James Costos: “Necesitamos un Partido Republicano fuerte, y para eso hay que echar a Donald Trump”
El exembajador en España se ha apuntado como voluntario a pie de calle en la campaña demócrata en Arizona
El capitán Mark Kelly, candidato demócrata al Senado por Arizona, suele decir en las arengas a su personal de campaña que “hace falta un ejército” para tocar todas las puertas posibles y lograr la movilización que consiga que este Estado vote en las elecciones de este martes a los demócratas. Y un ejército de voluntarios de todo el país es lo que está viendo este Estado tradicionalmente republicano, donde unas cifras récord de registro de votantes y de movilización parecen favorecer las esperanzas de que Arizona vote a Kelly para el Senado y a Joe Biden para la Casa Blanca. Muchos de esos voluntarios son de la vecina y muy demócrata California. Gente que se ha instalado aquí durante días o semanas solo para ayudar en la campaña. En los barrios más humildes de la ciudad de Tucson, al sur del Estado, uno de esos voluntarios que patean las calles al sol y tocan puertas es James Costos, exejecutivo de Hollywood, importante donante y organizador demócrata de Los Ángeles y exembajador de Estados Unidos en España (2013-2017) durante la presidencia de Barack Obama.
Costos es amigo del antiguo astronauta Mark Kelly y de su esposa, la excongresista Gabrielle Giffords, quien en 2011 sobrevivió a un atentado a tiros mientras participaba en un acto público. El exejecutivo colabora en la organización de ella contra la violencia de las armas. Cuando era embajador, los invitó a Madrid, donde hicieron eventos juntos. En los últimos días de esta campaña estadounidense, Costos agarró el coche y se hizo 800 kilómetros para instalarse en Tucson, una ciudad que no conocía, para unirse a este ejército de voluntarios, muchos de ellos jóvenes sin experiencia alguna. “Ayer tocamos en 76.000 puertas en Arizona. Hablamos con gente a la que nadie había contactado y les dijimos dónde votar”, explicaba Costos este lunes a EL PAÍS en un café de Tucson, junto a una de las oficinas de campaña de Kelly. “Ahí es donde va el dinero de una campaña”.
El primer evento de recaudación de fondos de Biden en California, y uno de los primeros tras anunciar su candidatura en abril de 2019, fue en casa de Costos en Los Ángeles. Lo conocía de la Administración Obama y no tenía ninguna duda de que era su candidato. “Según iban anunciando sus candidaturas los candidatos, yo les enviaba dinero, porque creo que todas las voces tienen que ser escuchadas”, cuenta Costos sobre su decisión. Pero su favorito era Biden porque las cosas que se le criticaban eran precisamente “lo que le distinguía de todos los demás candidatos, y lo que le distinguía de Trump”, explica. “Joe era calmado, estable, empático y honesto. Esos eran los valores con los que iba a hacer campaña y con los que ganó, para sorpresa de muchos”.
Costos piensa que Biden ha conseguido en este tiempo ir ampliando su base. “Creo que la gente de Bernie Sanders es muy importante en esta elección, y creo que Joe lo ha hecho muy bien al incluir todos los grandes temas de esos candidatos en su programa”.
Objetivo: recuperar el Senado
La campaña en Arizona (con más de siete millones de habitantes) es doble. Por un lado, una victoria de Biden sería definitiva, por la aritmética y porque reflejaría tendencias de fondo a su favor. Por otro, una victoria de Kelly es imprescindible para recuperar el Senado, la llave del poder práctico en Washington. “Hasta Wall Street está diciendo que una presidencia de Biden es lo que necesitamos para salvar la economía. Si Biden gana y ganamos el Senado habrá un estímulo económico inmediatamente. Si gana Trump, no va a ganar la Cámara de Representantes, y las cosas no van a funcionar”. Los republicanos en el Senado “están confirmando jueces del Supremo y se han olvidado de la gente”.
Costos cree en el mensaje centrista de Biden, que intenta recuperar a los republicanos secretamente escandalizados con Trump. “Necesitamos un Partido Republicano fuerte. Y no lo vamos a tener si no echamos a Trump. Creo que se ha hecho con el control del partido y lo lleva en una dirección que es mala para nuestra democracia. Necesitamos una presidencia de Biden ya mismo y que se pueda reconstruir el Partido Republicano, porque van a tener que hacer mucha introspección después de mañana [del día de las elecciones]”. Si gana Trump, tanto el partido como el país “van a ser imposibles de cambiar”.
“Tenemos que bajar el volumen”, reflexiona Costos sobre el estado en el que se encuentra el país. Este mismo lunes por la mañana un tipo le increpó desde un coche al verle por la calle con una camiseta del candidato demócrata. Eso no pasaba antes, asegura. “Tenemos que volver a alguien que tenga empatía y respeto por los que son diferentes a él. Nos hemos alejado mucho de eso, es doloroso y no es sostenible. No podemos seguir cavando más y más profundo en nuestros agujeros. Tengo amigos que no dejan a sus hijos ver la televisión para que no aprendan las cosas que se dicen desde la Casa Blanca. Con mis padres, cuando hablaba el presidente nos sentábamos todos delante de la televisión”.
Esta es la segunda vez que Costos sale a las calles por una campaña. Solo lo había hecho antes una vez, en Florida en 2012, durante la reelección de Obama. Dice que quería hacer “lo más posible”. “No quería levantarme en la mañana del 4 de noviembre y pensar qué más podía haber hecho. Espero que no perdamos, pero no quería despertarme y pensar ‘tenía que haber ido a tocar puertas’. Creo que Kamala Harris lo dijo muy bien en su discurso de aceptación de la candidatura: 'Cuando llegue el momento, qué les vas a contar a tus hijos”.
Además del voluntariado sobre el terreno, Costos montó un último evento de recaudación de fondos para Biden este domingo por la noche, de manera virtual. Aunque la campaña del candidato demócrata llega muy fuerte económicamente al día de las elecciones, no se sabe si hará falta más dinero para pelear los resultados en los tribunales. Así están las cosas en EE UU, cuando ya están abriendo las urnas.
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