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Decenas de soldados muertos tras un ataque terrorista en Nigeria

Un convoy militar sufre una emboscada en Borno cuando se disponía a lanzar una ofensiva contra el grupo yihadista ISWAP

José Naranjo
Un soldado nigeriano sobre un vehículo militar en Maiduguri, capital de Borno, el pasado 16 de febrero.
Un soldado nigeriano sobre un vehículo militar en Maiduguri, capital de Borno, el pasado 16 de febrero.Afolabi Sotunde (Reuters)

Al menos 70 soldados nigerianos fallecieron este lunes en un ataque terrorista en el Estado de Borno, en el noreste de Nigeria, según aseguraron fuentes militares a la agencia AFP. Otros informantes elevan la cifra de fallecidos a un centenar. El ataque se produjo cuando un convoy militar se dirigía a llevar a cabo una acción contra el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP, en sus siglas en inglés) y, a su paso por el bosque de Alagarno, sufrió una emboscada. El Gobierno nigeriano no ha reconocido las bajas.

Los soldados participaban en la Operación Ayiso Tamonuma diseñada para combatir al ISWAP, un grupo terrorista que se ha mostrado muy activo en los últimos meses. Los terroristas lanzaron una granada contra un camión cargado de armamento y munición y provocaron la muerte de al menos 40 soldados en la explosión. Posteriormente se abalanzaron sobre el convoy. “Hemos sufrido muchas pérdidas”, aseguró una fuente militar anónima que añadió que un número indeterminado de soldados que quedaron con vida pueden haber sido secuestrados. El portavoz militar Sagir Musa confirmó el ataque, según recoge Reuters, que añade que los cuerpos de los fallecidos fueron llevados al hospital militar de Maimalari.

Aunque el ataque no ha sido reivindicado, todo apunta a que es obra del ISWAP, una escisión del grupo terrorista Boko Haram. Hace tan solo tres semanas, el Ejército nigeriano sufrió un golpe similar en Goniri, en el Estado de Yobe, en el que los yihadistas destruyeron numerosos vehículos y armamento. Asimismo, el pasado 9 de marzo este grupo publicó una serie de fotografías mostrando la ejecución de seis cristianos en supuesta venganza por el asesinato del líder del Estado Islámico, Abubaker al Bagdadi, el pasado mes de octubre.

Desde hace un año el ISWAP está bajo las órdenes de Abdullah Ibn Oumar al Barnaui, conocido como Ba Idrisa, quien sustituyó en el liderazgo a Abu Musab al Barnawi. Su principal base operativa se encuentra en el Lago Chad. Este grupo terrorista, que se separó de Boko Haram en 2016 por la rivalidad entre Abubakar Shekau, califa de este último grupo, y Al Barnawi, dirigente reconocido por el Estado Islámico, ha ido tejiendo redes de complicidad con la población local y ha ido sustituyendo al estado en cuestiones como la recaudación de impuestos, la vigilancia y control de caminos y carreteras, la atención sanitaria y la justicia.

Sin embargo, tras la llegada al poder de Ba Idrisa, el ISWAP ha desencadenado una nueva ofensiva tanto en Níger, donde ha estrechado lazos con el Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS) de Al Saharaui, como en Chad, el norte de Camerún y la propia Nigeria. La multiplicación de ataques y la respuesta del Ejército nigeriano han vuelto a elevar el nivel de violencia en Borno, Yobe y Adamawa, donde el conflicto con esta nebulosa yihadista dura ya 11 años y ha provocado unas 35.000 víctimas mortales y el desplazamiento de más de dos millones de personas.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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