gusto te lo consigo. Nos dicen que por qué no hay más pasto (césped) como en que en Londres hay pasto, como en Londres. Pero si ya en Texas o en California se está prohibiendo el pasto por la falta de agua. No es sustentable. No es esto. Este es un bosque de temporal, cuando está amarillo, está amarillo. Tuvimos un 80% de supervivencia de la reforestación del año pasado y ahorita estamos iniciando otra. [Más tarde informarán de que “la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Chapultepec dota de 40 litros por segundo para el llenado de los cuatro lagos que sirven como almacenamiento temporal de un promedio de 20 millones de metros cubicos de agua”]
P. ¿Cómo le afectan al bosque los terremotos?
R. Una vez se fracturó uno de los lagos y se abrió un boquete y empezaron a colarse por él los peces. Todo el mundo salió a rescatarlos. Fue por un movimiento natural de tierra, es una zona de minas.
P. ¿Qué le gustaría para su bosque?
R. Yo me imagino un espacio muy saneado, donde pudiéramos ver cultura, donde fluya la naturaleza y la cultura. Talleres, más divulgación científica…
P. ¿Y no quitarían esa publicidad que hacen los negocios de comida con micrófonos y bocinas?
R. Estamos trabajando en eso. Ese es un tema complicado. En Chapultepec siempre ha habido comercio, históricamente, hay comerciantes de cuatro generaciones. Pero había 1.500 puestos y ahorita tenemos 620. Vamos a cambiar toda la imagen, el mobiliario.
P. ¿Por qué no se vende alcohol en Chapultepec?
R. Se trata de un espacio familiar… Hemos tenido incidentes que no son muy aptos para una familia, no sé si me explico. Tengo clarísimo que entra el alcohol, tenemos espacios de mucha libertad, para los jóvenes, pero es complicado armar esos espacios. Pero tengo un problema mayor con todos los cuidadores de perros, pones las inyecciones en los árboles para las plagas y lo destrozan todo.
P. ¿Aquí las ardillas son una plaga problemática, como en la universidad?
R. El problema es que la gente les da de comer y se vuelven hasta agresivas. De repente te brinca la ardilla y te quiere quitar la comida. Pero las tenemos bastante bien controladas. Me preocupan más los peces, porque los abandonan y encima los alimentan. Y se crean condiciones no aptas para el agua. Entonces sí tendríamos que estar poniendo un poquito de nuestra parte, ¿no?
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