_
_
_
_
_

México decomisa tonelada y media de cocaína en la capital en menos de una semana

Los aseguramientos tienen un valor aproximado de 31.4 millones de dólares y se produjeron en casas particulares

Pablo Ferri
Policías custodian decomiso de cocaína
Militares, junto al departamento donde hallaron más de 60 kilos de cocaína en Ciudad de México.Mario Guzmán (EFE)

Del 4 al 9 de febrero, las autoridades mexicanas decomisaron 1.695 kilos de cocaína en tres cateos en la capital y el área metropolitana. A diferencia de los hallazgos habituales en vehículos en la calle, en apariencia fortuitos, estos se produjeron en casas o bodegas particulares, en operativos en los que participó el Ejército. Según la cuenta de la Secretaría de la Defensa, el precio de la droga en la calle podría haber alcanzado los 630 millones de pesos, algo más de 30 millones de dólares. En sus comunicados, la dependencia vincula los dos primeros cateos, que ocurrieron en días contiguos y resultaron en los decomisos más abultados.

El 4 de febrero, militares, policías y fiscales de Ciudad de México irrumpieron en un departamento de la alcaldía Tlalpan, en el sur de la capital. Allí encontraron algo más de 800 kilos de cocaína, armas largas y cortas y vehículos de lujo. “Los hechos ocurrieron derivado de acciones de investigación y seguimiento de actividades de grupos delictivos en la capital del país”, explicó la dependencia. Dos personas fueron detenidas en la casa.

Al día siguiente, el Ejército y la Fiscalía General de la República llegaron a una bodega en Ciudad Nezahualcóyotl, “como continuación de los resultados” del día anterior, según informó la Secretaría de la Defensa. En la bodega, las autoridades hallaron 830 kilos de cocaína, vehículos con “compartimentos ocultos” y dinero en efectivo. Adscrito al Estado de México, Neza es uno de los municipios del área metropolitana de la capital. Apenas 20 kilómetros separan los lugares de los decomisos. La dependencia no informó si en este operativo detuvieron a alguien.

El 9 de febrero, militares y autoridades de la capital dieron el tercer golpe, esta vez en un barrio céntrico de clase media. Una persona fue detenida en este operativo. El hallazgo fue menor, apenas 61 kilos de cocaína, pero sumado a los anteriores cerraba una semana extraordinaria.

No han trascendido de manera oficial detalles sobre la identidad de las personas aprehendidas. Varios medios locales han informado, sin embargo, de que los dos del primer decomiso y el último son originarios de Sinaloa. La identidad de los detenidos apunta directamente al posible dueño de la droga. ¿Era el cartel de Sinaloa, el cartel Jalisco, ninguno de los dos?

Estos decomisos ocurren además semanas después del primer gran hallazgo del año en la capital, este al parecer fortuito. El 18 de enero, una camioneta cargada de cocaína volcó en la avenida Río San Joaquín, junto a la colonia Polanco, una de las más caras de América Latina. La fiscalía de la capital dice que supo del accidente por una llamada telefónica. Cuando llegaron al lugar, la policía rescató cientos de paquetes de droga, que al final pesaron más de media tonelada. Parece que no se detuvo a nadie en esta ocasión y la autoridad no informó oficialmente sobre el posible origen del cargamento. Reporteros locales de nota roja señalaron que el dueño era una facción del cartel de Sinaloa.

Las especulaciones acerca del origen de la mercancía enlazan con el viejo debate sobre la presencia del crimen organizado en la capital. Negado hasta la saciedad durante la Administración de Miguel Ángel Mancera como jefe de Gobierno (2012-2018), la realidad insistió en quitarle la razón. Los asesinatos y balaceras en barrios de restaurantes y bares de moda, las refriegas entre bandas criminales locales y los pulsos al Estado por parte de algunas de ellas echaron por tierra un paradigma ya de por sí superado. El crimen organizado actuaba en Ciudad de México, un mercado de narcóticos importante y un nudo de comunicaciones vital para las mafias de la droga.

Tan importante es la capital que los criminales no han dudado en atentar contra el jefe de la policía local, Omar García Harfuch, autoproclamado azote de los grupos criminales, sobre todo del cartel Jalisco. El 26 de junio del año pasado, un grupo de sicarios emboscó y tiroteó la camioneta de García Harfuch junto al Paseo de la Reforma. El propio secretario de Seguridad señaló al cartel Jalisco en un mensaje en Twitter minutos después del atentado.

Más allá del origen de la cocaína decomisada en la última semana, su presencia en la capital actualiza las dudas sobre los vínculos entre las mafias transnacionales de droga y las bandas criminales locales. Y genera preguntas sobre el papel que juega la ciudad en la ruta de narcóticos a Estados Unidos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_