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El rocambolesco relato del exsoldado estadounidense capturado en Venezuela

El exmilitar Luke Denman afirma, en un vídeo grabado por las fuerzas de seguridad chavistas, que el objetivo de la incursión consistía en llevar a Maduro a Estados Unidos

Francesco Manetto
Nicolás Maduro muestra los pasaportes de los dos exsoldados estadounidenses capturados en Venezuela.
Nicolás Maduro muestra los pasaportes de los dos exsoldados estadounidenses capturados en Venezuela.Prensa Miraflores (EFE)

Un plan rocambolesco con exsoldados de las fuerzas especiales de Estados Unidos, militares disidentes del chavismo, una agencia de seguridad con sede en Florida y un contrato para ingresar en Venezuela y desalojar a Nicolás Maduro del poder. Son los ingredientes del relato de uno de los militares detenidos en el intento de incursión marítima desbaratado el pasado domingo en La Guaira, donde se encuentra el puerto que sirve a Caracas. Según su versión, difundida este miércoles por el mandatario en una conferencia de prensa, ese desembarco era el comienzo de una misión que buscaba sacar del país al sucesor de Hugo Chávez.

Declaraciones de Luke Denman, uno de los dos estadounidenses detenidos en Venezuela por un ataque marítimo frustrado.Vídeo: EFE

En esa operación, bautizada como Gedeón, murieron al menos ocho personas, fueron capturados varios oficiales venezolanos y también dos ciudadanos estadounidenses. El líder chavista mostró el vídeo de un interrogatorio realizado por las fuerzas de seguridad del régimen en el que uno de ellos, un antiguo miembro de las fuerzas experto en trabajos tácticos, Luke Denman, afirma que su objetivo era hacerse con el control del aeropuerto y llevarlo a Estados Unidos. Maduro dijo que ambos serán juzgados en Venezuela y anunció que solicitará la extradición de otro norteamericano, Jordan Goudreau, un ex boina verde que reivindicó la coordinación de ese operativo.

“Había tres pequeños grupos. En total había entre 50 y 60 hombres, 20 personas por grupo”, afirma Denman en la grabación. “Debía asegurarme de tomar el control del aeropuerto para que pudiéramos hacer un traslado seguro de Maduro hasta el avión", agrega. Su cometido consistía en hacerse con las comunicaciones de las torres de control para que los aviones pudieran aterrizar en el aeropuerto. La terminal de Maiquetía se encuentra cerca de las playas de Macuto y Chuao, donde se produjeron los intentos de incursión.

La tesis defendida por el chavismo se basa en un documento según el cual una compañía de seguridad norteamericana llamada Silvercorp, dirigida por Goudreau, ponía negro sobre blanco el objetivo de echar a Maduro. En ese contrato aparecen el nombre y la firma de Juan Guaidó, pero el líder de la oposición siempre ha rechazado estar involucrado en el plan, al igual que los Gobiernos de Estados Unidos y de Colombia, a los que el Ejecutivo venezolano atribuye la operación. Esas acusaciones no son nuevas. Hace un mes Clíver Alcalá, exgeneral chavista disidente y afincado en Colombia, antes de entregarse a la DEA, que lo involucra en una investigación internacional contra el tráfico de drogas, implicó a Guaidó en una conspiración para derrocar Maduro que, según su versión, se estaba organizando desde Colombia.

Alcalá habló tras la incautación, durante un control rutinario de la policía de tránsito colombiana, de un arsenal de armas. "Pertenecían al pueblo venezolano en el marco de un pacto o de un convenio firmado por el presidente Guaidó, el señor J. J. Rendón, el señor Vergara y asesores norteamericanos, desde hace muchos meses venimos trabajando en la conformación de una unidad libertad para Venezuela”, dijo entonces en referencia al consultor Juan José Rendón, al dirigente del partido Voluntad Popular Sergio Vergara. También aseguró que el líder opositor Leopoldo López estaba al tanto de la operación al igual que Iván Simonovis, hoy colaborador de Guaidó y hasta el año pasado uno de los presos políticos más antiguos de Venezuela.

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Tanto la oposición como las autoridades estadounidenses y colombianas niegan rotundamente estar detrás del plan, aunque todas siguen comprometidas con la salida de Maduro del poder, el comienzo de una transición y la celebración de unas elecciones libres. Maduro aseguró que su Gobierno llevará el caso ante la Corte Penal Internacional de La Haya (CPI) y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

“Vamos a la CPI, vamos al Consejo de Seguridad de la ONU. He dado instrucción directa al canciller y al profesor Samuel Moncada [representante permanente de Venezuela ante Naciones Unidas] para que preparemos una contundente denuncia”, mantuvo. En ese tribunal, que juzga crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, ya hay un pliego presentado por su Gobierno contra Washington, pero también está registrada una demanda, presentada por cinco países latinoamericanos, contra el propio Maduro por “graves violaciones de los derechos humanos”. El dirigente bolivariano culpa directamente a Donald Trump y a Iván Duque de haber amparado la incursión marítima y encabezar los intentos de acabar con el chavismo. Prometió presentar “un conjunto de informes, con videos y contratos correspondientes, sobre esta agresión de los Estados Unidos”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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