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Un cuerpo policial con dos millones de ojos

La cooperación entre la policía local y los vecinos de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, disminuye los delitos mientras que el país se hunde en una espiral de violencia

Vista aérea del municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México. IGNACIO GALLELLO
Vista aérea del municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México. IGNACIO GALLELLO
Ignacio Gallello
Nezahualcóyotl (Estado de México) -

Tres motocicletas de la policía cierran la calle Abelardo Rodríguez de la colonia Vicente Villada de Nezahualcóyotl, en el Estado de México. Son las 12.45, en la fachada de cemento sin aplanar de un domicilio de dos pisos hay colocada una escalera junto a un árbol seco, un policía vigila desde la calle, mira hacia la cornisa de la casa, donde se posa la escalera y, de fondo, se escucha una motosierra. Dos agentes se asoman desde la azotea y lanzan al vacío ramas recién cortadas que caen amontonadas a un lado de la vía. Los policías atienden así el llamado de un vecino, que pidió que talaran el árbol seco que hay frente a su casa por miedo a que la pirotecnia de las próximas navidades lo incendie. Las patrullas vecinales, en esta ciudad, no solo persiguen el crimen.

En 2013, los homicidios en México eran 19,5 por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, en aquellos tiempos Nezahualcóyotl, un municipio del Estado de México que colinda con Ciudad de México, Texcoco, La Paz y Chimalhuacán, alcanzaba los 22. Pero la situación ha cambiado, y mientras que la Federación registró en 2019, por segundo año consecutivo, una cifra de 29 muertes por cada 100.000 habitantes, en este municipio la cifra de muertes se ha desplomado hasta los 12,7. Una caída del 57,7%. Según un informe de México Evalúa, una organización independiente, la respuesta podría encontrarse en el modelo de seguridad que ha aplicado el Gobierno municipal, basado en la proximidad y en la creación de redes vecinales que reportan y contactan directamente con la policía. Frente a la política federal de militarización de la seguridad, en esta población se ha optado por un modelo hiperlocal basado en la proximidad con sus 1,2 millones de habitantes. El modelo podría resumirse en que, al estar en contacto directo las 24 horas con los agentes, lo que los vecinos ven, es una extensión directa de la vigilancia policial.

Mientras el árbol de la calle Abelardo Rodríguez se tambalea y enfila el suelo definitivamente, el oficial Juan Vidales, de la subdirección de redes vecinales, explica que las funciones de la policía no se limitan a las emergencias. “No dejamos de lado intervenciones como cortar un árbol o hacer una jornada de limpieza en una calle, ese es el vínculo de la policía de proximidad”, cuenta. Y añade: “Fomentar este tipo de acciones nos ayuda a estar en contacto con la ciudadanía y de este modo reducir los índices delictivos”. Un portavoz del Ayuntamiento explica cómo funciona el modelo: Se dividió el municipio en 100 cuadrantes, que abarcan entre 10 y 15 calles, cada una con su propia red vecinal. Por cada cuadrante hay 6 agentes, siempre los mismos, que mantienen contacto con cada una de sus redes vía whatsapp. Se denuncian desde delitos hasta carencias como falta de iluminación, baches o aceras en mal estado. En total, en Nezahualcóyotl hay 10.500 redes vecinales, una por calle, y 600 agentes dedicados exclusivamente a ellas.

Con el árbol ya hecho astillas, comienza a sonar una sirena de policía y los agentes llaman puerta por puerta a todas las casas. Mientras, una grabación lanza un llamado que recorre toda la cuadra, es la hora de la asamblea entre vecinos y policías. Poco a poco los vecinos van saliendo y se arriman a una pared, enfrente se colocan los agentes. Uno de ellos hace un repaso sobre cómo proteger las viviendas de los robos: “Si vemos que hay publicidad en las puertas y sabemos que el vecino no está, nuestra obligación es quitarla para que los rateros no puedan fichar ninguna casa que asaltar”, explica el agente a los vecinos. Un delito que sí ha crecido es el robo de viviendas sin violencia, concretamente un 254% entre 2011 y 2019, según el informe de México Evalúa. Tras la plática, los vecinos empiezan a hablar, uno se queja de que las luminarias (farolas) no funcionan, y una vecina pide una solución para las banquetas (aceras), que se encuentran dañadas, y es cierto, en muchos tramos se encuentran resquebrajadas o levantadas.

Un policía dialoga con los vecinos de la red vecinal de la calle Abelardo Rodríguez, en Nezahualcóyotl. IGNACIO GALLELLO
Un policía dialoga con los vecinos de la red vecinal de la calle Abelardo Rodríguez, en Nezahualcóyotl. IGNACIO GALLELLO

La vecina en cuestión es Rosa Aguíñiga, de 66 años. “Las redes se ocupan de cosas positivas y son muy beneficiosas. La policía hizo un grupo de whatsapp en el que estamos varios vecinos, sí acuden cuando se les llama”. Tanto Aguíñiga como su vecina, Berta Martínez, afirman que se nota una disposición más grande, y esperan que no se deba al proceso electoral de 2021. “Queremos creer que no es nada más por las elecciones que se avecinan, esto tiene que ser permanente”, opina Martínez. Aguíñiga dice que aunque hacen falta más cámaras, los vecinos ahora están más atentos: “Vivimos frente a frente, ellos nos cuidan y nosotros también estamos al tanto”. Después de cada asamblea, vecinos y autoridades sellan el encuentro con una foto en conjunto, para que quede constancia del encuentro y de las materias discutidas. Desde el ayuntamiento aseguran que no hay asamblea sin foto final que la demuestre.

A pesar de la mejora, la violencia y el crimen persisten. Jorge Amador, el director de seguridad ciudadana de la alcaldía, lo achaca al alto volumen poblacional y económico del municipio. “Tenemos 50.000 comercios. Esta actividad de pequeños y medianos empresarios hace que la disponibilidad de efectivo sea mayor que en los alrededores”, explica Amador. Al mismo tiempo, el director señala que cuando se constituyó la población, hace 57 años, pocas personas tenían coche, por lo que hay una ausencia importante de garajes y el robo de vehículos es uno de los crímenes más comunes. Sin embargo, este ha descendido un 73%, según datos de la Oficina Comunicadora de Riesgos Asegurados y el informe de México Evalúa. La caída es evidente también desde 2013, cuando se empezaron a crear las redes de vecinos.

Juan Hugo de la Rosa es el alcalde del municipio, y a la densidad económica, añade el número de pobladores para explicar el alto número de delitos. Neza tiene una superficie de 64 kilómetros cuadrados, la misma que Villamanta, un pueblo de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en Villamanta cuentan 2.500 vecinos en el último censo de 2017, y en Neza viven 1,2 millones de personas, 17.536 habitantes por kilómetro cuadrado, aunque De la Rosa dice que según datos “extraoficiales” esa cifra llega a 23.500. Ante tamaña dimensión, el alcalde afirma que las redes vecinales han sido fundamentales para la seguridad: “Es precisamente la comunidad la que conoce y vive los problemas, deben dar las soluciones”, señala el regidor municipal.

Desde 2016, la percepción de la inseguridad por parte de la ciudadanía ha caído del 84,1% al 70,8% en septiembre de 2020. Para Amador, la cifra actual sigue siendo “alta”, pero se aferra a la tendencia descendente para afirmar que los resultados del modelo de seguridad de proximidad está surtiendo efecto. Al mismo tiempo, el porcentaje de nezahualcotlenses que confía en su policía municipal aumentó desde el 51% en 2016 hasta el 68% en 2019, según México Evalúa.

Redes contra los feminicidios

Frente al Ayuntamiento de Neza, sobre la Avenida Chimalhuacán, hay una estatua ecuestre del prócer de la patria mexicana Miguel Hidalgo. En el pedestal, en la parte trasera, aguanta un cartel con una proclama escrita a mano: “Las mujeres de la periferia existimos porque resistimos”. Y es que hay cifras que alarman y que no mejoran ni con las redes de vecinos. Neza es uno de los municipios con mayor tasa de feminicidios y violencia contra la mujer del Estado de México. Entre 2015 y 2019 este tipo de violencia ha aumentado un 61% y la ciudad se encuentra en alerta de violencia de género desde 2015, según México Evalúa.

Las vecinas de la calle Abelardo Rodríguez no son ajenas a esta lacra. “Hay mucha violencia hacia las mujeres, no hay necesidad de expresarlo porque es evidente, dentro y fuera de los domicilios, agresiones, desapariciones de muchachas, señoritas, niñas, jóvenes, señoras… Ahora están trabajando en casa, pero las que trabajan fuera salen con miedo desde las 4 o 5 de la mañana. Hubo dos intentos de secuestro la semana pasada. La hay [violencia contra la mujer] y no estamos alejados de que nos pueda suceder [a nosotras]”, cuentan.

Para intentar atajar el problema, desde el Ayuntamiento se acaban de conformar las redes de mujeres por la paz, que serán unas réplicas de las redes de vecinos compuestas únicamente por mujeres donde ellas puedan “organizarse” para “detectar problemas de violencia doméstica” o factores del entorno que la faciliten. “Nos va a permitir tener un vínculo, porque por tener más policías no podemos tener todos los ojos. Pretendemos que se organicen, hablen y nosotros apoyaremos en lo que podamos”, cuenta un portavoz.

Debido a la pandemia, la recaudación se ha reducido y los medios son más limitados, afirman desde la alcaldía y la policía, pero aseguran estar resueltos a continuar buscando soluciones: “Recursos faltan muchos, pero tenemos toda la voluntad”.

Progreso a prueba de política

Durante la presentación del informe de México Evalúa, se hizo hincapié en la fragilidad de los cambios provocados por estas nuevas políticas, ya que están a merced de los cambios políticos. Sin embargo, el objetivo de las redes vecinales es implantar un sistema vecinal que dure en el tiempo pase lo que pase.

Más allá de generar una dinámica en materia de seguridad, las autoridades han fijado objetivos como, por ejemplo, que en cada calle haya un responsable de primeros auxilios para atender emergencias inmediatas. Jorge Amador lo ejemplifica: “Si se produce un atragantamiento y no se sabe hacer la maniobra de Heimlich, la persona se muere. Todos esos primeros auxilios hay que enseñarles a la población”. Amador señala que las redes deben convertirse en una “escuela de seguridad humana”. El consistorio busca que los cambios de las redes vecinales se afiancen y duren en el tiempo, se mantenga o no el modelo policial de proximidad en posibles gobiernos posteriores. “La esperanza es que lo que hayan aprendido los ciudadanos en materia de autoorganización y los conocimientos que hayan adquirido no se los quite nadie, eso puede garantizar un progreso real”, señala Amador.


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