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Rusia reanuda el suministro limitado de gas por el Nord Stream

El gasoducto retoma la actividad casi al 40% de su capacidad, tras una parada por mantenimiento que hizo temer a la UE que el Kremlin cerrase el grifo totalmente

Nord Stream
Conductos del gasoducto Nord Stream en Lubmin (Alemania), el 8 de marzo.HANNIBAL HANSCHKE (REUTERS)
Javier G. Cuesta

Rusia ha reanudado esta madrugada el suministro a través del gasoducto Nord Stream tras 10 días de trabajos de mantenimiento, según ha confirmado un portavoz del operador de red. La Unión Europea temía que el Kremlin cerrara el grifo totalmente como medida de presión ante las sanciones impuestas por la invasión de Ucrania, en un movimiento más de la partida de ajedrez con Moscú en torno al gas. La actividad ha vuelto a “casi el 40%” de la capacidad total de la infraestructura, según datos de su consorcio gestor, Nord Stream AG, citados por la agencia rusa Ria Novosti. Este volumen es similar al que se enviaba desde junio, antes del parón técnico.

Desde ese mes, el Nord Stream operaba solo a ese 40% de su capacidad, un bombeo limitado que Rusia justificaba con el argumento de que Canadá bloqueaba, a causa de las sanciones, la devolución del motor de una turbina que estaba en reparación en ese país, un argumento que la Unión Europea consideraba un pretexto. La agencia Reuters informó este jueves, citando “fuentes conocedoras” del caso, de que ese motor de turbina está bloqueado en la ciudad alemana de Colonia porque las autoridades rusas aún no han dado permiso para su entrada en territorio ruso.

“Nord Stream AG ha completado con éxito todas las tareas planificadas en ambas líneas del gasoducto de acuerdo con los plazos establecidos”, asegura el comunicado publicado por el consorcio, donde no ha explicado el porqué de ese bombeo limitado. “El cronograma y el plan de trabajo se acordaron de antemano con los socios”, ha añadido la compañía para recalcar que esta revisión, que tiene lugar una vez al año, había sido acordada con Europa.

El pasado lunes, el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió de que el suministro de gas podría reducirse aún más pero el Kremlin se ha lavado las manos en lo referente a las limitaciones en el bombeo del hidrocarburo. “Cualquier dificultad tecnológica que esté relacionada con esto proviene de las restricciones que impusieron los propios Estados europeos, la Unión Europea”, ha declarado el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria. Además, ha criticado los temores a un corte total de suministro. “En los últimos días, hemos escuchado muchos reproches. De la señora [Ursula] Von der Leyen [la presidenta de la Comisión Europea] y de otros representantes de la Unión Europea. Nos acusan de utilizar la situación del gas para chantajear, para presionar políticamente. Estas declaraciones son absolutamente falsas”, añadió Peskov.

Este martes, durante un encuentro con periodistas en Teherán, Putin dijo que la gasista estatal rusa Gazprom no solo no contaba con esa turbina reparada en Canadá, sino que otra más ha fallado porque se rompió un revestimiento interno. El líder ruso agregó que hasta ahora funcionaban dos turbinas que proporcionaban unos 60 millones de metros cúbicos diarios y, si no llega el recambio, caerá aún más el bombeo. “Eso serían 30 millones de metros cúbicos al día”, subrayó sobre unas instalaciones que tienen capacidad para enviar 167 millones.

Clave para Alemania

El gasoducto Nord Stream I es clave para Europa y especialmente para la locomotora alemana. Inaugurado en 2011, tiene una capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos de gas anuales, aproximadamente un tercio de todo lo que se importó de Rusia ese año. Ese país suministró en torno a un 45% de los 380.000 millones de metros cúbicos de gas que el bloque comunitario compró en el extranjero en 2021.

De las buenas relaciones entre Berlín y Moscú nació hace una década la idea de construir un segundo gasoducto, el Nord Stream 2, a la que se opusieron el resto de socios del este de Europa y Ucrania porque consideraban que el Kremlin podría dividir así a Europa en caso de ataque. Su construcción acabó en enero, pero Bruselas nunca ha llegado a autorizar su uso. Sin embargo, Putin ha vuelto a insistir recientemente en retomar aquel gran proyecto mientras cierra otros gasoductos: “Tenemos otra vía preparada, el Nord Stream 2, y puede ponerse en marcha”.

El jefe del regulador de la energía alemán, Klaus Mueller, adelantó el miércoles que Nord Stream volvería a operar, pero apenas a un tercio de su capacidad. “Es mejor que nada, pero no es lo pactado por contrato”, dijo a la agencia Reuters. “Si podemos obtener este 30%, podría ayudar a almacenar [gas], pero habrá que esperar”, agregó.

Las reservas de gas europeas ya han alcanzado el 64,4% de la capacidad total, aunque la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte de que estas deberían colmar el 90% de los depósitos con el comienzo del frío en octubre. Su director, Fatih Birol, alabó esta semana cómo el bloque comunitario ha sustituido hasta ahora el gas ruso. Europa ha aumentado la importación de gas natural licuado y está incrementando gradualmente la compra de gas canalizado de otras regiones del mundo.

La AIE recomendó, sin embargo, hacer mucho más hincapié en reducir el consumo de este combustible y concienciar a la población de la situación de emergencia en la que se encuentra el continente tras la ofensiva rusa. Birol no solo propuso recurrir temporalmente al carbón, sino también compensar a la industria que ha contratado energía por gastar menos, y recortar el consumo de luz en la administración. Según sus cálculos, reducir en un par de grados la calefacción de los hogares en Europa compensaría el cierre total del Nord Stream en invierno.

Bruselas temía que Rusia cerrara el grifo totalmente como medida de presión ante las sanciones. “Rusia nos chantajea. Utiliza la energía como un arma. Por eso, ante un importante corte parcial o uno total del gas ruso, Europa debe estar preparada”, advirtió el miércoles Von der Leyen, al presentar un plan para que los Estados miembros reduzcan en un 15% su consumo de gas.

Esta propuesta recibió la oposición frontal de España. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, rechazó la medida: “A diferencia que otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético”.

“No hay excusa”

Von der Leyen señaló que Rusia no tenía pretexto alguno para boicotear el suministro a través de Nord Stream. “La turbina está en tránsito, llegará a tiempo. No hay excusa para no suministrar el gas”, afirmó.

Sin embargo, el enroque de Nord Stream no es la única jugada de este ajedrez donde ambas partes se acusan de mentir. Por Ucrania transcurre el gasoducto Soyuz rumbo a la Unión Europea. El Operador del Sistema de Transmisión de Gas de Ucrania (GTSOU, por sus siglas en inglés) reclama desde mayo a Gazprom que desvíe el flujo de la estación de bombeo de Sojranivka, en Lugansk, a la de Sudia, la que más volumen mueve, porque los separatistas prorrusos en la provincia del este extraían allí gas que ha comprado la Unión Europea.

El gigante gasístico ruso se negó “por motivos técnicos”. Sin embargo, GTSOU recalca que por Sudia pasan al día entre 40 y 60 millones de metros cúbicos, cuando tiene una capacidad máxima de 244 millones. Putin dio otra versión: “[Sojranivka] quedó bajo el control de la República Popular de Lugansk [una de las provincias separatistas prorrusas en Ucrania] hace varios meses, y ellos la cierran ahora sin ninguna justificación. Todo funcionaba allí con normalidad, nadie interfería, y de pronto la cerraron por razones políticas”.

Otra jugada de esta partida ha tenido lugar en Polonia. El Kremlin cortó totalmente el grifo a través del gasoducto Yamal en mayo porque Varsovia se negó a pagar en rublos su gas. Esto respondía a que Putin, ante las sanciones a sus bancos, decretó que los clientes de Gazprom debían abrirse una cuenta especial en una filial de la gasista para convertir allí sus pagos en moneda rusa. Polonia, como Bulgaria y Finlandia, se negaron ante los problemas legales que podría suponer para litigar en el futuro.

Sin embargo, Varsovia comenzó a comprar a Berlín parte del gas ruso que importaba Alemania, lo que también ha suscitado las críticas de Putin. “Es ventajoso para las empresas alemanas vender a Polonia con una pequeña prima, y para los polacos es más ventajoso porque es más barato que comprarnos directamente a nosotros, pero el volumen de gas se ha reducido en el mercado europeo y su precio total ha subido. ¿Quién se ha beneficiado? Todos los europeos han perdido”, subrayó el mandatario ruso.

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