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La UE explora la movilización de nuevos fondos a Turquía para los refugiados sirios

Las capitales barajan seguir apoyando a los migrantes a pesar del desafío de Erdogan

Lluís Pellicer
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, el pasado martes.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, el pasado martes.Dario Pignatelli/EU Council/dpa (Europa Press)

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha logrado poner a la Unión Europea contra la espada y la pared. Los países miembros ven en la apertura de la frontera de Turquía un chantaje a la UE para obtener concesiones. Pero a la vez, París o Berlín quieren mantener a toda costa los acuerdos con Ankara para evitar otra crisis migratoria como la de 2015. Sin apartar la vista de lo que ocurre en la frontera griega, Bruselas explora la posibilidad de movilizar fondos para ayudar a los refugiados sirios, más allá de los 6.000 millones comprometidos desde 2016.

Casi 100 días después de tomar posesión, el gabinete de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no ha podido ofrecer aún un nuevo pacto migratorio a los Veintisiete. En cambio, las tensiones en la frontera entre Grecia y Turquía hacen revivir la crisis que la UE vivió en 2015 y 2016 y a la que varias capitales atribuyen el ascenso de los movimientos nacionalistas, populistas y de extrema derecha.

Los países de la UE de momento han respaldado la política de mano dura ejercida por el Gobierno griego de Kyriakos Mitsotakis, al que ayudarán con hasta 700 millones de euros y efectivos de Frontex para contener la entrada de migrantes a Europa. “Los cruces ilegales no serán tolerados”, sostiene la declaración conjunta aprobada por los Veintisiete este miércoles.

Los socios de la UE rechazaron en ese documento los “fines políticos” que persigue Erdogan al abrir las fronteras. Sin embargo, no cerraron la puerta a recomponer relaciones con Ankara, a la que reconocen “el aumento de la carga migratoria”, los “riesgos que afronta en su territorio” y los “esfuerzos” realizados para acoger a 3,7 millones de migrantes y refugiados.

Los titulares de Exteriores discutían este jueves en Zagreb cómo abordar un conflicto en el que está involucrado un aliado de la OTAN que, sin embargo, no ha dejado de provocar, por ejemplo, con las perforaciones ilegales en el Mediterráneo Oriental. Aun así, la UE no quiere volver a revivir la situación de 2015. Y menos sin haber alcanzado antes un pacto sobre la migración. Por ello, París y Berlín quieren salvar el acuerdo con Ankara.

Fuentes diplomáticas admiten, sin embargo, que eso supone más dinero. La canciller alemana Angela Merkel, de hecho, ya prometió a Erdogan el mes de enero en Estambul más fondos para ayudar a los refugiados sirios. De momento, el Ejecutivo comunitario ha aprobado este jueves asignar 50 millones de euros a proyectos de salud fuera del paraguas de ese acuerdo y, por tanto, adicionales a los 6.000 millones que la UE acordó con Turquía en 2016 para ayudas a los refugiados sirios. Según la Comisión Europea, de estos, 4.700 millones han sido ya contratados y el resto está prácticamente asignado.

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Otras fuentes diplomáticas aseguraron que aún no hay una cantidad para poner sobre la mesa de Erdogan, pero coincidieron en que mantener la cooperación con Turquía significa buscar más fondos. Puesto que la UE se halla en plena negociación del Presupuesto para el periodo 2021-2027, lo más factible sería movilizar una cantidad puente entre el último programa, el FRIT II, y el que se enmarque en las nuevas cuentas. Pero estas fuentes advierten: “Amtes deberá quedar claro que Erdogan vuelve a hacer su parte del trato”. La Comisión prefiere aguardar a que esa cantidad tenga el visto bueno de las capitales. “No hay una oferta formal por parte de la UE a Turquía”, dijo un portavoz de la Comisión.

Borrell aboga por “mejorar relaciones” con Rusia y Turquía

El Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, instó a “mejorar” desde “varios puntos de vista” las relaciones del bloque comunitario con Rusia y Turquía a pesar de que estas son “difíciles”. En la reunión informal de ministros de Exteriores en Zagreb, Borrell recordó que la crisis de Turquía está estrechamente vinculada a la provincia siria de Idlib, a cuya crisis humanitaria la UE destinará 170 millones. Borrell criticó a Ankara por hacer creer a los migrantes que las fronteras estaban abiertas, pero admitió la relevancia de Turquía en asuntos sobre la seguridad de la UE.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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