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Más de 2.000 muertos y 10.000 desaparecidos en Libia tras las inundaciones que dejó el temporal ‘Daniel’

Varios países, entre ellos España, ofrecen su ayuda para las tareas de rescate, que se concentran en el noreste del país

Coches volcados y edificios destruidos ​​por inundaciones en Bengasi, el lunes.Foto: AFP | Vídeo: EPV
Marc Español

La cifra de desaparecidos a causa de las fuertes inundaciones que provocó la tormenta Daniel a su paso por el este de Libia el pasado fin de semana asciende ya a unas 10.000, según las últimas estimaciones difundidas este martes. Las autoridades locales hablan de miles de muertos. Las labores de rescate y la llegada de equipos de emergencia a las zonas afectadas, sin embargo, se están viendo muy ralentizadas por la magnitud de la destrucción, mientras la comunidad internacional comienza a movilizarse para enviar ayuda al país norteafricano.

El número de fallecidos continuaba siendo confuso este martes debido a que las autoridades del este de Libia y servicios de emergencia ofrecieron datos dispares a lo largo de la jornada. Sin embargo, solo en la ciudad de Derna (120.000 habitantes), la más castigada por el temporal, el número podría ser ya superior a los 2.000 estimados inicialmente. El servicio libio de ambulancias y emergencias, afiliado al Ministerio de Sanidad, situó el número de muertos en 2.300 en un mensaje difundido en las redes sociales.

El jefe de la delegación libia de la Media Luna Roja, Tamer Ramadan, afirmó durante una rueda de prensa por la mañana que aún están evaluando la situación sobre el terreno. Pero avanzó que el número de muertos es “enorme” y que en los próximos días podría confirmarse “varios miles”, sobre todo a medida que se esclarezca la suerte de las personas desaparecidas, que elevó a unas 10.000. Se cree que muchas han quedado atrapadas bajo los escombros o fueron arrastradas al mar por las fuertes inundaciones.

Ramadan también constató que las necesidades humanitarias en el este de Libia, y en particular en Derna, son gigantes y superan con creces las capacidades de las autoridades locales y su organización. Como señaló, se están afrontando graves problemas de acceso a instalaciones sanitarias, refugios, primeros auxilios, asistencia social y ayuda a la reagrupación de familias. “La situación en Libia es tan devastadora como la de Marruecos”, afirmó Ramadan, en referencia a los efectos del terremoto que sacudió este último país el viernes y que ya ha dejado casi 3.000 muertos confirmados.

La ciudad costera de Derna se ha llevado la peor parte de la tormenta Daniel porque las fuertes lluvias y las inclemencias meteorológicas rompieron el lunes dos presas próximas a la urbe, lo que desbordó un río que la atraviesa y liberó enormes cantidades de agua que se precipitaron por un valle hasta alcanzar la localidad. El ministro libio de Aviación Civil, Hishem Chkiouat, declaró el martes a la agencia Reuters que en torno a una cuarta parte de Derna ha quedado totalmente arrasada, y el ministro de sanidad del Gobierno del este de Libia, Othman Abdul Jalil, señaló al canal de televisión local Al Masar que los hospitales de la ciudad están llenos de cadáveres. Por su parte, las autoridades que controlan el este del país aseguraron a última hora de la jornada que los muertos confirmados ascendían a 6.238. La magnitud de la tragedia, sin embargo, no está aún del todo clara porque el martes las comunicaciones seguían en gran medida interrumpidas y muchas vías de acceso cortadas y destruidas.

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Fuera de Derna, el ciclón también golpeó Bengasi, la segunda mayor ciudad de Libia, y otras localidades más pequeñas del este del país como Susa, donde los daños han sido menores, aunque se han registrado decenas de muertos, según las autoridades locales. El Consejo Noruego para los Refugiados ha afirmado este martes en un comunicado que hay pueblos enteros desbordados por las inundaciones, muchas familias que han perdido todas sus pertenencias, y decenas de miles de personas que permanecen desplazadas.

Fuerte inestabilidad

Libia lleva sumida más de una década en un estado de fuerte inestabilidad y actualmente está política y administrativamente dividida en dos gobiernos rivales, uno con sede en el este y el otro, reconocido por la comunidad internacional, en la capital, Trípoli.

Pese a ser un país muy rico en petróleo, esta fractura ―además de la parálisis y la mala gestión, que ha ido acompañada de conflictos armados cíclicos, amplias redes de corrupción y una plétora de milicias― ha dejado a Libia con unos servicios públicos y unas infraestructuras decrépitas, totalmente inadecuadas para hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos. Derna en concreto, que llegó a estar en parte controlada por el Estado Islámico de finales de 2014 a mediados de 2015, y luego por una coalición de grupos islamistas hasta el 2018, ha permanecido en los últimos años particularmente abandonada por las autoridades.

A ello se le suma que el país norteafricano, cuya población se concentra en la costa, es muy vulnerable a los efectos del cambio climático. En esta ocasión, la falta absoluta de anticipación y planificación por parte de las autoridades locales, conocedoras de que la tormenta Daniel llegaría a Libia tras su devastador paso por Grecia, está generando fuertes críticas, al menos en las redes sociales.

“Lo sucedido ha puesto de manifiesto la total falta de preparación de las autoridades libias no solo en la región oriental sino en toda Libia, especialmente a las ciudades costeras. En Libia se carece de estrategias activas y de preparación para los fenómenos meteorológicos extremos por lo infrecuentes que son, pero ahora empezaremos a ver un aumento de su frecuencia por el creciente impacto del cambio climático”, señala Malak Altaeb, experta libia en temas medioambientales del Middle East Institute, con sede en Estados Unidos. “También es importante recordar que la situación se ve agravada por el hecho de que las infraestructuras se han visto afectadas por los conflictos de los últimos 12 años, lo que ha contribuido a deteriorar las débiles infraestructuras existentes y a que queden rápidamente destruidas por los fenómenos meteorológicos extremos”, agrega Altaeb a EL PAÍS.

Las autoridades en el oeste de Libia, aunque no tienen control sobre el territorio oriental, se han movilizado para prestar ayuda a las zonas más afectadas. Así, el Gobierno de Trípoli ha despachado un avión hacia Bengasi, la principal ciudad del este, cargado con 87 miembros del personal médico y paramédico, además de 14 toneladas de suministros, incluidos medicamentos, equipamiento médico y bolsas para cadáveres, según informó el primer ministro Abdelhamid Al Dabeiba en un mensaje en la red social X (antes conocida como Twitter). También han asignado una partida de unos 385 millones de euros a la reconstrucción de Derna y de la zona. En esta línea, el militar Jalifa Haftar, hombre fuerte en el este del país y comandante del autodenominado Ejército Nacional Libio, pidió durante un discurso televisado que el Banco Central de Libia, con sede en Trípoli, proporcione financiación a las autoridades de la región para que tengan capacidad para apoyar tanto las operaciones de rescate como las de reconstrucción.

En este contexto, varios países, incluidos Egipto, Turquía y Emiratos Árabes Unidos, han empezado a enviar a Libia ayuda humanitaria y equipos de emergencia para asistir en las labores de búsqueda y rescate. Otros países, como España, Estados Unidos, Italia y Qatar, también han anunciado que están preparados para prestar apoyo, y el coordinador de asuntos humanitarios y ayuda de emergencia de la ONU, Martin Griffiths, adelantó en un mensaje en X que se están “movilizando equipos de emergencia”.

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