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Así afecta a los niños el déficit de vitamina D

Esta vitamina liposoluble ayuda a nuestro organismo a la absorción de minerales como el calcio y el fósforo y se produce en la piel a partir de la radiación ultravioleta de la luz solar

Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), “el déficit afectaría al 25% de los niños españoles.
Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), “el déficit afectaría al 25% de los niños españoles.Unsplash
Carolina García

Las vitaminas son sustancias imprescindibles para el funcionamiento de nuestro organismo. No aportan calorías y son necesarias para el mantenimiento de la mayoría de las funciones metabólicas como, por ejemplo, el crecimiento. “Debido a ello, es fundamental conseguir un aporte suficiente en nuestra alimentación para evitar carencias en las mismas y enfermedades derivadas de ello”, explica Manuel Antonio Fernández, el Neuropediatra. Una de ellas es la vitamina D y su déficit puede ocasionar problemas de salud en los niños.“Más concretamente, esta vitamina liposoluble ayuda a nuestro organismo a la absorción de minerales como el calcio y el fósforo”, prosigue el experto, “que son fundamentales para el desarrollo de los huesos, entre otras cosas. También tiene un papel relevante como regulador del sistema inmunológico o antitumoral, entre otros”. La vitamina D se produce en la piel a partir de la radiación ultravioleta de la luz solar. ¿Entonces, en los países con más luz solar hay menos personas con déficit de esta vitamina?

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“A pesar de lo que podemos pensar, incluso en países con unos altos niveles de exposición solar es frecuente la existencia endémica de niveles bajos de esta vitamina en la población”, añade Fernández. “Aunque estos no suelen ser tan bajos ni tan prolongados en el tiempo como para generar patologías evidentes, sí que pueden afectar a diferentes procesos metabólicos importantes para el desarrollo”, explica el Neuropediatra. Por ejemplo, en España, alrededor de un 30% de la población presenta unos niveles sanguíneos de vitamina D por debajo de los considerados normales. Y según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), “el déficit afectaría al 25% de los niños españoles. Los requerimientos diarios de esta vitamina en la infancia y en la adolescencia son de entre 400 y 600 UI [un UI es equivalente biológico de 0,025 microgramos de colecalciferol (vitamina D3) /ergocalciferol (vitamina D2)]”.

Aunque esta vitamina es ampliamente conocida por las madres debido a su relación directa con el metabolismo del calcio, el crecimiento y la osificación de los huesos, tiene otras muchas funciones menos conocidas. Según mantiene el experto, aunque la enfermedad más conocida derivada del déficit de vitamina D es el raquitismo -este trastorno lleva a que se presente reblandecimiento y debilitamiento de los huesos- en los niños, tanto en ellos como en los adultos pueden aparecer otros cuadros como osteoporosis (huesos mal calcificados), hipocalcemia (niveles bajos de calcio en sangre) u osteomalacia (huesos de consistencia blanda).

Paliar el déficit de vitamina D

Según indica el doctor Fernández, “si bien hay alimentos que presentan niveles de vitamina D más elevados que otros, no hay ninguno que presente unas cifras significativamente altas”. “Los pescados azules y grasos como el salmón, la caballa o el atún son los más recomendables en estos casos. Aun así, para recuperar y normalizar unos niveles bajos de vitamina D solo tenemos dos opciones: una es aumentar la ingesta, ya sea a través de la alimentación o mediante suplementos específicos. La otra vía es el aumento de la exposición solar”, reitera. “El uso de complementos vitamínicos liposolubles solo está recomendado en casos de carencia”, continúa el experto, “y debe hacerse bajo supervisión facultativa y control analítico, con la finalidad de evitar pautas insuficientes, así como su consumo excesivo”. De este modo, aunque es habitual que todos tengamos la sensación de que los suplementos vitamínicos son buenos y recomendables, “debemos ser cuidadosos para no acabar creando un problema más difícil de solucionar que la propia carencia de vitamina D”, concluye Fernández.

“Recordemos que la vitamina D es la única que el cuerpo humano es capaz de producir por sí misma. De hecho, su fuente principal es la piel”, explica Andrea Marroquín, médico estética. “La sintetizamos cuando nos exponemos a la luz solar y hay que recordar que no se requiere en la dieta si la exposición a luz solar es adecuada”, incide la experta. Además, de las patologías conocidas del déficit de esta vitamina, como puede ser el raquitismo, “estudios recientes han cobrado mucho interés debido a la relación que se ha encontrado entre la vitamina D y algunas dermatosis. Esta relación se debe sobre todo al papel que desempeña en la actividad del sistema inmunológico. Esto se ve reflejado en que los pacientes con déficit de vitamina D presentan casos más severos y una deficiente evolución de estas patologías”. La dermatosis es cualquier anomalía o lesión en la piel. Actualmente la vitamina D se ha relacionado con la patogenia de una gran variedad de enfermedades dermatológicas. “Entre estas, están la psoriasis, la dermatitis atópica, el acné y la rosácea. En otras enfermedades dermatológicas aún se sigue investigando la relación que tiene y cómo influye, por ejemplo, en el vitiligo, el lupus eritematoso sistémico, algunas clases de alopecia y algunos tipos de cáncer de piel”.

Para evitar estos cuadros tenemos que tener unos niveles óptimos de vitamina D en el cuerpo de niños y adultos. Y esto se consigue con “una práctica saludable que consiste en combinar una exposición solar controlada junto con una adecuada alimentación y suplementos si fueran necesarios”, concluye la experta.

Vitamina D y embarazo

Durante el embarazo se puede tomar el sol, pero siempre con precaución. El sol tiene efectos beneficiosos, ya que la luz solar transforma el dehidrocolesterol en vitamina D, que va a ayudar a la absorción de calcio que ingerimos en la dieta. Pero la exposición solar en las mujeres embarazadas debe ser limitada, sin abusar, evitando las horas centrales del día y siempre utilizando cremas con protección solar, ya que durante la gestación, además, pueden aparecer manchas cutáneas, especialmente en la cara, debido a los cambios hormonales.

 

*Fuente: Dra. Hortensia García Briz, ginecóloga en la clínica Anthea

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Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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