La OTAN aumentará su presencia militar en el Báltico tras el corte de cables submarinos y la detención de un barco vinculado a Rusia
La decisión se ha tomado a petición de Estonia y Finlandia, que el jueves tomó el control de un navío que se sospecha forma parte de la flota clandestina rusa y al que acusa de haber dañado a propósito infraestructura estratégica submarina
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, está dispuesto a aumentar la presencia militar de la Alianza Atlántica en el mar Báltico, según ha anunciado un día después de que Finlandia detuviera un barco vinculado a Rusia sospechoso de haber dañado a propósito varios cables submarinos en sus aguas. En paralelo, las Fuerzas Armadas de Estonia han lanzado este viernes por la mañana una operación naval para proteger uno de los dos cables eléctricos que conectan al país báltico con Finlandia, después de que el otro quedara dañado tras el paso del Eagle S, el petrolero de la flota clandestina rusa que fue abordado por agentes finlandeses.
La decisión ha sido tomada después de que Rutte hablara, este viernes, con el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, sobre el “posible sabotaje” de los cables submarinos, una cuestión que también discutió la víspera con el primer ministro estonio, Kristen Michal, a quien ya aseguró la disposición de la OTAN a proporcionar “más apoyo” a la región si hiciera falta.
“Hablé con Stubb sobre la investigación liderada por Finlandia sobre el posible sabotaje de los cables submarinos. Manifesté mi total solidaridad y apoyo. La OTAN aumentará su presencia militar en el mar Báltico”, ha adelantado Rutte en un mensaje en las redes sociales. En rueda de prensa, Stubb confirmó la información, que reveló es fruto de una demanda de los países afectados. “Hemos acordado con Estonia, y así se lo hemos comunicado al secretario general Mark Rutte, que deseamos tener una presencia más fuerte de la OTAN”, dijo el finlandés. “Aún es demasiado temprano para sacar conclusiones sobre por qué sucedió esto, pero sabemos quién lo hizo”, añadió Stubb. Al mismo tiempo, subrayó que Finlandia tiene capacidad para responder a este tipo de situaciones, investigarlas y aprender de ellas, por lo que “no hay de qué preocuparse”. “Nuestro mensaje es muy claro: tenemos la situación bajo control y debemos seguir colaborando, vigilantes para asegurarnos de que nuestras infraestructuras críticas no sean dañadas”, enfatizó.
Policías y guardias fronterizos finlandeses abordaron y tomaron el control el jueves el Eagle S, un petrolero sospechoso de haber dañado, con su ancla, un cable submarino de electricidad y otros cuatro de fibra óptica para la transmisión de datos que conectan Finlandia con Estonia y Alemania y que dejaron de funcionar en torno al mediodía del miércoles. Aunque el barco está registrado en las Islas Cook, las autoridades finlandesas, y altos cargos europeos, consideran que forma parte de la flota clandestina rusa con la que el Kremlin trata de esquivar las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania. El incidente del Eagle S, que transportaba ilegalmente crudo ruso y permanece anclado frente a la costa y escoltado por un buque patrullero finlandés, se suma a otros recientes en el Báltico que han sido descritos por altos cargos europeos como actos de sabotaje y enmarcados en “la guerra en la sombra” que Rusia libra con Occidente en el norte de Europa.
De hecho, la Comisión Europea ha dejado claro que ve la mano del Kremlin tras este nuevo incidente. “El barco sospechoso forma parte de la flota fantasma rusa que amenaza la seguridad y el medio ambiente, a la par que le sirve a Rusia para financiar su presupuesto de guerra”, afirmaron en un comunicado conjunto la Comisión Europea y la alta representante para Política Exterior, Kaja Kallas, que adelantó que Bruselas se prepara ya para proponer “más medidas, incluidas sanciones, contra esta flota”. El nuevo marco de sanciones aprobado este mismo mes, agregó la estonia en su cuenta de X, “proporciona herramientas efectivas para afrontar amenazas híbridas”. Por su parte, la flamante vicepresidenta de la Comisión para Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia, la finlandesa Henna Virkunnen, recordó que la UE “está invirtiendo más de 500 millones de euros en nuevos cables” y adelantó su intención de presentar “pronto” una iniciativa para “reforzar la seguridad de los cables y su reparación”.
El asunto también será, previsiblemente, abordado más pronto que tarde por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. “Trabajaré para reforzar la respuesta común de la UE y su preparación, incluyendo [la idea de] abordar la flota clandestina de Rusia”, ha dicho el presidente del Consejo Europeo, António Costa, en X. El portugués, que también está “en contacto” con Michal y con el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, ha condenado firmemente “cualquier destrucción deliberada de la infraestructura crítica de Europa”.
Por el momento, la Alianza Atlántica no ha dado más detalles sobre el futuro incremento de fuerzas en el Báltico. Pero la cuestión de los actos de sabotaje contra infraestructura estratégica de los países miembros, especialmente los presuntos ataques a cables submarinos que se han multiplicado desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania —y sobre todo desde la incorporación de Finlandia y Suecia a la OTAN— ha sido una preocupación constante de los Estados miembros. La cuestión, así como los ataques híbridos tras los que se sospecha se esconde Moscú, fue abordada en la última reunión de ministros de Exteriores de la OTAN, a comienzos de mes. “Investigamos cada caso, compartimos información y, en cuanto sabemos quién está detrás, lo anunciamos”, señaló Rutte durante la cita en la sede de la Alianza en Bruselas. Según recordó, la OTAN ya ha establecido varios sistemas en el seno de la Alianza “para asegurarnos de que podemos proteger esos sistemas de cables”. Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, ha sostenido este viernes que la rotura de los cables submarinos y la detención del Eagle S “no son asuntos relevantes” para la presidencia rusa.
A la espera de los refuerzos de la OTAN, Estonia envió este viernes por la mañana un buque de patrulla naval para proteger el cable eléctrico submarino Estlink-1, después de que el otro cable eléctrico que conecta el país báltico con Finlandia, el Estlink-2, se rompiera durante los incidentes del día de Navidad. En un programa de radio matutino, el ministro de Defensa estonio, Hanno Pevkur, recalcó que el buque patrullero Raju tendrá como misión disuadir cualquier actividad potencialmente dañina por parte de los buques que pasen por el golfo de Finlandia. “Lo principal es la disuasión, es decir, los barcos que están operando allí saben que están bajo su vigilancia todo el tiempo, y si en algún momento detectamos que alguien quiere tirar el ancla en algún lugar del agua o vemos que está sucediendo algo sospechoso, entonces podremos reaccionar”, dijo Pevkur.
El ministro de Defensa añadió que ya se había llegado a un acuerdo con Finlandia para garantizar conjuntamente la seguridad del Estlink-1 y del resto de cables submarinos entre ambos países. “Para nosotros, la rapidez es crucial, una solución podría ser, por ejemplo, el despliegue de fuerzas suecas aquí. O podría ser Alemania, Polonia o cualquier otro país. A través de las relaciones bilaterales, podemos encontrar soluciones más rápidas que esperar a la OTAN en su conjunto”, afirmó Pevkur. El ministro de Exteriores estonio, Margus Tsakhna, publicó en X: “Si hay una amenaza a cualquier infraestructura crítica en nuestra región, habrá una respuesta”.
El Gobierno lituano anunció en un comunicado que su Fuerza Naval ha incrementado las patrullas en el mar Báltico y mostró su disposición a colaborar con Finlandia y Estonia. La Guardia Costera Sueca también informó del refuerzo de sus labores de vigilancia y monitoreo del tráfico marítimo, con el despliegue de varios buques y aviones en coordinación con otros países ribereños del Báltico.
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