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El presidente de Costa de Marfil arrasa en unas elecciones boicoteadas por la oposición

El Gobierno denuncia a los rivales de Ouattara por “complot contra el Estado” y las fuerzas del orden rodean sus casas después de que anunciaran la creación de un consejo nacional de transición

José Naranjo
Alassane Ouattara y su esposa Dominique Ouattara a su llegada a un colegio electoral de Abiyán el pasado sábado durante las elecciones.
Alassane Ouattara y su esposa Dominique Ouattara a su llegada a un colegio electoral de Abiyán el pasado sábado durante las elecciones.ISSOUF SANOGO (AFP)

El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, ha ganado las elecciones celebradas en este país africano el pasado sábado con un 94,27% de los votos, según informó este martes la comisión electoral independiente (CEI), quien además indicó que la tasa de participación había sido del 53,90%. Esta amplia victoria se explica por el boicot de los dos principales candidatos opositores, Henri Konan Bédié y Pascal Affi N’Guessan, que no reconocen estas elecciones como legítimas dado que Ouattara concurría a un tercer mandato, algo prohibido por la Constitución. Ambos han anunciado la creación de un consejo nacional de transición en desafío a las autoridades marfileñas y el Gobierno reaccionó este martes acusándolos de “complot contra la autoridad del Estado” y poniendo los hechos en conocimiento de la Fiscalía. La residencia de Bédié y otros líderes opositores estaba rodeada de policías este martes por la tarde.

“Por tanto, Alassane Ouattara ha sido elegido presidente de la República”. Con estas palabras, el presidente de la CEI, Ibrahime Coulibaly-Kuibiert, daba por concluido el recuento electoral en la madrugada de este martes y abría un periodo de enorme incertidumbre en Costa de Marfil. Sin embargo, también reconocía que 4.780 centros de votación no habían podido abrir sus puertas debido a las barricadas e incidentes, sobre un total de 22.381, y que, por tanto, 1.428.641 electores, el 19% del censo, no pudieron ejercer su derecho al voto. A partir de ahora la CEI debe transmitir estos resultados al Tribunal Constitucional para su validación definitiva a la espera de posibles recursos de la oposición.

Las misiones de observación de la Unión Africana (UA) y la Comisión Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) dieron por buenas las elecciones e incluso las consideraron “globalmente satisfactorias”, dijo la UA, pese a reconocer la existencia de incidentes graves. Sin embargo, varias organizaciones de la sociedad civil se mostraron mucho más críticas con el proceso electoral. “El contexto político y en materia de seguridad no ha permitido organizar unas elecciones presidenciales competitivas y creíbles”, aseguró el Centro Carter en un comunicado. Por su parte, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, expresó este martes su “profunda preocupación por las tensiones, provocaciones e incitaciones al odio que prevalecieron y persisten en torno a estas elecciones” y llamó al diálogo.

La candidatura de Ouattara, de 78 años y en el poder desde 2011, fue validada por el Tribunal Constitucional al considerar que la reforma de la Carta Magna aprobada en 2016 ponía el contador de mandatos a cero. La oposición, sin embargo, discrepa y mantiene su estrategia de “desobediencia civil”: considera que las elecciones no son válidas y que el mandato de Ouattara expiró el 31 de octubre. El lunes, Pascal Affi N’Guessan, líder del Frente Popular Marfileño (FPI), anunció la creación de un consejo nacional de transición presidido por Henri Konan Bédié, candidato del Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI). Su objetivo es crear un gobierno de transición, para lo que piden el apoyo de la comunidad internacional.

La reacción del Gobierno no se hizo esperar. Este martes, el ministro de Justicia marfileño, Sansan Kambilé, acusó a la oposición de “atentado y complot contra la autoridad del Estado y la integridad del territorio nacional” y dio traslado de los hechos a la Fiscalía para que los autores de este presunto delito fueran llevados ante la Justicia. Apenas una hora más tarde, las fuerzas del orden rodearon la residencia privada de Henri Konan Bédié en Abiyán, así como de otros líderes de la oposición, entre ellos el citado N’Guessan.

El temor que recorre a Costa de Marfil es que se produzcan nuevos actos de violencia entre seguidores de ambos bandos o con las fuerzas del orden. Desde que Ouattara anunció su candidatura en el mes de agosto hasta el día de los comicios se han registrado al menos 40 muertes. El día de las elecciones, las autoridades reconocieron cinco fallecidos y otras cuatro personas, miembros de una misma familia, murieron en Toumodi este domingo en un incendio provocado por las protestas. Numerosas carreteras del país están cortadas por barricadas improvisadas y los incidentes y enfrentamientos se producen casi a diario. Este lunes por la noche se escucharon disparos en Abiyán cerca de los domicilios de los principales líderes de la oposición.

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Alassane Ouattara, economista que llegó a ser el primer director adjunto africano del Fondo Monetario Internacional, llegó al poder en Costa de Marfil en 2011 tras unas ajustadas elecciones contra su rival, el entonces presidente Laurent Gbagbo. Aunque el Tribunal Constitucional otorgó la victoria a este último, Ouattara fue proclamado presidente gracias al apoyo de la comunidad internacional y a una rebelión armada que contó con el respaldo de las tropas francesas y de Naciones Unidas estacionadas en Abiyán. Los enfrentamientos costaron la vida a 3.000 personas. En los últimos años, Costa de Marfil ha mantenido un dinamismo económico positivo, pero la reconciliación de los dos bandos enfrentados en aquel conflicto sigue siendo una asignatura pendiente.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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