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Rosario Robles entra de lleno en la batalla contra Gertz y acusa al fiscal de persecución: “Me convertí en rehén”

La exsecretaria de Estado mantiene que su detención fue pactada en una reunión entre López Obrador, Julio Scherer y el procurador

Francesco Manetto
La exsecretaria Rosario Robles
Rosario Robles, en una foto de archivo.Susana Gonzalez (Bloomberg)

Rosario Robles se sentó seis veces ante el juez en dos años y medio y por seis veces el tribunal le negó la posibilidad de defenderse en libertad de las acusaciones de desvíos millonarios de recursos públicos en la trama bautizada como la Estafa Maestra. La que fuera secretaria de Estado de dos carteras bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto, en prisión preventiva en el penal de Santa Martha Acatitla desde agosto 2019, se considera una víctima de una persecución judicial y así siempre lo ha denunciado ante las autoridades a través de su hija. Este miércoles ha vuelto ocurrir, aunque la en esta ocasión Mariana Moguel ha acudido a las puertas del Palacio Nacional para leer una carta de la madre que implica directamente al fiscal general, Alejandro Gertz Manero, y al exconsejero jurídico del Ejecutivo, Julio Scherer, en una supuesta conspiración.

El escrito, dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, se enmarca en un contexto preciso. Esto es, el de las acusaciones que Scherer vertió contra Gertz por, presuntamente, maniobrar contra su familia política en el caso de la muerta de su hermano Federico. Y el del fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que el lunes cerró el expediente con una sentencia que impugna la tesis del propio fiscal. Rosario Robles aprovecha ese conflicto entre dos figuras prominentes de la Cuarta Transformación para señalar a la Fiscalía por algo parecido: montarle un caso.

“Me llegaron informes de que en 2019, previo a mi detención, en una conversación sostenida entre usted [López Obrador], el fiscal general y el exconsejero jurídico, se discutió mi situación. El fiscal los convenció de que la única manera de llegar a peces más gordos era presionándome con la cárcel. Ahí se decidió mi suerte. Se armó toda una maquinaria [...] para atraparme en estos muros. Me convertí en rehén. Además de ser la única (por cierto mujer) privada de su libertad por la supuesta triangulación de recursos a las universidades”, escribe Robles, exdirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD). “Todo esto”, prosigue la política, “se confirma con las declaraciones del fiscal Gertz en una conferencia impartida el 12 de agosto de 2020 en el Colmex. Ahí señaló que estaría retenida hasta que decidiera ‘cooperar’ como lo había hecho Emilio Lozoya”.

El argumento de Robles es, en esencia, que el fiscal Gertz la utilizó para perseguir la corrupción de las anteriores Administraciones. “Él esperaba que con la tortura que significa la cárcel de manera cobarde les ratificara una historia sin sustento. Que para salvarme a mí inculpara con falsedades a otros. Se equivocó y haciendo uso de mi derecho decidí demandarlo por esta situación, a pesar de que eso significaba enfrentarme a un personaje que utiliza su cargo para venganzas y a quien nadie le contradice porque le tienen miedo”. La exsecretaria de Estado mantiene que lo única prueba en su contra es “el falso testimonio de un testigo protegido”. “¿Quién hizo esta negociación? ¿Con qué instancias de la Fiscalía? ¿Con Juan Ramos?”, pregunta en referencia a un estrecho colaborador de Gertz. Fue en una conversación con él, intervenida y difundida a principios de marzo por un perfil anónimo de Youtube, en la que el fiscal manifiesta preocupación por la evolución del caso contra su familia política.

“Un pequeño grupo de tres hombres tomó la decisión de presente y de mi futuro”, continúa el escrito. “Señor presidente, usted me conoce mejor que mucha gente. Sabe que es una infamia lo que han hecho conmigo. Me preocupa que, conociendo el talante del fiscal, por el hecho de que se le han caído casos como el de los supuestos implicados por Emilio Lozoya, se ensañe aún más conmigo, abusando una vez más de su poder”, cierra Robles en la carta, fechada el 29 de marzo. El caso que afecta a la exsecretaria de Estado es especialmente simbólico porque supuso el primer golpe contra la corrupción del PRI y del PAN promovido por la actual Administración. López Obrador siempre ha negado de forma tajante la tesis de la persecución a pesar de las negativas de la justicia a la libertad de Robles. “Es una decisión del poder judicial. Por lo que corresponde al Ejecutivo no hay ninguna venganza, nosotros no hacemos eso, eso es inmoral, es indigno, eso le resta a cualquiera autoridad y para nosotros lo más importante es la autoridad moral”, afirmó en una ocasión.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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