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El agresor quería romper “las rodillas” a Nancy Pelosi para que fuera en silla de ruedas al Congreso

El atestado del agente del FBI detalla el ataque de DePape, acusado de agresión y de intento de homicidio y de secuestro

Pelosi assailant
David DePape, en una fotografía de 2013.Michael Short (AP)
Miguel Jiménez

El atestado del agente de la Oficina Federal de Investigación (FBI) que ha investigado el caso despeja todas las dudas sobre la motivación política del ataque con un martillo que sufrió Paul Pelosi, el marido de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la semana pasada. Según dicho atestado, David DePape, de 42 años, el agresor, iba buscando a Nancy Pelosi y pretendía atar a su marido hasta que llegara para luego mantener como rehén e interrogar a la política, a la que veía como la “líder de la manada” de mentiras del Partido Demócrata. Si le decía “la verdad”, la dejaría ir, pero estaba seguro de que no lo iba a hacer. Si “mentía,” le iba a romper “las rodillas” para que tuviera que ir al Congreso en silla de ruedas y eso mostrase a los otros congresistas que sus acciones tienen consecuencias.

El agresor confesó esos propósitos en un interrogatorio grabado por agentes del Departamento de Policía de San Francisco. DePape ha sido acusado este lunes por el Departamento de Justicia de asalto e intento de secuestro y la Fiscalía de San Francisco ha anunciado también cargos contra él por intento de asesinato y otros delitos.

En su interrogatorio, DePape declaró que entró en la casa a través de una puerta de cristal, tras usar un martillo. Pelosi estaba en la cama y el asaltante le despertó preguntando por Nancy Pelosi. Paul Pelosi respondió que ella no estaba y que tardaría unos días en volver y preguntó cómo podían resolver la situación y qué quería hacer.

El agresor también explicó que quería atar a Pelosi para poder irse él a dormir, ya que estaba cansado. En ese momento, empezó a sacar bridas de su bolsillo para poder atar al esposo de Pelosi, que se dirigió hacia otra parte de la casa. Pretendía ir al ascensor, donde hay un teléfono, pero el agresor le detuvo y juntos volvieron a entrar en el dormitorio.

Pelosi pudo ir al baño y en ese momento llamar al 911, el número de la policía, según el atestado, que hace el relato más detallado conocido hasta el momento. En la llamada, a las 2.23 de la madrugada del jueves al viernes, Pelosi dijo que había un hombre en la casa llamado David a quien no conocía y que pretendía esperar a Nancy Pelosi.

“Luchando contra la tiranía”

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DePape explicó en el interrogatorio que no se marchó tras la llamada de Pelosi a la policía porque, “al igual que los padres fundadores estadounidenses con los británicos, estaba luchando contra la tiranía sin la opción de rendirse”. Bajaron a la puerta principal. A las 2.31, un oficial del Departamento de Policía de San Francisco que acudía por la llamada llegó a la residencia de Pelosi y llamó a la puerta principal. Pelosi corrió y la abrió. El policía vio que ambos sostenían un martillo con una mano y DePape tenía su otra mano agarrando el antebrazo de Pelosi.

Los agentes preguntaron qué estaba pasando. DePape respondió que todo iba bien. Los agentes pidieron entonces a ambos que soltaran el martillo y el agresor se hizo con el control del mismo y lo blandió, golpeando a Pelosi en la cabeza, según el atestado, que concuerda con lo adelantado por la policía de San Francisco. DePape explicó en el interrogatorio que el comportamiento del marido de Nancy Pelosi por llamar a la policía hizo que “recibiera el castigo en su lugar”. Paul Pelosi ha tenido que ser operado de una fractura de cráneo, pero se espera que se recupere por completo.

Los agentes sujetaron inmediatamente a DePape, mientras Pelosi parecía estar inconsciente en el suelo. Una vez que el agresor fue inmovilizado, los agentes extrajeron del bolsillo derecho de su pantalón un teléfono móvil, dinero en metálico y tarjetas. DePape facilitó a los agentes su nombre y apellidos. Después de que los agentes le preguntaran si llevaba un documento de identidad, contestó que podría estar en su mochila en el porche trasero y explicó que su mochila estaba cerca de los cristales rotos.

Cuando los agentes sacaron a DePape de la casa de Pelosi, las imágenes de las cámaras corporales de la policía mostraban una puerta de cristal que parecía ser vidrio laminado, roto cerca de la manija de la puerta. El Departamento de Policía de San Francisco recuperó unas bridas en el dormitorio de Pelosi y en el pasillo cerca de la puerta principal de la residencia de Pelosi. Además, las fuerzas del orden registraron la mochila de DePape en la residencia de Pelosi, y encontraron entre otras cosas, un rollo de cinta adhesiva, una cuerda blanca, un segundo martillo, un par de guantes de goma y tela y un diario.

DePape está acusado de un cargo de agresión a un familiar directo de un cargo de los Estados Unidos con la intención de tomar represalias contra el cargo por el desempeño de sus funciones oficiales, lo que conlleva una pena máxima de 30 años de prisión. DePape también está acusado de un cargo de intento de secuestro de un funcionario de los Estados Unidos en el ejercicio de sus funciones oficiales, que conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.

Aunque el cargo de intento de homicidio, pero ese cargo no se menciona por parte del Departamento de Justicia, la fiscal de distrito de San Francisco, Brooke Jenkings, ha confirmado que también presentará acusación por ese delito y otros más. “Violencia así no tiene sitio en San Francisco ni en la política”, ha dicho Jenkings, que también ha confirmado que la agresión parece responder a una motivación política.

La investigación permitió descubrir que DePape vivía en el garaje de una residencia en la calle Shasta en Richmond, California. El propietario del local confirmó que ha residido en el garaje durante aproximadamente dos años. El pasado 29 de octubre, las fuerzas del orden registraron el garaje y se incautaron de dos martillos, una espada y un par de guantes de goma y tela. Los agentes también encontraron pruebas de que DePape vivía en el garaje, incluyendo documentación diversa.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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