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Bolsonaro amenaza con darle puñetazos a un periodista y rompe la tregua con la prensa en Brasil

El presidente brasileño se molestó cuando le preguntaron sobre los depósitos que un exasesor de su hijo le hizo a la primera dama, Michelle Bolsonaro

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en el Palacio de Planalto en Brasilia, el 24 de agosto. En vídeo, el momento en el que Bolsonaro amenaza con pegar un puñetazo a un periodista.Foto: AFP | REUTERS

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, parecía que limaba asperezas con la prensa en las últimas semanas, pero volvió a atacar verbalmente a un periodista este domingo. Esta vez dijo que tenía “ganas de romperle la cara a puñetazos” a un profesional del diario O Globo que le preguntó por qué Fabricio Queiroz, un exasesor de su hijo Flávio Bolsonaro (senador por Río de Janeiro) transfirió 89.000 reales (alrededor de 16.000 dólares; unos 13.500 euros) a la cuenta de la primera dama, Michelle Bolsonaro. Queiroz es investigado por apropiarse de sueldos de empleados que trabajaban con Flavio mientras este era diputado por Río de Janeiro, entre 2003 y 2018.

En un primer momento, el presidente rebatió al periodista insinuándole las supuestas transferencias mensuales realizadas por Darío Messer, preso en la operación Lava Jato, a la familia Marinho, dueña de la cadena Globo y del diario O Globo. Tras la insistencia del periodista sobre los pagos realizados a la primera dama, Bolsonaro respondió: “Me dan ganas de romperte la cara a puñetazos, ¿está bien?”. El mandatario fue entonces cuestionado por otro reportero sobre esa nueva agresión a un profesional de la prensa, pero ignoró los cuestionamientos.

Con un histórico de agresiones verbales a periodistas, en vivo o en redes sociales, Bolsonaro se encontró esta vez con una reacción inesperada. Periodistas de otros medios, artistas y políticos repitieron en Twitter la pregunta que no quiso responder al periodista amenazado: “Presidente, ¿por qué su esposa Michelle recibió 89.000 reales de Queiroz?”. Fueron más de un millón de trinos durante el domingo, un mensaje nuevo con la pregunta cada 40 segundos, según el especialista en redes sociales, Fabio Malini. El tema acabó en los trending topic de la red social e incluso inspiró a los artistas. La caricaturista Laerte dibujó la pregunta que el mandatario brasileño no quiso responder.

Este lunes, Bolsonaro volvió a ofender a la prensa en el palacio del Planalto. Durante una charla sobre la covid-19, dijo que los medios solo hacen “maldades” y que lo habían destratado cuando él dijo que era fuerte para el virus por su pasado como atleta. “Si uno toma a un gilipollas entre ustedes [periodistas], que solo hacen maldades, la oportunidad de sobrevivir es mucho menor que la mía”, provocó.

El presidente parecía que buscaba pacificarse después de las crisis que él mismo generó en los últimos meses con sus agresiones a los periodistas. En los tres primeros meses de este año, Bolsonaro hizo 245 ataques contra el periodismo, según la Federación Nacional de Periodistas, incluyendo un grito para que un periodista se callara frente a sus electores. “Es lamentable que, una vez más, el presidente reaccione de forma agresiva y descontrolada a una pregunta de un periodista. Esa actitud no contribuye en nada al ambiente democrático y de libertad de prensa previsto en la Constitución”, protestó Marcelo Rech, presidente de la Asociación Nacional de los Diarios. “Es un intento de intimidar a la prensa, tratando así de impedir preguntas incómodas”, dijo el presidente de la Asociación Brasileña de la Prensa, Paulo Jeronimo.

Un Gobierno bajo presión

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El escándalo que involucra a Fabricio Queiroz, exasesor de la familia Bolsonaro, deja al Planalto bajo presión. La investigación principal es contra el senador Flávio Bolsonaro, que, así como Queiroz, es sospechoso en un caso de apropiación de parte del sueldo de sus empleados y supuesto lavado de dinero. La trama alcanzó a la primera dama a través de 21 cheques de Queiroz depositados en su cuenta, según un reportaje de la revista Crusoé. Las transacciones fueron realizadas entre 2011 y 2018, y fueron identificadas cuando la justicia levantó el secreto bancario de Queiroz.

En diciembre de 2018, cuando Bolsonaro aún no asumía la presidencia, se hizo público un pago de 24.000 reales (4.200 dólares) a la primera dama. Bolsonaro dijo entonces que aquello era parte del pago de un préstamo al exasesor de su hijo. Desde que las nuevas cantidades fueron reveladas, Bolsonaro no ha dado más explicaciones.

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