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Familiares de las víctimas del MH370 de Malaysia Airlines reclaman justicia diez años después del mayor misterio de la aviación comercial

La investigación no pudo determinar la causa por la que se perdió el rastro del aparato en su ruta entre Malasia y China. Kuala Lumpur está dispuesta a reanudar la búsqueda. “Creo que mi hijo está vivo”, dice en Pekín el padre de un pasajero

Dos familiares de los pasajeros del MH370 de Malaysia Airlines se abrazaban este viernes durante una concentración junto a la Embajada malasia en Pekín (China).Foto: ANDRES MARTINEZ CASARES (EFE) | Vídeo: EPV

Eran las primeras horas del 8 de marzo de 2014. El vuelo MH370 de Malaysia Airlines había despegado sin incidencias de la capital de Malasia, Kuala Lumpur, con destino a la de China, Pekín. “Buenas noches, Malaysia tres siete cero”, registró el centro de control de tráfico malasio a la 01.19 (hora local), cuando el avión salía del espacio aéreo del país para entrar en el de Vietnam. Pero nunca lo hizo. Dos minutos más tarde, aquel Boeing 777 dejó de emitir la señal de su ubicación y, según detectaron radares militares, giró abruptamente hacia el oeste, en lugar de continuar con su ruta prevista, en dirección norte. Han pasado 10 años desde entonces, pero lo ocurrido en las horas posteriores sigue siendo el mayor misterio de la historia de la aviación comercial. Un accidente de avión del que no se ha recuperado el aparato ni se han encontrado pruebas concluyentes para saber qué sucedió con las 239 personas que iban a bordo. 153 de los pasajeros eran de origen chino. Una década después, sus familias siguen esperando respuestas para cerrar una herida que continúa abierta.

Este viernes por la mañana, coincidiendo con el día en que se cumplen 10 años del incidente, un grupo de familiares de los desaparecidos se ha reunido con funcionarios del Ministerio de Exteriores de China para exigir justicia. El encuentro tuvo lugar en un edificio comercial en las inmediaciones de la Cancillería, en Pekín, bajo una intensa presencia policial. “Creo que mi hijo está vivo. Esperamos que pueda regresar pronto”, aseveró Li Shuce, de 60 años, padre de uno de los pasajeros. En estos dos lustros, las familias chinas han tratado de ejercer presión a las autoridades para que no se dé por finalizada la búsqueda. Sus esfuerzos aún no han dado frutos, pero no pierden la esperanza.

“Han pasado 10 años. ¿Cuál es la verdad? ¿Se trata de una conspiración política? No sabemos nada”, expresó Li, conmocionado, y rodeado de agentes, que controlaban a la multitud de reporteros presentes. Es al único de los familiares de las víctimas al que han permitido hacer declaraciones a la prensa. En su opinión, la reunión “ha ido bien”, pero condena que las autoridades no han dicho cómo les van a ayudar.

Hipótesis sobre el accidente

La desaparición del Boeing 777 ha sido explicada a través de diversas hipótesis no probadas, que pasan desde un accidente en el océano Índico por un fallo técnico hasta un siniestro provocado por el piloto. Pero también ha dado pie a teorías de la conspiración de lo más rocambolescas, desde un secuestro orquestado por la CIA o Corea del Norte, hasta una abducción extraterrestre. En 2018, el informe oficial de las autoridades malasias concluyó que “no se puede determinar con ninguna certeza” las causas de la desaparición del MH370.

Aquella investigación fue fuertemente criticada en China, el país con el mayor número de víctimas. Además de los 153 pasajeros chinos, 50 eran malasios (12 formaban parte de la tripulación), siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranios, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes.

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Li se ha mostrado tajante esta mañana: “Quiero que el Gobierno descubra la verdad y que nos explique qué sucedió”. Su hijo cumpliría 41 años en este 2024. Natural de Chengde, una ciudad cercana a Pekín, trabajaba para una compañía malasia y regresaba de vacaciones para ver a sus padres aquel 8 de marzo. “Es un coco, muy inteligente”, lo ha descrito su padre. “Nos estamos haciendo viejos y no tenemos nada. Quiero saber si mi hijo está vivo o muerto y, si está muerto, quiero ver su cuerpo. ¿Qué pasó con el avión? ¿Dónde ha estado todo este tiempo? Quiero que se encuentre cuanto antes”, condenó Li.

En 2016, después de que Malasia declarara que la desaparición del vuelo había sido “un accidente”, Malaysia Airlines ofreció una indemnización de 2,5 millones de yuanes (318.000 euros, al cambio actual) a la familia de cada víctima, con la condición de que no emprendieran ninguna otra acción legal contra la aerolínea. Algunas aceptaron el acuerdo, pero 40 no lo hicieron. En noviembre del año pasado, un tribunal de Pekín empezó a atender sus demandas de indemnización, pero dado que la compañía tiene su sede fuera de China, sus casos podrían terminar siendo desestimados.

Protestas de las familias

Este viernes, ya por la tarde, un grupo más grande de familiares de las víctimas se congregó en las inmediaciones de la Embajada de Malasia en Pekín. Casi medio centenar de policías uniformados, más otra decena vestidos de paisano, ha limitado el acceso a la representación diplomática malasia e imposibilitado que la prensa se acercase a los damnificados. Algunos de ellos han hecho un amago de aproximarse a los medios, pero los agentes lo han impedido. Es la manera en la que las autoridades chinas han evitado que la cita política anual más importante del Gobierno, conocida como las Dos Sesiones, quedase ensombrecida por una protesta.

Tras 20 minutos de negociaciones con la policía, parte del grupo de familiares recibió el visto bueno para dirigirse hacia la delegación malasia. EL PAÍS no ha podido constatar si fueron recibidos por empleados de la embajada o si se limitaron a manifestarse pacíficamente en la puerta. Por su parte, el resto de afectados, unos 15, permaneció fuera del cordón policial y durante unos 10 minutos gritó consignas como “¡Malasia! ¡Devuélveme a mis familiares!” o “¡Sin mis seres queridos no habrá reconciliación! ¡No nos rendiremos!”.

“Se trata de un asunto internacional en el que todos los países deben cooperar”, ha insistido Li a través de un mensaje enviado posteriormente a EL PAÍS. El pasado fin de semana, el ministro de Transportes de Malasia, Anthony Loke, anunció que su país está dispuesto a retomar la búsqueda con la empresa estadounidense Ocean Infinity, especializada en explorar aguas profundas. La firma norteamericana realizó un intento en 2018, que terminó sin avances después de 90 días. Un año antes, Australia, China y Malasia suspendieron su operación conjunta, que durante casi tres calendarios registró un área de 120.000 kilómetros cuadrados en el océano Índico, unas maniobras en las que se invirtieron más de 130 millones de euros.

Según la reconstrucción de los hechos realizada por el Gobierno de Malasia, el vuelo MH370 desapareció 40 minutos después del despegue, cuando al abandonar el espacio aéreo de Malasia y entrar en el de Vietnam alguien en cabina apagó manualmente el sistema de comunicaciones y la señal del transpondedor se perdió. Poco después, el avión cambió de rumbo de manera manual y, por lo tanto, intencionadamente. De acuerdo con la investigación oficial, el avión voló unas seis horas hacia el océano Índico hasta presuntamente quedarse sin combustible y caer al agua. De momento, se han encontrado restos confirmados del avión, y otros que presuntamente le pertenecen, en la costa africana y en islas del océano Índico.

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