Al menos 18 muertos en el centro de Europa por las inundaciones causadas por la borrasca ‘Boris’
Algunas autoridades empiezan a evaluar los daños materiales de las inundaciones, mientras otras se preparan para una nueva crecida de las aguas
La borrasca Boris a su paso por Europa central ha causado al menos 18 muertos, desde Austria hasta Rumania. El temporal ha desbordado varios ríos, ha anegado decenas de pueblos, ha forzado a evacuar a decenas de miles de personas y ha obligado a cerrar fábricas y almacenes en varios países del continente. Se trata de las peores inundaciones en al menos dos décadas. Entre los países más afectados se encuentran Rumania, Polonia, Austria y República Checa. Las autoridades centrales y locales de varios países en el centro del continente se preparan para una nueva crecida de las aguas.
En Rumania, las riadas han matado al menos a siete personas en los últimos días. Un bombero austriaco murió el domingo y dos hombres de 70 y 80 años fueron encontrados ahogados en sus casas, según informó el lunes un portavoz de la policía, mientras que a última hora del lunes el diario Der Standard informó de otra víctima mortal, citando a la agencia APA. En Polonia, la agencia estatal de noticias PAP informó de cuatro muertes, aunque en un principio había mencionado cinco. En la República Checa han muerto tres personas y se busca a varios desaparecidos, informó este lunes el jefe de la policía, Martin Vondrásek.
Die Bilder aus den Hochwassergebieten in Österreich, Tschechien, Rumänien und Polen sind dramatisch. Wir sind tief betroffen über die Nachrichten von Toten und Vermissten. Unsere Nachbarn in Europa sollen wissen: Wir stehen für Hilfe bereit! (1/2)
— Bundeskanzler Olaf Scholz (@Bundeskanzler) September 16, 2024
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, comunicó a través de la red social X que su país está dispuesto a ayudar a los vecinos europeos afectados. También dijo que los niveles de agua están subiendo en Alemania, “amenaza a personas, animales y hogares” y se está vigilando “de cerca” la situación. “Me gustaría agradecer a todos los socorristas y voluntarios que están dispuestos a ayudar a los ciudadanos”, señaló Scholz.
Algunas autoridades han empezado a calcular el coste de los daños sufridos, mientras otras se preparan para una nueva crecida de las aguas. Las zonas fronterizas entre la República Checa y Polonia se vieron gravemente afectadas durante el fin de semana por las fuertes lluvias registradas desde la semana pasada y la subida del nivel del agua, que derrumbó algunos puentes, obligó a evacuaciones y dejó un rastro de destrucción.
El Gobierno polaco ha declarado este lunes el estado de desastre natural —un tipo de estado de emergencia— y ha anunciado una reserva de 234 millones de euros para los damnificados. El primer ministro, el liberal conservador Donald Tusk, informó de que estaba en contacto con los dirigentes de otros países afectados y que solicitarían ayuda financiera de la Unión Europea para hacer frente al desastre. Varios distritos de tres provincias afectadas por las lluvias torrenciales han sido declaradas zona catastrófica.
El agua rebasó la presa de Topola este lunes en dirección a la localidad de Kozielno, junto a la frontera con Chequia, lo que obligó a evacuar varias localidades. El alcalde de Nysa, con una población de más de 40.000 habitantes, ha pedido también a toda la ciudad evacuar por el peligro de que se rompa un dique en el río y provoque una riada en la localidad, que ya se encuentra inundada. Todos los enfermos que permanecían ingresados han sido evacuados, pero se teme que la rotura de puentes pueda obstaculizar las siguientes operaciones de rescate.
En Klodzko la inundación retrocedió, pero el regidor, Michal Piszko, pidió todo el apoyo posible: “Necesitamos agua embotellada y provisiones secas, porque también hemos habilitado un punto para las víctimas evacuadas de las zonas inundadas”, declaró a la emisora privada RMF FM. “Los niños no irán a la escuela hasta el final de la semana. De momento, la mitad de la ciudad no tiene electricidad”. La ministra polaca de Educación, Barbara Nowacka, declaró que se habían cerrado unas 420 escuelas en cuatro provincias. En la ciudad de Nysa, al suroeste de Polonia, se evacuó un hospital.
Más de 12.000 personas han sido evacuadas en la República Checa. Un cuarto de millón de hogares checos se habían quedado sin electricidad durante el fin de semana, aunque esa cifra había descendido a 118.000 el lunes, según informó la agencia de noticias CTK. En Jesenik, donde los desbordamientos arrasaron la ciudad el domingo, las tareas de limpieza empezaron después de que las aguas retrocedieran para mostrar coches dañados y escombros amontonados en las calles.
En el este de Rumania, donde pueblos y ciudades quedaron sumergidos durante el fin de semana, Emil Dragomir, alcalde de Slobozia Conachi, declaró al canal de televisión Digi24 que las inundaciones habían tenido un impacto devastador. “Si estuvieras aquí, llorarías al instante porque la gente está desesperada, el trabajo de toda su vida ha desaparecido, había gente que se había quedado solo con la ropa que llevaba puesta”, declaró.
El canciller federal de Austria, el conservador Karl Nehammer, prometió poner a disposición de los afectados “todos los medios financieros que sean necesarios para que se pueda recurrir al Fondo para catástrofes”, que cuenta con 300 millones de euros. El dirigente ha prometido aumentar la suma si no resulta suficiente. El estado federado de Baja Austria, situado en el este, el más grande y poblado del país, ha sido el más dañado y ha sido declarado “zona catastrófica”. Este lunes 13 localidades estaban completamente aisladas por las masas de agua, que han roto 12 presas en la región, mientras que 12.000 hogares se quedaron sin electricidad y en 23 localidades no había agua potable.
Ciudades en alerta
Mientras las aguas desbordadas de los ríos de la zona fronteriza checo-polaca empezaban a retirarse el lunes, las inundaciones se ampliaban y dejaban en alerta a las ciudades más grandes. Jacek Sutryk, alcalde de la localidad polaca de Breslavia, dijo que la ciudad, de unos 600.000 habitantes, se estaba preparando para que el nivel de las aguas alcanzara su punto máximo el miércoles. “Esta ola alta pasará por Breslavia durante varios días”, afirmó. La ciudad aún recuerda la catastrófica inundación de 1997 que la sumió en el desastre durante varios días y que dejó más de 55 muertos en el país.
El ministro del Interior húngaro, Sándor Pintér, declaró que el Gobierno de Budapest estaba totalmente preparado para actuar y que, por el momento, los esfuerzos se centraban en mantener el río Danubio y sus afluentes dentro de sus márgenes. Pintér dijo que hasta 12.000 soldados estaban preparados para ayudar en caso necesario. El primer ministro, el ultraconservador Viktor Orbán, suspendió su agenda internacional para el resto de la semana, mientras el presidente de Austria, el ecologista Alexander van der Bellen, canceló también el viaje a Nueva York que tenía previsto hacer esta semana para participar en la Asamblea General de la ONU.
La capital eslovaca, Bratislava, también se prepara para la crecida del Danubio. En Austria, el nivel de los ríos y embalses descendió durante la noche al amainar la lluvia, pero las autoridades dijeron que se preparaban para una segunda oleada, ya que se esperaban lluvias más intensas en las próximas horas.
Además de las víctimas mortales, los daños económicos también son notables y están todavía por cuantificar. Fábricas y almacenes de toda Europa central se han visto obligados a suspender este lunes sus líneas de producción. En la ciudad checa de Ostrava —una urbe industrial de 290.000 habitantes al noreste del país—, la rotura de una presa en el río Óder, en su confluencia con el también desbordado río Opava, provocó la inesperada inundación de la zona industrial de la ciudad, incluidas la planta química BorsodChem y la coquería OKK Koksovny, entre otras. En varias zonas residenciales también se estaba evacuando a cientos de personas.
En Austria rige un cierre oficial para la navegación por el Danubio desde Ennshafen-Wallsee, en la frontera entre los estados federados de Alta y Baja Austria, hasta la frontera eslovaca, un tramo de unos 230 kilómetros. Un total de 56 cruceros y 20 buques de carga han quedado inmovilizados, entre ellos un crucero fluvial con 102 pasajeros y 40 miembros de la tripulación a bordo, que no pueden bajar porque el camino de acceso al muelle está inundado.
Según estimaciones preliminares, en Rumania unas 6.500 viviendas han sido dañadas y unas 25.000 personas han quedado sin luz debido a las tormentas, mientras que las inundaciones también han destruido vías ferroviarias en la región de Galati y Barlad.
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