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Putin advierte de que Rusia “está preparada para una guerra nuclear”

El mandatario ruso vuelve a aludir a la amenaza nuclear y anuncia que desplegará más tropas junto a Finlandia tras su adhesión a la OTAN

Putin
El presidente ruso, Vladímir Putin, escucha al jefe del canal estatal Rossiya Segodnia, Dmitri Kisiliov, en un momento de la entrevista publicada este miércoles.Gavriil Grigorov (via REUTERS)
Javier G. Cuesta

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha vuelto a agitar la amenaza nuclear en vísperas de las elecciones que se celebrarán en Rusia desde este viernes. Putin ha remarcado este miércoles que sus fuerzas nucleares están preparadas para actuar en cualquier momento. “Desde el punto de vista técnico-militar, por supuesto que estamos preparados. Nuestras fuerzas están en estado de preparación para el combate constantemente”, ha declarado el mandatario, a dos días del comienzo de unos comicios que se celebrarán del viernes 15 al domingo 17 de marzo, en una entrevista para el canal de televisión pública Rossiya 1.

La entrevista la ha realizado Dmitri Kisiliov, jefe de uno de los grupos de propaganda del Kremlin, Rossiya Segodnia. El líder ruso considera, además, que sus fuerzas llevan ligeramente la delantera a Estados Unidos: “Hemos progresado mucho, nuestra tríada nuclear —silos, bombarderos y submarinos nucleares— es más moderna”, ha subrayado Putin, que ha reconocido que existe una carrera nuclear con Washington.

“Ellos están desarrollando nuevos componentes, nosotros también, pero esto no significa que estén preparados para desatar esta guerra nuclear mañana. Y si quieren, ¿qué hacemos? Estamos listos”, ha manifestado Putin.

Pese a deslizar esos mensajes, el mandatario ha insistido a Kisiliov en que no se le ha pasado por la cabeza emplear armas nucleares en estos dos años de guerra contra Ucrania. “Nunca ha habido esa necesidad”, ha enfatizado Putin, aunque ha remarcado que todas las armas “existen para ser utilizadas” y se prevé el uso de esta última carta “si hablamos de la existencia del Estado ruso y el daño a nuestra soberanía e independencia”. Según las declaraciones de Putin, el Kremlin se atendría a la doctrina nuclear que ha hecho pública por escrito y no emplearía estas armas para dar un giro a una guerra perdida en el exterior.

Uno de los momentos críticos para el Kremlin fue el retroceso de sus fuerzas armadas en Járkov y Jersón en otoño de 2022. Ucrania comenzó a recibir algo más de ayuda de Occidente, y las tropas rusas se retiraron a una línea más defendible que fue fortificada durante los largos meses en los que las armas llegaban a Kiev con cuentagotas. “Aquella retirada no significó en absoluto que nuestro frente se estuviera desmoronando. No pasó nada parecido a esto. Esto se hizo simplemente para no causar pérdidas innecesarias entre el personal militar”, ha asegurado el presidente ruso.

Negociaciones

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Año y medio después, la ayuda de Occidente a Ucrania está en cuestión y Putin se ve en una posición de ventaja, por lo que mantiene que cualquier negociación con Kiev debe estar supeditada a los intereses de Moscú. “¿Estamos listos para negociar? Sí, estamos listos, pero solo nosotros estamos preparados para las negociaciones que no parten de ‘deseos’ surgidos de tomar drogas psicotrópicas, sino de la realidad que se ha creado en el terreno (el frente)”, ha manifestado el líder ruso en la entrevista.

Putin declaró a Kisiliov que quiere resolver de una vez por todas sus conflictos con Occidente, y especialmente el de Ucrania. Los objetivos de Putin en su invasión nunca han estado claros, especialmente en cuanto a su expansión territorial —anunció su ofensiva en 2022 como una operación militar especial para desnazificar y desmilitarizar Ucrania—, aunque el consenso general es que el Kremlin quiere instaurar en Kiev un régimen clientelar de Moscú similar al bielorruso de Aleksandr Lukashenko.

“Negociar porque se están quedando sin municiones sería ridículo por nuestra parte”, ha reiterado Putin. “Debemos entender claramente que esta no debe ser una pausa que el enemigo quiera hacer para rearmarse, sino una conversación seria con garantías de seguridad para la Federación de Rusia”, añadió el mandatario, que reiteró antes de las elecciones que sus fuerzas armadas no abandonarán los territorios ucranios que Rusia se ha anexionado ilegalmente: las provincias de Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia y Crimea.

Esta misma línea la mantuvo la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, que acusó Kiev de realizar “actividades terroristas” al atacar con drones varias regiones rusas y provocar escaramuzas en su frontera días antes de los comicios. Además de alcanzar refinerías y depósitos de combustible, algunos proyectiles ucranios explotaron este martes en el Ayuntamiento y otros edificios civiles de la fronteriza Bélgorod, provocando varios heridos.

“Esto también tiene repercusiones en las elecciones en la Federación de Rusia. Esta intensificación de los ataques tiene como objetivo intimidar a la gente y no darles la oportunidad de votar de manera normal, incluso en las regiones pertinentes —las anexionadas por Rusia—”, señaló Zajárova este miércoles.

Rusia desplegará tropas junto a Finlandia

Al mismo tiempo que desplegaba miles de soldados en torno a Ucrania, Putin exigió a la OTAN en los meses previos a su invasión que volviese a las fronteras que tenía en 1997, antes de la ampliación a Europa del Este. Moscú exigía que la Alianza Atlántica llegase solo hasta Alemania. Sin embargo, su guerra provocó el efecto contrario y Finlandia y Suecia, neutrales hasta ahora, solicitaron —y recibieron— su adhesión inmediata al bloque militar.

“Lo han hecho por consideraciones puramente políticas. Probablemente, tenían muchas ganas de ser miembro de un club occidental bajo algún tipo de paraguas”, ha sido el punto de vista de Putin de la adhesión de estos países nórdicos a la Alianza. “No teníamos tropas allí, pero ahora las tendremos. Allí no había sistemas de destrucción, pero ahora los habrá”, ha advertido Putin con relación a Finlandia, con quien comparte 1.340 kilómetros de frontera. “Nuestras relaciones económicas eran muy buenas. Tenían nuestro mercado, les comprábamos mucho. ¿Qué hay de malo en esto? Pero ahora la situación cambiará”.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, hurgó en las disensiones dentro de la OTAN respecto al apoyo militar a Ucrania, postura que apoyan claramente los países limítrofes con Rusia, como los Estados bálticos y Polonia, pero que cada vez es más dudosa en Estados Unidos si Donald Trump gana las elecciones presidenciales. En declaraciones a la agencia Reuters, la alto cargo afirmó que la guerra de Ucrania “podría salirse de control y expandirse geográficamente debido a las acciones imprudentes de uno o dos miembros de la alianza militar”.

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