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Una versión a escala del avión con forma de V despega y aterriza con éxito

Los investigadores del proyecto Flying-V ponen a prueba un pequeño prototipo de la aeronave que alberga en sus alas la cabina de pasajeros, los tanques de combustible y la bodega

El prototipo a escala de Flying V durante las pruebas efectuadas en Alemania.Vídeo: TU DELFT
J. M. A.

Es solo una maqueta de momento, pero una maqueta que despega, vuela y aterriza. Los investigadores del proyecto Flying-V ("Uve voladora", en inglés) han probado el diseño de la aeronave, la uve que le da nombre y, aunque necesitará correcciones, han comprobado que funciona. Es un paso adelante más, aunque aún muy inicial, antes de que algún día un avión así surque los cielos, y lo haga llevando a todos los pasajeros dentro de sus alas, así como todos los equipajes y el combustible. 

El equipo de la Universidad Tecnológica de Delft y de la aerolínea KLM, ambas holandesas, han testado un modelo que mide tres metros y pesa 22,5 kilos y lo han hecho volar en una base aérea de Alemania, cuya ubicación no han revelado, para probarlo junto a técnicos de Airbus. Con un control remoto, hicieron volar la maqueta, provista de baterías eléctricas, para comprobar cómo despegaba, cómo efectuaba varias maniobras en vuelo, incluidas las previas al aterrizaje, y cómo ponía sus ruedas de nuevo en tierra. 

No las tenían todas consigo los técnicos antes de la prueba. Antes, tuvieron que cambiar el centro de gravedad de la aeronave y arreglar la antena para mejorar el control a distancia. El director del proyecto, el holandés Roelof Vos, ha declarado a la web de su universidad que temían el ascenso. "Una de nuestras preocupaciones era que a la aeronave le costase ganar altura, porque los cálculos previos mostraban que la rotación [la acción de elevar la rueda del morro del avión durante el despegue] podría ser un problema. Aunque el equipo optimizó la maqueta para evitar ese problema, no sabes cómo va a resultar hasta que no lo pruebas. Para estar seguros, hay que volar", ha apuntado.

Pero la rotación y el despegue no mostraron problema, y la pequeña uve se alzó a los cielos en cuando alcanzó los 80 kilómetros por hora. El aterrizaje sigue siendo ligeramente más brusco de lo deseable, pero para corregir ese aspecto los investigadores cuentan ahora con un buen conjunto de datos recogidos durante las pruebas. Los aplicarán a un programa informático que modeliza la aerodinámica; un primer paso para que, en el futuro, se puedan aplicar a un simulador de vuelo.

El proyecto de Flying-V, un modelo de aeronave del tipo BWB (como se define a las aeronaves en las que no está tan claro dónde empieza la cabina y dónde las alas) fue presentado el año pasado como empresa conjunta de la Tecnológica de Delft y de KLM, con el apoyo del fabricante Airbus.

Más allá de la innovación que su peculiar forma supone frente a los aparatos convencionales, el proyecto presume de que el diseño y el menor peso de la futura aeronave permitirán ahorrar un 20% del gasto en combustible con respecto a los aviones actuales. Uno de sus objetivos es que la aeronave se propulse con hidrógeno líquido en lugar de queroseno. En las dos últimas décadas, Boeing ha probado también sus propios diseños de BWB. Verlos volar parece todavía algo lejano.  

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Sobre la firma

J. M. A.
Es redactor de la sección de España de EL PAÍS. Antes formó parte del Equipo de Datos y de la sección de Ciencia y Tecnología. Estudió periodismo en las universidades de Sevilla y Roskilde (Dinamarca), periodismo científico en el CSIC y humanidades en la Universidad Lumière Lyon-2 (Francia).

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