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La UE espera desbloquear el apoyo financiero a Ucrania en el primer semestre de 2024

Los líderes exploran fórmulas para suministrar a Kiev un balón de oxígeno económico incluso si Hungría rechaza participar

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (centro), durante la conferencia de prensa celebrada este viernes en Bruselas junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (centro), durante la conferencia de prensa celebrada este viernes en Bruselas junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.Omar Havana (AP)
María R. Sahuquillo

Con o sin el acuerdo de Hungría, la Unión Europea lanzará un nuevo salvavidas económico a Ucrania en la primera mitad de 2024. Los líderes europeos han prometido este viernes seguir sosteniendo al país invadido por Rusia y tratan de vencer las resistencias del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, para aprobar una revisión del presupuesto comunitario que incluye, entre otras partidas para nuevas prioridades, un paquete de 50.000 millones de euros para Ucrania. El jueves de madrugada, horas después de bendecir con su silencio la decisión de la UE de abrir negociaciones de adhesión con Kiev, el mandatario húngaro rechazó abrir la caja común para su vecino del este.

“Hemos logrado algo muy importante, asentar un acuerdo a 26”, ha asegurado este viernes el presidente español, Pedro Sánchez, en una conferencia de prensa en Bruselas junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la de la Comisión, Ursula von der Leyen. Era su última comparecencia como presidente del Consejo de la UE (la presidencia rotatoria finaliza el 31 de diciembre). “En la Unión Europea somos 27. Y, por tanto, yo estoy convencido de que durante la presidencia belga [que toma el relevo de la española] en los próximos seis meses vamos a contar con el buen hacer del primer ministro [Alexander] De Croo para lograr ese acuerdo a 27″, ha vaticinado Sánchez. “Tengo confianza y soy optimista de que lograremos apoyar a Ucrania con este paquete presupuestario”, ha remarcado Michel. “Pase lo que pase, tendremos una solución operativa”, ha lanzado Von der Leyen.

Los líderes exploran ya varias fórmulas para que Kiev reciba ese balón de oxígeno, clave para mantener el país a flote, ahora que el apoyo de Estados Unidos se tambalea y la Casa Blanca no ha sido capaz de sacar adelante un paquete de 60.000 millones de dólares (55.000 millones de euros). Ucrania tendrá que esperar un poco, de momento, para recibir los nuevos fondos europeos, aunque en los próximos días recibirá 1.500 millones de euros de la UE de acuerdos previos. Sin embargo, se ha apuntado una importante victoria política con la decisión de la UE de abrir negociaciones de adhesión para poderse sumar al club comunitario. Un ancla que también repercutirá, sin duda, en su economía, señalan fuentes comunitarias. Orbán amenazó con reventar una reunión del Consejo Europeo decisiva para la unidad del club comunitario y para Ucrania, pero el resultado final ha sido muy distinto.

La opción favorita sobre la mesa para liberar ese dinero para Kiev sigue siendo la revisión del marco plurianual de la UE, que incluye ese fondo especial de 50.000 millones de euros a cuatro años que daría estabilidad a Ucrania (33.000 millones en préstamos y 17.000 millones en subvenciones), además de otras partidas para gestionar los flujos migratorios o impulsar la competitividad de la UE. La Comisión Europea reclamó en junio una revisión con unos 65.000 millones de euros de dinero nuevo a desembolsar por los Estados miembros en las arcas comunes para responder a una nueva realidad que no existía cuando se aprobó el presupuesto: un continente con una guerra, que ha hecho frente a una pandemia y con un camino por delante hacia la transición verde y digital y para abordar el reto migratorio. Pero los Veintisiete no quieren desembolsar nuevos fondos y se negocia ahora sobre una propuesta de Michel que reduce la ambición del Ejecutivo comunitario y deja la partida en algo más de 22.000 millones de euros nuevos (la mayoría es para Ucrania) y sacar el resto de lo necesario de otra manera.

El jueves, 26 miembros estuvieron de acuerdo en esta fórmula. Orbán la bloqueó pese a que sus homólogos intentaron llevarle a su terreno con una reunión de madrugada en la que participaron el canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente francés, Emmanuel Macron, la mandataria italiana, Giorgia Meloni, el primer ministro holandés en funciones, Mark Rutte, además de Sánchez, Von der Leyen y Michel. No lograron subirle a bordo y se llegó a barajar el plan B de que los 26 miembros (todos menos Hungría) suministraran los fondos a Ucrania con otro mecanismo. Pero Meloni no terminó de ver esa opción que privaba a su país de nuevos fondos necesarios para gestionar los flujos migratorios, apuntan fuentes diplomáticas. Fondos, de hecho, a los que también podría aspirar Budapest. Además, se consideró que ese instrumento es un paso atrás y que todavía hay margen para un acuerdo.

Fondos desbloqueados

“Tenemos otras formas de ayudar a Ucrania, pero no hemos renunciado al objetivo de encontrar una solución aquí”, ha incidido Scholz este viernes. El alemán ha desempeñado un papel destacado a la hora de convencer a Orbán de levantar el veto a las conversaciones de adhesión. “Tenemos un acuerdo bueno y pragmático también para los países que queremos cuidar el dinero”, ha añadido. Alemania, por su situación presupuestaria particular, y junto a otros frugales, se había mostrado muy reticente a la idea de poner nuevos fondos excepto para Kiev. Mientras, Macron ha resaltado que tanto Ucrania como la UE afrontan momentos cruciales y ha lanzado que espera que el ultraconservador húngaro se comporte “de forma responsable” y no tome el proceso político como “rehén” en los próximos meses.

El dirigente húngaro se ha instalado en una política de órdagos. Para dar luz verde a la revisión presupuestaria y al paquete para Ucrania exige que la Comisión Europea le desbloquee la totalidad de los fondos que tiene retenidos por sus vulneraciones del Estado de derecho. El jueves, con una sincronización curiosa, Bruselas liberó 10.200 millones para Hungría y aseguró que había cumplido los requisitos para revertir parte de su deriva autoritaria con reformas en la justicia, pero mantiene congelados 21.000 millones de euros por otros incumplimientos.

“Siempre he dicho que si alguien quiere modificar el presupuesto —y lo quiere— entonces es una gran oportunidad para que Hungría deje claro que debe obtener lo que le corresponde. Ni la mitad, ni una cuarta parte”, ha dicho Orbán este viernes en la radio estatal húngara. Más tarde, al terminar la cumbre, el primer ministro ultraconservador ha insistido en que vetará cuando quiera el avance de Ucrania en el proceso de unirse al club comunitario, que requiere otra serie de reformas sustanciales y puede durar años. “Habrá 75 ocasiones más en las que el país podrá detener esto”, ha dicho.

También podría haber 75 ocasiones “creativas” de salvar el bloqueo húngaro, ha respondido una alta fuente comunitaria. En cualquier caso, la adhesión requiere unanimidad, de ahí la importancia de que se haya alcanzado este jueves, mientras que para buscar fórmulas y pensar en otros instrumentos financieros fuera del presupuesto comunitario hay atajos. Uno de ellos es alcanzar una solución a 26 Estados miembros. Otra, pactos bilaterales con Kiev. Portugal ha llegado a proponer que cada Estado ponga un poco más para suplementar lo que no pone Hungría. En Bruselas son especialistas en recetas para cada caso particular y no es difícil que si Orbán no cede se diseñe un traje económico para Ucrania que volvería a mostrar su aislamiento en la UE.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, este viernes en Bruselas.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, este viernes en Bruselas.JOHANNA GERON (REUTERS)

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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