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El lanzamiento de un misil norcoreano activa de forma temporal el sistema de alerta en Japón

Fuentes oficiales de Corea del Sur sugieren que podría tratarse de un nuevo cohete de largo alcance de combustible sólido

Corea del Norte
Una pantalla muestra las noticias con imágenes de un ensayo balístico de Corea del Norte en una estación de tren en Seúl este jueves.JUNG YEON-JE (AFP)
Guillermo Abril

Corea del Norte ha disparado este jueves a primera hora de la mañana (en la madrugada española) lo que podría ser un nuevo tipo de misil balístico de alcance medio o largo, desatando brevemente las alarmas en Japón. El lanzamiento ha sido efectuado a las 7.32 en un ángulo muy abierto desde una localidad vecina de Pyongyang, la capital norcoreana, y ha volado hacia el este cerca de 1.000 kilómetros antes de caer en aguas del mar del Este, entre la península coreana y Japón, según las autoridades militares de Corea del Sur citadas por la agencia Yonhap. El impacto se produjo a las 8.19, según Tokio.

En un primer momento, en plena hora punta, el disparo ha activado el sistema de alerta en Japón, por la posibilidad de que pudiera impactar en las inmediaciones de la isla de Hokkaido. Pero finalmente, 20 minutos después, el Gobierno nipón ha retirado el aviso, cuando se ha determinado que no había peligro. El misil no ha caído en aguas territoriales ni en la zona económica exclusiva japonesa, ha asegurado el ministro de Defensa de este país, Yasukazu Hamada, citado por la agencia japonesa Kyodo News.

Una de las hipótesis que se barajan es que Corea del Norte haya probado un nuevo tipo de misil intercontinental de combustible sólido, ha asegurado una fuente gubernamental anónima de Seúl, citada por la agencia surcoreana Yonhap. En febrero, durante una marcha militar celebrada en Pyongyang para conmemorar los 75 años de la fundación del Ejército Popular de Corea, el régimen comunista exhibió lo que algunos analistas sospecharon que podría ser la lanzadera para un novedoso cohete de combustible sólido. Las características de este artefacto permiten un despliegue con mayor rapidez, lo que deja menos tiempo al enemigo para detectarlo y destruirlo.

El pasado lunes, en una reunión de la Comisión Militar Central norcoreana, el líder supremo, Kim Jong-un, pidió fortalecer la capacidad disuasoria del país que gobierna con puño de hierro “con mayor rapidez” y de manera “más práctica y ofensiva” ante una situación de seguridad que, en su opinión, empeora, según informó la prensa oficial norcoreana. Pyongyang culpa de esa deriva a las recientes maniobras militares entre Estados Unidos y Corea del Sur, cuyos ejercicios simulan “una guerra total” contra Corea del Norte.

Tras un 2022 en el que el régimen norcoreano incrementó el frenesí balístico a máximos históricos, el 2023 ha arrancado de forma parecida. El último lanzamiento de un misil de alcance medio o largo fue el de un Hwasong-17, un cohete intercontinental apodado El Monstruo, el 16 de marzo, según la citada agencia surcoreana. La situación se vive en Seúl con preocupación: desde el pasado viernes, Pyongyang no responde las llamadas transfronterizas rutinarias realizadas a través de las líneas de comunicación militares y de enlace entre los dos países.

Las autoridades de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos han condenado con vehemencia el ensayo. Washington ha asegurado que el lanzamiento es una clara violación de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que eleva la tensión en la región de forma innecesaria. También ha invitado a Kim a establecer una “negociación seria”. “No se ha cerrado la puerta a la diplomacia, pero Pyongyang debe cesar inmediatamente sus acciones desestabilizadoras y optar en su lugar por el compromiso diplomático”, ha asegurado Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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