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Nueva condena por corrupción, de dos años y medio de cárcel, para el heredero de Samsung

El Alto Tribunal de Seúl juzgaba a Lee Jae-yong por sobornar a una amiga de la expresidenta Park, Choi Soon-sil, en una red de favores que provocó el encarcelamiento de la dirigente

Macarena Vidal Liy
Lee Jae-yong atiende a los medios a su llegada este lunes al tribunal de Seúl.
Lee Jae-yong atiende a los medios a su llegada este lunes al tribunal de Seúl.DPA vía Europa Press (Europa Press)

El heredero del conglomerado Samsung, Jay Y Lee, uno de los hombres más poderosos de Corea del Sur –quizá el que más, al menos en el terreno empresarial–, ha vuelto a la cárcel este lunes, después de haber pasado un año en ella entre 2017 y 2018. El juez de un tribunal de Seúl le ha condenado a treinta meses de cárcel por cargos de corrupción y malversación de fondos.

Tras la sentencia, el vicepresidente de Samsung Electronics, de 52 años, se ha trasladado de inmediato a la misma prisión en las afueras de Seúl que ya le acogió hace cuatro años y donde ha quedado admitido tras someterse a una prueba de coronavirus. Una precaución necesaria en tiempos de pandemia: otro centro penitenciario surcoreano ha detectado un millar de contagios entre sus reclusos. El hombre al frente del conglomerado que representa el 20% del PIB de su país tendrá que pasar dos semanas confinado en una celda de aislamiento, como medida de prevención ante la covid, antes de pasar al régimen general si otra prueba PCR también da negativo entonces.

La condena hace un poco más complicado el proceso sucesor al frente de Samsung, tras la muerte en octubre del presidente del grupo, Lee Kun-hee. Lee Jae-yong, conocido en occidente como Jay Y Lee, su único hijo varón era quien llevaba las riendas del mayor conglomerado (“chaebol”) surcoreano desde que el patriarca sufriera un infarto y entrara en coma en 2014. El vicepresidente de Samsung Electronics –la joya de la corona del grupo– tiene dos hermanas, Boo-jin y Seo-hyun, aunque no se espera que ninguna de las dos le dispute la cabeza del vasto imperio empresaria

Los problemas legales de Jay Lee estallaron en 2017, cuando fue sentenciado a cinco años de cárcel dentro de un superlativo escándalo de corrupción que sacudió la política de Corea del Sur y desencadenó la destitución, tras ser condenada en un juicio político, de la entonces presidenta Park Geun-hye. Los fiscales consideraron entonces que el magnate dio órdenes de entregar cerca de 36 millones de dólares a fundaciones y empresas de Choi Soon-sil, una misteriosa confidente de Park cuya extrema influencia sobre la exjefa de Estado le ganó el apodo de “la Rasputina surcoreana”.

Un año después, en 2018, Lee recuperó la libertad después de que un tribunal de apelación le absolviera de la mayoría de los cargos. El caso, sin embargo, continuó su curso y volvió a un tribunal de menor instancia para repetir el juicio. En esta nueva vista se sumaron otros cargos de soborno.

En el fallo emitido este lunes, el tribunal del distrito central de Seúl determinó que el empresario –un hombre de aspecto serio, con gafas, al que sus allegados describen como alguien extremadamente cortés– pagó sobornos “voluntariamente y pidió a la (entonces) presidenta que ejerciera su influencia para facilitar su sucesión sin incidentes” al frente del conglomerado.

“Es muy desafortunado que Samsung, el mayor conglomerado del país y líder mundial en innovación, se encuentre implicada una y otra vez en delitos cada vez que se produce un cambio en el poder político” en Corea del Sur, agregó en su sentencia.

El abogado del magnate ha declarado, por su parte, que “se trata principalmente de un caso en el que el abuso de poder de la expresidenta ha violado la libertad y los derechos de propiedad de una empresa”.

La semana pasada, otro tribunal había confirmado la condena a veinte años de cárcel por corrupción a la expresidenta Park.

El caso en torno a Lee Jae-Yong ha puesto de relieve, una vez más, las conflictivas relaciones entre los “chaebols” familiares que generan la mayor parte de la riqueza en Corea del Sur y el poder político. Su padre y su abuelo, Lee Byung-chul, fundador de la firma, también tuvieron problemas con la justicia, aunque ninguno llegó a pisar una celda. En mayo del año pasado, el magnate se disculpó por los escándalos en torno al proceso de sucesión. Lee ha prometido que no legará la empresa a sus hijos y él será el último de la dinastía familiar en controlar el conglomerado.

Los problemas legales del heredero de Samsung no han acabado aquí. Aún encara otro juicio, por la fusión de dos empresas del grupo en 2015 en circunstancias polémicas. Lee necesitaba esa operación para consolidar su control sobre el conglomerado

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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