El tercer premio le toca a los Reyes Magos de un pueblo de 1.200 habitantes
Una asociación que organiza un auto sacramental en La Canyada (Alicante) se reparte 500 décimos del tercer premio, el 31.398, vendido en Biar, donde el PP local jugaba 200 décimos más
Las campanas de la parroquia de San Cristóbal de La Canyada (Alicante, 1.210 habitantes) no han dejado de repicar desde mediodía, cuando del bombo ha salido el 31.938, número premiado con el tercer premio de la Lotería de Navidad. Rápidamente, casi toda la población se ha ido a celebrarlo junto a la iglesia adosada al ayuntamiento. “No conozco a casi nadie a quien no le haya tocado, y si hay alguien, seguro que tiene un familiar premiado”, asegura Almudena Hernández, profesora de FP en un municipio cercano que lleva un décimo en el bolsillo. Su familia, como casi todas las del pueblo, participa en el auto sacramental que organiza el Patronato Reyes Magos, que compró 500 décimos en una administración de Biar (3.612 habitantes), a apenas siete kilómetros de aquí. El mismo despacho que ha repartido un total de 92,5 millones de euros, entre ellos, los de 200 décimos del Partido Popular de Biar.
Moisés Barceló, el presidente del patronato, fue el encargado de comprar los décimos de un número al que están abonados, “490 boletos en total, unos 24 millones de euros”, que se han repartido entre los 11 miembros de la junta directiva y los 230 socios. A él le ha tocado “bastante”, teniendo en cuenta que se ha quedado con algún décimo que no se vendía. Declina comentar en qué gastará el dinero personalmente, pero la asociación cultural “tiene garantizada su viabilidad una larga temporada”. Prácticamente toda la población participa en la representación de un auto sacramental, uno de los más antiguos de España, que recrea la visita de los Reyes Magos a la Sagrada Familia. Se celebra los días 6 y 7 de enero por diferentes escenarios de La Canyada. “Este año, vamos a ver si utilizamos un par de carrozas más y reforzamos el equipo de sonido”, avanza Barceló, que precisamente hoy ejerce de testigo en la boda de un amigo y no sabe si le van a dejar tranquilo con tanta llamada de teléfono como está recibiendo.
En el bar El Cultural de La Canyada vuelan los platos de marisco y las botellas de champán. A las puertas, en la calle, está Almudena Hernández, quien planea un viaje con su marido, Juan, y con sus hijos, Noel, de 3 años, y Amaia, de 9, que propone Maldivas como destino, aunque según su madre, lo más probable es que acaben en Eurodisney. “Lo mejor es esto”, señala con el brazo a su alrededor, “todo el pueblo feliz, es un gran día de celebración”. También festejan junto a la iglesia Fátima Orozco y Paco Barceló, a quienes les ha tocado “un buen pellizco” y quieren “hacer un viaje a Escocia y comprarle un piso a nuestra hija”. Ella trabaja en un centro comercial de Villena, la capital comarcal, y actúa en el auto de Reyes; él es el encargado de la almazara de la cooperativa San Cristóbal y se ríe con que le haya tocado el premio después de todo un año “trabajando con el oro líquido”, el aceite. Al alcalde, Rafael Serrano (PP), le ha tocado un décimo. A la concejal de Cultura, Cristina Galvañ, también. “Todo el pueblo lleva lotería, vamos a disfrutar de unas buenas navidades”, confía la edil.
En Biar no para de atender a los medios José Joaquín Rico, propietario de la administración número 1, La Mahoma, ataviado con una camiseta conmemorativa. Trabaja en el mismo despacho de lotería desde hace más de 20 años y se lo compró a los antiguos propietarios hace ocho. Ha vendido íntegramente el tercer premio, 1.850 décimos y 92,5 millones de euros en total, el primero que reparte en el sorteo de Navidad. El bocado más grande se ha ido para La Canyada. El segundo, unos 200 décimos, al PP biarense. El resto se lo han ido llevando “clientes de Alicante, de Cartagena, incluso de Ronda, en Málaga”. A Rico no le ha tocado más que “la ilusión de ver a los clientes satisfechos”. Eso sí, confía en que alguno “invite a una buena comida”. Uno de los candidatos podría ser José Luis Pérez, Pereta, exconcejal popular de Biar y presidente de la Peña Madridista del pueblo. “Me han tocado 75.000 euros, un décimo mío y otro que he compartido con mi madre”. También ha repartido diez décimos “entre los amigos”. O Pepe Verdú, peluquero al que la suerte le ha sonreído “a dos años de la jubilación”. “Es una espenteta (un empujoncito), que me servirá para vivir un poco más fácil y cómodo”, sostiene. Abonado al mismo número desde hace “más de 30 años, desde que abrió la administración”, ya ha recibido una llamada de sus dos hijos: “Me han explicado lo que quiere llevarse cada uno”, bromea.
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