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Putin alardea de fuerza en un foro con China y la India: “El pueblo ruso está más unido que nunca”

Xi Jinping insiste ante los miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái en la necesidad de cooperación e insta a sus homólogos asiáticos a resistirse a la influencia externa

Putin, durante la cumbre virtual de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), este martes.Foto: SPUTNIK (VIA REUTERS)

Los líderes de los Estados miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se han reunido de manera virtual este martes, en una cumbre presidida por la India y en la que los mandatarios de China y Rusia —dos de las naciones fundadoras— han mostrado nuevamente su buena sintonía a la hora de promover un modelo alternativo a lo que consideran un orden mundial liderado por Estados Unidos. Aunque la 23ª edición del evento tiene lugar en un año en el que Pekín ha empezado a asumir un papel más proactivo como actor de relevancia internacional, todos los focos han estado puestos sobre Moscú. El encuentro ante sus homólogos asiáticos era más importante que nunca para Vladímir Putin, que necesitaba demostrar al mundo, por un lado, que su Gobierno ha aplacado cualquier intento de desafío tras la insurrección del grupo de mercenarios Wagner y, por otro, que las sanciones que Occidente ha impuesto a su país por la invasión a Ucrania no han logrado aislarlo por completo.

Putin ha aprovechado su primera aparición internacional desde que Yevgueni Prigozhin se rebeló contra la cúpula del Ministerio de Defensa ruso para proyectar una imagen de fortaleza y disipar todas las dudas que surgieron el 24 de junio sobre si mantenía el control de la situación. Ante los jefes de Estado de varias naciones amigas, Putin ha asegurado, a través de videoconferencia, que “el pueblo ruso está más unido que nunca” y que “los círculos políticos y toda la sociedad demostraron solidaridad y un gran sentido de la responsabilidad por el destino de la patria, al responder como un frente unido contra el intento de motín armado”.

El presidente ruso también ha mostrado su agradecimiento a los “colegas de los países de la OCS que han apoyado las acciones del Gobierno ruso” y ha asegurado que su país se opondrá a las sanciones y “provocaciones occidentales”. Entre los participantes en la reunión telemática figuraban su homólogo chino, Xi Jinping; bielorruso, Aleksandr Lukashenko; e iraní, Ebrahim Raisí; además de los líderes de cuatro de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia central sobre las que Moscú mantiene una enorme influencia.

La OCS es una plataforma fundada en 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán con el objetivo de combatir el terrorismo y promover la seguridad fronteriza. La organización se ha expandido en los últimos años como parte de los crecientes esfuerzos de Xi y Putin de propiciar un modelo de diálogo alternativo al occidental, profundizar la seguridad y la cooperación económica y luchar contra el narcotráfico. India y Pakistán se unieron en 2017, y este martes lo ha hecho de manera oficial Irán. Todas estas naciones o bien comparten frontera con Rusia o bien mantienen intereses diplomáticos o fuertes lazos económicos con el país. Aunque muchas están a favor de que la partida en el tablero geopolítico esté más repartida, la región que la OCS cubre —gran parte de Eurasia y alrededor del 40% de la población mundial— se mueve en gran medida por una red de intereses y lealtades que ponen ciertas trabas a la colaboración.

“Políticas exteriores independientes”

En su intervención, Xi Jinping ha hecho precisamente un llamamiento a la “confianza mutua” y ha enfatizado la necesidad de unidad y cooperación. El mandatario chino ha ido un paso más allá y ha instado a sus pares a resistirse a las influencias externas: “Debemos formular políticas exteriores independientes, basadas en los intereses generales y a largo plazo de la región, y tener firmemente en nuestras manos el futuro y el destino del desarrollo y el progreso de nuestros países”, recoge la agencia estatal de noticias Xinhua. El líder de la segunda economía mundial ha hecho uso de una frase que ya viene siendo habitual en sus discursos: “El mundo actual está lleno de caos, y se enfrenta a cambios nunca vistos en un siglo. La humanidad tiene ante sí retos sin precedentes. ¿Unidad o división? ¿Paz o conflicto? ¿Cooperación o confrontación?”. Xi ha pedido que se “siga la dirección adecuada para salvaguardar la paz”.

Sus declaraciones llegan apenas dos semanas después de que el primer ministro indio, Narendra Modi, quien ha presidido la reunión, fuese recibido con honores en Washington por el presidente estadounidense, Joe Biden. Aunque la relación de Nueva Delhi y Moscú se ha mantenido fuerte durante la guerra (no ha condenado la invasión, ha comprado cantidades récord de petróleo ruso y adquiere de este país el 60% de su material de defensa), Estados Unidos lleva tiempo cortejando a la India, pues la ve como un fuerte contrapeso al ascenso de China. Mientras, la desconfianza entre los dos países más poblados del planeta no deja de aumentar: India y China mantienen desde hace tres años un intenso enfrentamiento en la frontera común, en el que están implicados miles de soldados estacionados a lo largo de la región de Ladakh; además, Pekín considera que la pertenencia de la India al Quad (el diálogo de seguridad con Estados Unidos, Australia y Japón) busca entorpecer sus intereses en el Indo Pacífico.

Modi, por su parte, ha definido la organización como una “importante plataforma para la paz, la prosperidad y el desarrollo de toda la región euroasiática” y ha dado la bienvenida a Bielorrusia a firmar el memorándum de obligaciones para convertirse en miembro de pleno derecho “de la familia”. Bielorrusia desempeñó un papel clave en la crisis de Putin; fue Lukashenko quien cerró un trato con Prigozhin para frenar el avance de sus hombres hacia Moscú, y le ha permitido instalarse en su país.

A pesar de sus palabras de elogio hacia la OCS, la India no ha dado explicaciones de por qué la cita se ha celebrado de manera virtual, en contraposición con la del año pasado, que se prolongó durante dos días en Samarcanda (Uzbekistán) y contó con una serie de reuniones bilaterales entre los líderes asistentes. Algunos analistas consideran que Modi, que está haciendo malabares para equilibrar las relaciones de India con Oriente y Occidente, no podía permitirse posar junto a Xi y Putin, después de hacerlo recientemente con Biden y firmar una declaración conjunta en la que ambos expresaron su preocupación por el conflicto en Ucrania y por las “acciones coercitivas y las crecientes tensiones” en el Indo-Pacífico. La India acogerá en septiembre la reunión del G-20.

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