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La Fiscalía estrecha el cerco sobre el asesinato de las periodistas de Veracruz y detiene a dos presuntos autores

La policía logra avances en el caso de Yesenia Mollinedo y Johana García tras un mes sin resultados

Beatriz Guillén
presuntos asesinos de Yesenia Mollinedo y Johana García, Armando N, alias 'El Trascabo', y Víctor Manuel N, 'El Calaco'.
Los presuntos autores materiales del asesinato de las periodistas Yesenia Mollinedo y Johana García, Armando N, alias 'El Trascabo', y Víctor Manuel N, 'El Calaco'.Fiscalía General del Estado de Veracruz

Después de un mes sin avances, la investigación por el crimen contra las periodistas Yesenia Mollinedo y Sheila Johana García ha dado un vuelco. En las últimas 24 horas, la Fiscalía de Veracruz ha detenido a dos de los presuntos autores materiales del asesinato de las reporteras. Los arrestados son Armando N, alias El Trascabo, y Víctor Manuel N, conocido como El Calaco. Ambos están imputados por el delito de homicidio doloso calificado en contra periodistas y aguardarán el proceso judicial desde prisión. Con estas detenciones, el Ministerio Público estatal trata de redimir algunos de los flagrantes errores que ha cometido durante el proceso, en el que llegó arrestar a un joven inocente, que trabajaba de repartidor de comida.

Han sido elementos de la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase), que trabajan en coordinación con la Fiscalía estatal, los que han detenido a los presuntos agresores. En el caso del Trascabo, ya había sido arrestado en otras dos ocasiones este año: por participar en un ataque contra agentes de seguridad en febrero y por estar en posesión de armas de fuego el 27 de marzo. En esa ocasión, la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz lo identificó como un miembro del Cartel Jalisco Nueva Generación.

Todavía no se ha difundido información sobre El Calaco. Además de ellos, la policía busca a Jesús N, El Mara, también por su participación en el ataque. Él fue el primero al que trataron de detener, pero la Fiscalía se equivocó de persona y arrestó a un joven, que tenía el mismo nombre que el acusado. El Mara sigue prófugo.

El 9 de mayo Mollinedo y García estaban dentro de su vehículo estacionadas frente a un Oxxo en Cosoleacaque. Allí dentro fueron acribilladas por dos individuos que iban a bordo de una motocicleta: les dispararon 16 veces. Las periodistas quedaron recostadas una sobre la otra y pusieron rostro al terror que vive un gremio asediado. Con su muerte eran 11 los reporteros asesinados en México en los primeros meses de 2022. Una cifra que ha roto los últimos años de registros y recuerda la indefensión de la prensa en el país.

La detención este lunes y martes de los de los presuntos sicarios que mataron a las reporteras es el primer escalón en la búsqueda de justicia para sus familias. En México, el 99% de los asesinatos de periodistas no se resuelve. En algunos casos se llega a detener a quienes ejecutaron el crimen pero en muy pocas ocasiones a quienes lo encargaron. Esa es la principal preocupación ahora de Ramiro Mollinedo, hermano de Yesenia, que exige a la Fiscalía arrestar también a los autores intelectuales del ataque. El subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Ricardo Mejía aseguró la semana pasada que ya se tiene identificado a ese otro sujeto, para el que existe también una orden de aprehensión.

Mollinedo, también periodista, contó a EL PAÍS que su hermana hacía un año y medio que recibía amenazas. Directora del medio El Veraz, Mollinedo informaba en ocasiones sobre el contubernio que tiene la policía con la delincuencia organizada. “Muchas veces la obligaban a bajar esos videos”, explicaba Mollinedo.

A finales de abril y de acuerdo a lo que Yesenia llegó a contar a su familia, “unos tipos se le quedaron viendo y le dijeron:Ya te ubicamos perra”. El 5 de mayo, de regreso a casa, dos personas a bordo de un taxi la persiguieron durante varios kilómetros. El 9 de mayo, las periodistas se dirigían a cubrir un aseguramiento de armas cuando las amenazas se cumplieron frente a aquel Oxxo.

México se ha convertido en el país más peligroso del mundo para la prensa. Sin estar en guerra, los reporteros son un blanco fácil para los crímenes. La situación ha escalado hasta el Parlamento Europeo, que ha pedido medidas de protección para los periodistas, o hasta el Gobierno de Estados Unidos. Esta semana, durante la Cumbre de las Américas, en el secretario de Estado, Antony Blinken, ha recordado su preocupación por los asesinatos, en concreto ha nombrado el de Yesenia y Johana, y ha prometido la creación de un fondo con 3,5 millones de dólares para la seguridad de los reporteros en Latinoamérica.

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Beatriz Guillén
Reportera de EL PAÍS en México. Cubre temas sociales, con especial atención en derechos humanos, justicia, migración y violencia contra las mujeres. Graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS.

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