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Salvini redobla el ‘show’ ante la caída de apoyos

El líder de la Liga, desdibujado y tocado en los sondeos desde que comenzó la crisis de la covid-19, ocupa toda la noche del miércoles el Senado para protestar contra la gestión de Conte

Daniel Verdú
Mateo Salvini, este miércoles en el Senado italiano. / Twitter de @matteosalvinimi
Mateo Salvini, este miércoles en el Senado italiano. / Twitter de @matteosalvinimi

El nuevo Matteo Salvini lleva gafas de ver. El exministro del Interior es consciente de que tocará hablar mucho de economía en los próximos meses y de que el país buscará a alguien fiable para sacarlo de la crisis. Fuera del foco mediático por primera vez en los últimos dos años, trata de ofrecer una imagen más tranquila cuando habla, intuye que la gente ya tiene suficiente miedo como para añadir más leña al fuego. Pero en el partido hay nervios. Las encuestas advierten de que ha perdido unos siete puntos desde el comienzo de la crisis de la covid-19. También señalan que el primer ministro, Giuseppe Conte, posee hoy mayor confianza entre la ciudadanía y que su socia de coalición, la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, ha duplicado el apoyo a costa de sus votantes. El miércoles, quizá por ese motivo, volvió a recurrir al espectáculo que ha acompañado a la Liga Norte desde su fundación y ocupó el Senado para pasar ahí la noche con una mascarilla negra.

Los senadores y los diputados de la Liga pasaron toda la noche en sus bancadas de las respectivas cámaras. También invadieron en parte la de los otros partidos, para mantener la distancia social, dijeron. Salvini llevaba una mascarilla negra con la bandera de Italia. Protestaba contra el Mede (el mecanismo de rescate europeo), contra los certificados para salir de casa…, contra la gestión de Conte y la falta de respuestas al problema económico. Se fotografió en la máquina de café, lanzó varios tuits y se marchó para descansar y a ducharse justo cuando el Senado empezó a debatir. Luego volvió por la tarde para abroncar al primer ministro. “No hemos pasado la noche jugando a cartas, sino respondiendo a las preguntas de los italianos sobre alquileres, recibos e hipotecas, porque sobre esto nadie ha dado una ayuda”. Ninguno de sus socios de coalición, Hermanos de Italia y Forza Italia, quiso acompañarle esta vez.

Salvini, que basó su ascenso electoral en un eje temático formado por la inmigración y la seguridad, sigue encabezando todas las encuestas en Italia. Y la coalición de derechas que lidera continuaría por delante de las demás alianzas si hoy hubiera elecciones. Pero el equilibrio de fuerzas cambia sustancialmente y el sondeo publicado por el Corriere della Sera el pasado domingo, de la empresa Ipsos, comienza a dibujar un panorama menos favorable. El Gobierno se encuentra en el mejor momento y sube 18 puntos respecto al mes de febrero. Conte también escala en la aceptación ciudadana, manteniéndose como el líder mejor valorado a mucha distancia del segundo, que es hoy el ministro de Sanidad, Roberto Speranza. El líder de la Liga, en cambio, se deja ocho puntos en un solo mes mientras ve cómo el Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) recuperan algo de terreno.

La interpretación de Nando Pagnoncelli, autor del sondeo, es que en “Italia existe en este momento una demanda de cohesión y concordia”. “El miedo configura ahora muchas de las opiniones y visiones sobre la situación económica y sanitaria. Y hay un convencimiento de que en los momentos de gran dificultad y crisis, se necesita unidad. Y quien divide, tiende a no ser escuchado o a ser considerado un egoísta porque antepone sus intereses a los generales”, señala al teléfono.

La fotografía política del momento en Italia ilustra un panorama favorable para quienes han dado la cara en la gestión de la crisis. Los partidos que han intentado sacar rédito con la bronca política, salen penalizados. La gran excepción, y quizá hoy uno de los mayores dolores de cabeza para Salvini, es Giorgia Meloni. La líder del partido posfascista, descendiente del Movimiento Social Italiano (MSI), ha abandonado por primera vez la estela de la Liga y ha construido una identidad propia desde la que marca una senda ascendente. Esa distancia se vio de nuevo el miércoles, cuando Hermanos de Italia decidió no secundar a la Liga en la ocupación nocturna del Senado. “No la compartimos”, lanzó el partido. La estrategia, que también comienza a usar para recuperar cierto vigor Silvio Berlusconi, eterno líder de Forza Italia, funciona. “Se está llevando el voto de los desilusionados de la Liga”, apunta Pagnoncelli. Los límites de esa desilusión marcarán el comportamiento político de Salvini en las próximas semanas.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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