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Matanza de civiles al azar: el terror del narco asola Tamaulipas

El crimen organizado asesinó a 14 personas a sangre fría en Reynosa. Esta cacería de inocentes es un hecho insólito para una entidad asediada por narcotráfico

Familiares y amigos despiden este lunes a Ángel Fernando Ruiz, uno de los fallecidos durante el ataque en ciudad Reynosa, Tamaulipas. En video, imágenes del funeral.Vídeo: FOTO| VIDEO: EFE
Elena Reina

Los periódicos locales de Tamaulipas advertían este lunes de que una de sus principales ciudades, Reynosa, había enmudecido. El silencio se ha apoderado de sus calles, convertidas durante 48 horas en el escenario de una guerra abierta entre el narcotráfico y las autoridades. Todas las fuerzas federales, estatales y locales se habían concentrado el domingo en aniquilar a los hombres armados que habían sembrado el terror el sábado asesinando a sangre fría a 14 personas, entre ellas albañiles, enfermeros, estudiantes, familias. Y las autoridades terminaron ejecutando a cuatro presuntos criminales. El saldo: al menos 18 muertos de una guerra que no cesa, con un epicentro esta vez en el Estado amordazado del norte, frontera con Estados Unidos. La capacidad de fuego de los cárteles mexicanos cuestiona de nuevo la estrategia prometida como consigna por el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Abrazos y no balazos”. Cuando el mandatario insiste desde la tarima en que el país está en paz y que ya no hay guerra, la soledad de las calles de Reynosa le recuerdan que el terror de la violencia sigue ahí, ajeno a eslóganes de campaña y promesas incumplidas.

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La matanza de Reynosa ha constituido un hecho insólito en una entidad asediada por el crimen organizado. Los enfrentamientos callejeros entre los cárteles de la droga han sido habituales desde hace décadas, y también las balas perdidas que han asesinado a inocentes. Muchos vecinos revisan sus grupos de WhatsApp para saber si es seguro salir a la calle a determinadas horas. Pero la cacería de civiles que vivió este sábado la ciudad se trata de un suceso “inédito, inaudito”, según señaló el procurador, Irving Barrios, este fin de semana.

Pocos de los habitantes de esta ciudad de unos 600.000 habitantes, a un paso de Estados Unidos, han tenido paz desde hace décadas. La guerra contra el narco que inició Felipe Calderón en 2006 sembró de cadáveres el Estado. Los enfrentamientos entre los cárteles de la droga por controlar uno de los pasos clave de tráfico de toda mercancía ilegal (incluida la trata de personas) desde el golfo de México consolidó una población asediada por el narco, el Ejército y las fuerzas federales de seguridad. Las cifras de muertos, pese a que la guerra presuntamente concluyera con el inicio del mandato de López Obrador en 2018, han continuado siendo críticas. Según el Instituto Nacional de Estadística, que recoge las cifras más precisas de homicidios según las carpetas de investigación de la Fiscalía e informes forenses, desde 2011 (el año más sangriento) han muerto de media casi tres personas al día. Este sábado fueron acribilladas a balazos 14.

Más allá de las cifras, lo que vivió Reynosa el sábado fue un escenario de guerra en el que los criminales camparon impunemente por sus calles, con armas propias del Ejército y con un único objetivo: sembrar el terror en la población. Adultos mayores, albañiles y empleados de la maquila, taxistas, un joven recolector de basura, familias, comerciantes y un enfermero, son algunas de las víctimas de este sábado.

Reynosa, Tamaulipas asesinados
Las autoridades resguardan una de las casas donde fueron asesinadas al menos dos personas en Reynosa (Tamaulipas).José Martínez (EFE)

El periodista tamaulipeco Marco Antonio Martínez, que reportó en vivo los ataques en Reynosa, mostró los rostros de algunas, como Fernando Ruiz Flores, técnico en enfermería de 19 años. El joven originario de Río Bravo estaba trabajando en una casa como albañil para pagarse sus estudios cuando el grupo armado disparó y lo mató junto a dos compañeros. Vecinos de la colonia Bienestar aseguraron que dos de las víctimas acribilladas en una tienda de abarrotes eran el dueño y un cliente, de 55 y 24 años. Otra víctima de la masacre fue Eduardo, empleado de una maquila en Reynosa.

Todo comenzó a las 12.30 del sábado. A esa hora las autoridades estatales detectaron que una caravana de tres camionetas con hombres armados había salido de la brecha el Berrendo rumbo a la colonia Almaguer, en Reynosa. Antes de comenzar los ataques, disparando a diestro y siniestro, robaron una camioneta y avanzaron hacia esa zona residencial.

Aproximadamente alrededor de las a 12.45, el grupo acribilló a siete hombres que se encontraban dentro de un domicilio, ubicado en la avenida Rodríguez, en la colonia Almaguer. Después, como si se tratara de un escuadrón militar, avanzaron hacia la colonia Obrera y mataron a otros dos. La estela de muerte siguió hacia la colonia Bienestar, donde el mismo grupo tiroteó a otros dos hombres y a una cuadra, masacró a una familia: dos mujeres y un hombre que se resistieron a entregarles la camioneta Nissan Murano donde viajaban.

Para las 13.30, en solo una hora, el narco había asesinado ya a al menos 12 personas, según registraron las autoridades. La policía recibió numerosas llamadas de auxilio y media hora después, a las 14.00, alcanzaron al comando en el puente fronterizo Pharr. Allí las autoridades se enfrentaron a los hombres armados, uno de ellos fue ejecutado y otro, detenido. En el maletero de la camioneta llevaban a dos mujeres amordazadas.

La guerra continuó toda la noche hasta el domingo. La búsqueda del resto de los responsables se extendió hasta el municipio de Río Bravo, ubicado a 23 kilómetros de Reynosa. Soldados y policías estatales recorrieron algunos sectores y encontraron una granada sin detonar. Este lunes, el saldo de la persecución es un detenido y cuatro presuntos criminales asesinados.

Durante la tarde del domingo, el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca —investigado por la Fiscalía General de la República por delincuencia organizada y lavado de dinero— lamentó los asesinatos de “ciudadanos inocentes” en Reynosa. “Se investiga ya el móvil de estos actos que afectaron de manera directa a la población civil, en colaboración con el Ejército mexicano, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de Justicia del Estado”, expresó en un comunicado. Cabeza de Vaca exigió al Gobierno federal que asuma su responsabilidad en el combate a los grupos del crimen organizado, pues se trata de un delito federal y no estatal. De acuerdo con análisis criminales, células de los Cárteles del Golfo, del Noreste y Zetas Vieja Escuela operan en territorio tamaulipeco. “Las organizaciones criminales deben recibir por parte del Gobierno federal una señal clara, explícita y contundente de que no habrá espacios para la impunidad, ni tolerancia ante sus reprobables conductas delictivas. En mi Gobierno no habrá tregua para los violentos”, afirmó el mandatario.

La mañana de este lunes, López Obrador anunció que la Fiscalía General atraerá el caso de la masacre de Reynosa. “Todo indica que no fue un enfrentamiento [entre cárteles], sino que fue un comando que disparó a gente que no estaba en plan de confrontación”, ha señalado el presidente. “Fue un ataque cobarde”, ha remarcado el mandatario. Lo que sucedió en Reynosa este fin de semana es además, según han señalado algunos expertos como Geovanni F. Barrios Moreno, presidente de la asociación Justicia Tamaulipas, “un delito de lesa humanidad” perpetrado por el crimen organizado. Una guerra abierta con más de una decena de civiles asesinados.

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Elena Reina
Es redactora de la sección de Madrid. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020

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