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El Gobierno de Trump obtuvo en secreto registros telefónicos de cuatro periodistas de ‘The New York Times’

El Departamento de Justicia también se hizo con historiales de reporteros de ‘The Washington Post’ y CNN en el marco de una investigación sobre la filtración de información clasificada

Donald Trump, en la conferencia de acción política conservadora, el 28 de febrero en Orlando (Florida, EE UU).
Donald Trump, en la conferencia de acción política conservadora, el 28 de febrero en Orlando (Florida, EE UU).OCTAVIO JONES (Reuters)
Amanda Mars
Washington -

El Departamento de Justicia de Estados Unidos obtuvo en secreto, durante el Gobierno de Donald Trump, los registros telefónicos de cuatro periodistas de The New York Times en el marco de una investigación sobre la filtración de información clasificada a esos reporteros. La noticia, adelantada este miércoles por la noche por el rotativo neoyorquino, se suma a otras publicadas en los últimos días sobre el espionaje a periodistas de The Washington Post y de la cadena CNN con el fin de destapar sus fuentes.

En concreto, el Departamento de Justicia se hizo con los historiales telefónicos de Matt Apuzzo, Adam Goldman, Eric Lichtblau y Michael S. Schmidt correspondientes a los primeros cuatro meses de 2017 (entre el 14 de enero y el 30 de abril). También obtuvo una orden judicial para hacerse con registros de correo electrónico ―no de su contenido―, aunque finalmente no se incautó de esos datos. El propio Departamento informó este miércoles a los periodistas afectados por esta controvertida actuación del anterior Gobierno, que pone en jaque la confianza de las fuentes confidenciales. El resto de los reporteros espiados también fueron informados por el departamento hace semanas. Según dijo el portavoz, Anthony Coley, en un comunicado, las intervenciones se llevaron a cabo entre 2019 y 2020.

Cuando se conocieron las primeras actuaciones de espionaje, el actual presidente, Joe Biden, señaló que este tipo de conductas “están sencillamente mal” y aseguró que no permitirá que tengan lugar bajo su Administración. El director de The New York Times, Dean Baquet, advirtió este miércoles de que ese espionaje “socava gravemente la libertad de prensa” y “amenaza con silenciar a las fuentes” de las que un periódico depende para poder informar al público “sobre lo que el Gobierno está haciendo”.

En el caso del Post, los periodistas vigilados habían estado investigando la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Justicia no ha especificado en el último caso qué artículo motivó la controvertida medida, pero el Times cree que, en su caso, tiene que ver con uno del 22 de abril de 2017, firmado por los cuatro periodistas espiados, que trataba de cómo el entonces director del FBI, James Comey, manejó durante la campaña electoral las investigaciones sobre el uso de un servidor privado de correo por parte de la candidata demócrata, Hillary Clinton, cuando era secretaria de Estado con Barack Obama.

Comey, que acabaría convirtiéndose en un enemigo para Trump, había decidido anunciar en julio de 2016 que recomendaba no procesar a Clinton. El artículo del Times citaba un documento, supuestamente obtenido por piratas rusos y cuya existencia era clasificada, en el que un cargo demócrata se mostraba confiado en que la entonces fiscal general, Loretta Lynch, del Gobierno de Barack Obama, no imputaría a Clinton. Comey, según el diario, temía que si Lynch anunciaba la decisión de no imputar a Clinton y ese documento se filtraba, iba a poner en tela de juicio la independencia de sus pesquisas.

La Administración de Trump ya advirtió al principio de su andadura que pretendía investigar las filtraciones a la prensa, una intención que hizo saltar chispas en uno de los países con mayor protección a la libertad de prensa, recogida en la Primera Enmienda de la Constitución y reafirmada como sacrosanto derecho en 1971 tras la publicación por parte de The New York Times de los famosos Papeles del Pentágono, que contenían información confidencial sobre la guerra de Vietnam. La justicia estableció entonces, no obstante, que se debía condenar la filtración de material clasificado, aunque no su publicación, al demostrarse que era de interés público.

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En mayo de 2017, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que se comprometía a perseguir “con toda la fuerza de la ley” a quienes filtrasen información clasificada. Respondía de este modo a la publicación en The New York Times de los detalles sobre el artefacto utilizado en el atentado de Mánchester gracias a datos proporcionados por la inteligencia británica a las agencias de espionaje estadounidenses.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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