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Los conservadores de Merkel se imponen con holgura a la ultraderecha en las regionales de Sajonia-Anhalt

Las proyecciones muestran que la CDU mejora con un 36% de los votos sus resultados de 2016 y aleja el fantasma de un fortalecimiento de Alternativa por Alemania (AfD), que pierde apoyos

Reiner Haseloff celebra el resultado de las elecciones en Sajonia-Anhalt junto a su mujer, Gabriele, en Magdeburgo.
Reiner Haseloff celebra el resultado de las elecciones en Sajonia-Anhalt junto a su mujer, Gabriele, en Magdeburgo.FILIP SINGER (EFE)
Elena G. Sevillano

Los conservadores de la CDU ganaron este domingo con amplio margen los comicios regionales en Sajonia-Anhalt, los últimos antes de las elecciones generales de Alemania en septiembre. Las proyecciones adjudicaban a primera hora de la noche al actual primer ministro democristiano, Reiner Haseloff, un 36% de los votos. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) mantuvo el segundo lugar, con un 22,5%, pero perdió apoyos. El resultado, tras los reveses en dos regionales en marzo, supone un respiro para la formación de la canciller, Angela Merkel, y el candidato a sucederla, Armin Laschet, que logra movilizar al electorado.

Según estos datos, la CDU de Angela Merkel ha mejorado en más de seis puntos los resultados de 2016 mientras que Alternativa para Alemania (AfD) ha perdido casi dos puntos porcentuales, lo que aleja el peligro de un fortalecimiento de la ultraderecha que habría puesto en apuros a la formación conservadora y a su líder.

Los analistas aseguran que las encuestas previas, que situaban a la ultraderecha muy cerca de los conservadores, probablemente han movilizado al electorado del resto de partidos para votar en contra de AfD y alejar el fantasma de una ultraderecha robusta y con influencia en el panorama político. Así lo cree también Haseloff: “La gente ha votado contra AfD”, dijo tras conocerse su victoria. “Hemos combatido a la ultraderecha unidos, y eso también es un mensaje para Berlín”, añadió.

El resultado refuerza las posibilidades de los conservadores en septiembre. También el liderazgo de Laschet, que en las dos últimas elecciones regionales, en Baden-Württemberg y Renania Palatinado, sufrió un duro revés al perder votos en favor de los ecologistas. Esa es la lectura que hace la CDU: “Este resultado nos da alas para Berlín. Es también una victoria para Armin Laschet”, dijo en la televisión pública ARD el portavoz parlamentario de la CDU, Ralph Brinkhaus.

La otra formación que puede considerarse victoriosa son los liberales de FDP, que vuelven a entrar en el parlamento regional de Magdeburgo al superar la barrera del 5%, con un 6,5%. El partido que más apoyo ha perdido con respecto a los comicios de 2016 es la izquiera de Die Linke, que ha obtenido un 10,9% de los votos, más de cinco puntos por debajo de su resultado hace cinco años. Los socialdemócratas del SPD se dejan más de dos puntos y obtienen el cuarto puesto con el 8,4% de los votos. Los Verdes mejoran su resultado de 2016 en un punto, pero el 6,2% que les dan los sondeos se queda muy por debajo de lo que predecían las encuestas para el partido de Annalena Baerbock, la primera líder ecologista con opciones reales de convertirse en canciller.

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Las elecciones celebradas este domingo en Sajonia-Anhalt son la última prueba de fuego para los conservadores antes de las elecciones generales de septiembre, las primeras en 16 años sin el liderazgo de Merkel. La CDU no solo lucha por el poder en este Land de poco más de dos millones de habitantes al Este de Alemania, sino también contra la pujanza del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). Algunas encuestas previas a la votación daban una ventaja de solo tres puntos a los conservadores, mientras que otras reducían ese margen a un punto. Una victoria de AfD habría dado alas a los miembros de la CDU que abogan por un acercamiento al partido de ultraderecha, en un país que mantiene un estricto cordón sanitario contra esta formación.

Cerca de 1,8 millones de personas estaban llamadas a las urnas en Sajonia-Anhalt, un Estado rural y todavía industrial, sede de importantes empresas del sector químico y que lucha contra los efectos del abandono del carbón, cuyas minas dieron mucho trabajo durante la antigua RDA. Tal como ocurrió en 2019 con las elecciones en otros Land del Este (Brandeburgo, Sajonia y Turingia), las encuestas muestran que la brecha Este-Oeste sigue abierta para los ciudadanos. La mayoría asegura sentirse en desventaja por ser alemanes orientales y exige mayor representación en los puestos de poder en la política y la economía del país.

El Estado federado con el PIB per cápita más bajo de Alemania ha estado gobernado esta legislatura por una coalición llamada Kenia, por los colores de la bandera de este país africano: el negro de la CDU, el rojo de los socialdemócratas del SPD y el verde de los ecologistas. El cristianodemócrata Reiner Haseloff, de 67 años, es el ministro presidente desde 2011. Primero en coalición con el SPD y después a tres con los socialdemócratas y los ecologistas. El resultado de las elecciones de 2016 forzó a crear esta coalición, que ha estado al borde de la ruptura en varias ocasiones. Hace cinco años la CDU consiguió el 29,8% de los votos. La AfD obtuvo el segundo puesto, con el 24,3%. La izquierda (Die Linke) obtuvo el 16,3%; el SPD, el 10,6%, y los Verdes, el 5,2%. Los liberales del SPD se quedaron a las puertas de entrar en el parlamento de Magdeburgo, al obtener un 4,9% de los votos.

Los resultados de este domingo permiten a Haseloff reeditar su alianza Kenia, aunque los escaños permiten también una coalición Alemania (con socialdemócratas y liberales, representados por el color amarillo) e incluso un acuerdo Jamaica (con verdes y liberales).

El acuerdo de 2016 entre los tres socios se produjo más como alianza de centro para aislar a la ultraderecha que por afinidad política, lo que después se tradujo en choques que dejaron tocada a la coalición. Pese a ello, la población está moderadamente satisfecha con el Gobierno a tres. El índice de aprobación es del 54%, entre los más bajos de los 16 Estados federados, pero el más alto en Sajonia-Anhalt desde la década de los noventa, según datos de la cadena pública ARD. Reiner Haseloff es el político con índice de aprobación más alto entre todos los líderes por los que preguntó Infratest Dimap para ARD. Obtuvo un 67%, más que Angela Merkel (57%). El resto de candidatos son poco conocidos a nivel nacional.

Armin Laschet, candidato de la CDU a la cancillería, durante un evento en Berlín. En vídeo, el candidato ve ratificada su apuesta por el "centro" tras ganar en Sajonia-Anhalt

“Partidos democráticos”

Haseloff promete una alianza de centro como baluarte contra la AfD. No habrá colaboración “de ningún tipo” con la ultraderecha porque el Land solo puede ser gobernado “con partidos democráticos”, ha repetido durante la campaña electoral, en la que solo AfD ha dado mítines. Los candidatos del resto de partidos han visitado ciudades y pueblos, pero en grupos reducidos y sin actos con público.

Haseloff votó por la mañana en su colegio electoral en la ciudad de Wittenberg, donde dijo a los periodistas que durante la campaña se había esforzado para persuadir al electorado de no confiar en la extrema derecha: “He hecho todo lo necesario y posible para convencer a la gente de que necesitamos estabilidad y un centro democrático”.

La ultraderecha, que en el conjunto del país tiene desde hace un año una intención de voto que ronda el 10%, cuenta con el doble de apoyos en el Este alemán. En general, los bastiones de la AfD se corresponden con los territorios que más población han perdido en los 30 años transcurridos desde la caída del muro. Sajonia-Anhalt es el Land que ha perdido más habitantes desde 1990, el 24%, y su población está entre la más envejecida del país. El éxito de la ultraderecha se explica por ese descontento, ese sentimiento de ser ciudadanos de segunda, que la AfD ha tratado de explotar en los últimos años en paralelo al desgaste de los dos grandes partidos alemanes, la CDU y el SPD. Los ultras se han erigido en portavoces de esa parte de la población que considera que las formaciones tradicionales no dan respuesta a sus necesidades.

Reiner Haseloff, el defensor del Este en Berlín

Reiner Haseloff, de 67 años, es uno de los políticos más conocidos en Alemania pese a que su Estado, uno de los menos poblados del país, carece de la importancia estratégica de otros como Baviera o Berlín. Físico de formación –tiene un doctorado por la Universidad de Humboldt-, como Angela Merkel, Haseloff ha hecho su carrera política en este Land de 2,2 millones de habitantes, primero como consejero de Economía y después como ministro presidente, tras presentarse por primera vez a las elecciones de 2011 en sustitución de su mentor, Wolfgang Böhmer, que dejaba la política por motivos de edad. Haseloff es conocido por su firmeza contra el acercamiento de su partido a la ultraderecha. El año pasado cesó de forma fulminante a su consejero del Interior, Holger Stahlknecht, que también era presidente del partido en Sajonia-Anhalt, porque este planteó la ruptura de la coalición con SPD y Verdes para constituir un Gobierno minoritario, que solo podría existir con el apoyo de AfD.

Haseloff suele dar su opinión aunque esta no coincida con la de la ejecutiva de su partido. Fue uno de los barones conservadores que se pronunció públicamente a favor de Markus Söder, el líder del partido-hermano bávaro de la CDU, en la pelea por la candidatura que este mantuvo con Armin Laschet. Defendía que el partido debía presentar a las elecciones al candidato con mejores perspectivas de victoria. En aquel momento, Söder era el mejor valorado en las encuestas y Haseloff estaba a solo unos meses de las elecciones en su Land. Muchos miembros de la CDU en el Este de Alemania preferían a Söder, con un perfil más derechista que Laschet. Haseloff mantiene índices de popularidad altos en su región. Sus habitantes suelen decir en las encuestas que ha sabido defender los intereses del Este en Berlín.

 

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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