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La lenta y ansiada extradición de Tomás Zerón

Pendiente del Gobierno de Israel, la Secretaría de Relaciones Exteriores apela al sigilo ante el dilatado proceso, fundamental para las familias de los estudiantes de Ayotzinapa

Pablo Ferri
Tomás Zerón
Tomás Zerón, durante una conferencia de prensa en 2014.PGR

Esperada desde hace meses, la extradición de Tomás Zerón a México parece estancada. Acusado en varios procesos de tortura y desfalco, Zerón es prófugo de la justicia y se esconde en Israel. En enero, el canciller, Marcelo Ebrard, informó de que el expolicía había pedido asilo en aquel país y que eso retrasaría un proceso ya de por sí complicado: México e Israel carecen de tratado de extradición. Tres meses después, la Secretaría de Relaciones Exteriores apela al sigilo. “Ambos gobiernos están trabajando para tener un caso sólido”, explica una fuente de la dependencia. “Nuestra fiscalía ha pedido mucho sigilo”.

Antiguo jefe de la investigación del caso Ayotzinapa, Zerón enfrenta acusaciones por los delitos de tortura, desaparición forzada y contra la administración de justicia, en el marco de las pesquisas por el ataque contra los estudiantes normalistas, en septiembre de 2014 en Iguala, en el Estado de Guerrero. Entonces, Zerón dirigía la Agencia de Investigación Criminal, brazo investigador de la extinta Procuraduría General de la República (PGR). La Fiscalía le acusa también de la compra con sobreprecio de vehículos equipados con sistemas de espionaje, plataformas digitales de inteligencia y la construcción de un centro de la PGR en Querétaro.

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Para Santiago Aguirre, parte del equipo legal que representa a las familias de los normalistas, lo dilatado del proceso de extradición responde a la lentitud con que la actual administración de la Fiscalía puso en marcha su propia investigación del caso. “En el sentir de las familias, era muy relevante haberse apurado más. Y lo cierto es que no hubo fiscal para el caso hasta julio de 2019. Y fue poco después de esta designación cuando Zerón se fue al extranjero. Seguimos sufriendo las consecuencias de que no se apuraran al principio”, argumenta.

De la mano del entonces procurador, Jesús Murillo Karam, Zerón fue el artífice de la llamada verdad histórica, la narrativa de los hechos con que el Gobierno priista de Enrique Peña Nieto (2012-2018) quiso cerrar la investigación del caso Ayotzinapa. Según esta versión, policías locales y criminales desaparecieron, asesinaron y quemaron a los estudiantes en un basurero cerca de Iguala. Luego habrían arrojado los restos al cercano río San Juan. Investigadores independientes respaldados por la Organización de Estados Americanos (OEA) pusieron en duda la versión oficial y señalaron conductas extrañas del propio Zerón, como el viaje que realizó con uno de los detenidos al río San Juan, poco antes del sorprendente hallazgo de una bolsa con huesos, que luego resultaron ser de uno de los estudiantes, Alexander Mora.

Los expertos de la OEA denunciaron igualmente que la investigación de Zerón estaba plagada de indicios de tortura contra los detenidos, acusación que las autoridades concretaron años después. La actual Fiscalía acusa a Zerón de tortura en el caso de Agustín García Reyes, alias El Chereje, precisamente el detenido que llevó al río San Juan. Los fiscales le acusan también de tortura en el caso de Felipe Rodríguez, alias El Cepillo.

Tanto El Cepillo como El Chereje son presuntos integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos, parte del contubernio criminal que atacó a los normalistas. En el proceso de investigación que comandó, Zerón habría dirigido interrogatorios en los que agentes de la PGR habrían torturado a varios de los detenidos. El año pasado, un video del interrogatorio de El Cepillo filtrado a los medios mostraba al detenido con el torso desnudo y la cabeza tapada, en un cuarto junto a Zerón. El expolicía le decía al detenido: “Dime todo lo que sepas de los estudiantes. La primera mentira que me digas, se acabó el tema y empezamos”. Por las irregularidades en sus procesos, los dos, detenidos durante la primera etapa de investigación, quedaron en libertad.

Para Vidulfo Rosales, compañero de Aguirre en el equipo de abogados que asesora a las familias de los estudiantes, “el procesamiento de Zerón en México es fundamental”. Rosales plantea dos cuestiones básicas. “Primero, él llevó a cabo actos de tortura para convalidar la hipótesis del basurero. ¿Qué motivos tuvo para colocarse él en una posición así? Él era un funcionario de primer nivel y conocía el sistema jurídico, sabía el problema en que podría meterse. Y segundo, no se sabe si los restos sacados del río San Juan se sacaron efectivamente de ahí. Existen indicios de que las evidencias fueron sembradas”, argumenta. Para Rosales, este segundo aspecto resulta esencial. “Si logramos dilucidar de dónde salieron los restos del río San Juan, podríamos saber más cosas, incluso dónde hay más restos”.

Hasta la fecha, las autoridades solo han encontrado restos de dos de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014. Uno, Alexander Mora, apenas un mes después del ataque. Como explica Rosales, las familias dudan de que fuera en el río. Y dos, Cristián Rodríguez, ya durante la actual Administración. El año pasado, las autoridades hallaron un pequeño trozo de hueso a casi un kilómetro del basurero, escenario central de la tesis de Zerón.

Para la comisión presidencial que investiga el caso junto a la Fiscalía, la llegada de Zerón es importante también para profundizar en el entendimiento de la primera fase de la investigación. Una fuente de la comisión explica que cuando empezaron a trabajar, en 2019, entendieron que una de las fases a investigar era precisamente esa, la primera etapa de las pesquisas. “La llegada de Zerón podría ayudar en el tema de encubrimiento”, dice, en referencia a los últimos meses de 2014 y los primeros de 2015, cuando el expolicía dirigió detenciones e interrogatorios, protagonizó el hallazgo de los restos de Mora y lanzó una hipótesis a su entender incontestable, la historia del basurero.

Superada la verdad histórica, pendientes de Zerón, la Fiscalía aguarda ahora el resultado de los análisis de la última tanda de restos óseos enviados a la Universidad de Innsbruck. En el paquete iban fragmentos de hueso hallados en la misma barranca donde encontraron restos de Rodríguez. Las familias esperan resultados entre mediados y finales de mayo.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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