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Orbán, Le Pen, Wilders y otros ultras europeos celebran el triunfo de Trump

El regreso del republicano a la Casa Blanca se produce en pleno auge de los movimientos populistas en la UE

El futuro presidente de EE UU, Donald Trump, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el pasado 11 de julio en Mar-a-Lago, la mansión del magnate estadounidense, en Palm Beach (Florida).Foto: Zoltan Fischer (EFE) | Vídeo: EPV
María R. Sahuquillo

La ultraderecha europea celebra la victoria de Donald Trump y su vuelta, más poderoso aún, a la Casa Blanca. El triunfo del magnate tiene repercusiones para la seguridad y el comercio en Europa, pero también alimenta a sus aliados y a los discursos que enarbolan contra la inmigración, los derechos LGTBI y la idea de que la era del multilateralismo acabó para dejar paso a las naciones. La vuelta de Trump como 47º presidente de Estados Unidos llega en un momento en el que los populismos y la extrema derecha están en auge en la Unión Europea. Su influencia, la escala de su triunfo y sus conexiones pueden impulsar la ola ultra y la normalización de la ideología extremista, según advierten los expertos.

Los aliados europeos del magnate aguardan con ansia la toma de posesión de Trump. Entre ellos, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ve también un poco suya la victoria de republicano, con el que mantiene muy buena relación y a quien visitó en su autodenominada “misión de paz para Ucrania” tras reunirse en Moscú con el autócrata ruso Vladímir Putin y en Pekín con el chino Xi Jinping. “¡Una victoria enormemente necesaria para el mundo!”, ha proclamado el nacionalpopulista magiar en la red social X este miércoles, en vísperas de recibir a los líderes de la Comunidad Política Europea el jueves y a los jefes de Estado y de Gobierno de los Estados de la UE el viernes en Budapest.

No es casual que esta cumbre se celebre días después de las elecciones estadounidenses con una victoria de Trump que puede interpretarse como un espaldarazo al primer ministro húngaro, el líder más hostil a Bruselas. Los Consejos Europeos de la Unión informales de la segunda mitad del año suelen celebrarse a comienzos de octubre. Ha sido Orbán, mandatario del país que lo preside este semestre, quien lo ha retrasado con la esperanza de que sucediera lo que finalmente ha pasado en las elecciones estadounidenses. Incluso se especula en Bruselas con que el magnate republicano intervenga en este Consejo a través de un mensaje de vídeo.

Al mensaje del húngaro le han seguido los de toda la ultraderecha europea, que ansía repetir las recetas trumpistas en la Unión y que ahora, además, se siente más reivindicada. Los partidos de extrema derecha son, además, ahora más fuertes que en 2016, cuando Trump ganó a la demócrata Hillary Clinton. E incluso que en 2021, cuando el republicano dejó el cargo a regañadientes.

La ola ultra acumula victorias en las elecciones europeas de junio y en toda Europa —Austria, Países Bajos, Italia, y subidas en Alemania y Francia—. Ahora, el tercer grupo en el Parlamento Europeo es Patriotas por Europa, integrado por el húngaro Fidesz de Orbán; el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen; la italiana Liga, de Matteo Salvini, o el Partido por la Libertad, del holandés Geert Wilders, a quien muchos apodan “el Trump holandés”. “Nunca rendirse, siempre seguir luchando y ganar las elecciones”, ha lanzado Wilders en las redes sociales.

Los ultras austriacos del Partido de la Libertad (FPÖ), que ganaron en las elecciones de hace unas semanas, aunque aún se negocia una coalición de Gobierno, se han mostrado eufóricos por el triunfo del magnate de Nueva York. “Los estadounidenses quieren políticas en las que puedan darse el lujo de vivir de nuevo y crear prosperidad para sus familias; tampoco quieren una migración masiva ilegal, sino seguridad”, han dicho en las redes en un largo comunicado en el que también han cargado contra los medios de comunicación tradicionales. La victoria de Trump también es el triunfo de la era de la desinformación en unas redes sociales cada vez más tóxicas en las que se ha refugiado gran parte de la ciudadanía —también europea— durante y después del trauma de la pandemia.

La primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, que mantiene una muy buena relación con los republicanos y que hasta hace bien poco loaba públicamente la figura de Trump, como el resto de la internacional ultraderechista, le ha enviado sus “más sinceras” felicitaciones. Por su parte, el ultra español Santiago Abascal, líder de Vox ha celebrado: “Es la hora de los patriotas. Es la hora de la libertad”.

No ha faltado, por supuesto, la celebración de la líder ultra francesa, Le Pen: “Esta nueva era política que se abre debe contribuir al fortalecimiento de las relaciones bilaterales y a la búsqueda del diálogo y la cooperación constructiva en la escena internacional”, ha escrito en X, una red social propiedad del mayor aliado de Trump en la recta final de la campaña electoral, Elon Musk.

La alegría ha llegado también a uno de los partidos más extremos de la extrema derecha, Alternativa para Alemania (AfD): “Al igual que los alemanes, los ciudadanos estadounidenses están hartos de la deuda nacional, el declive económico, las guerras interminables y la migración ilegal. Ofrecemos apoyo y cooperación para resolver estos problemas. Donald Trump puede pasar a la historia como un presidente patriótico y pacifista”, han declarado desde la formación política.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.
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