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La oposición repite una victoria en Estambul que debilita a Erdogan

Ekrem Imamoglu amplía la ventaja en casi 9 puntos sobre Binali Yildirim, el candidato del AKP, que reclamó la repetición de los comicios de marzo

Imamoglu se dirige desde un autobuis a cientos de simpatizantes tras la victoria. En vídeo, declaraciones de Ekrem Imamoglu.
Andrés Mourenza

La oposición socialdemócrata de Turquía logró este domingo una victoria histórica frente al partido del presidente Erdogan al hacerse con la mayor alcaldía del país, el Ayuntamiento Metropolitano de Estambul, en la repetición electoral de los comicios celebrados en marzo y luego anulados. Y lo hizo, además, de manera incontestable tras 25 años de dominio islamista. El candidato del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Ekrem Imamoglu logró el 54% de los 8,8 millones de votos. Hasta este año virtualmente desconocido de la política turca, Imamoglu se ha convertido en un símbolo de la oposición al mandatario.

“Continuaremos vigilando que el reloj democrático de Turquía siga funcionando”, dijo Imamoglu en su primera comparecencia tras la victoria con casi 9 puntos de diferencia sobre su contrincante, Binali Yildirim, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del presidente, Recep Tayyip Erdogan. “Hoy, los 16 millones de habitantes de Estambul han renovado su fe en la democracia y su confianza en la justicia. Esto no ha sido solo obra de quienes me votaron, sino de todos los ciudadanos que nos han ayudado a llevar a cabo estas elecciones con gran madurez y calma”.

La campaña no ha sido precisamente calmada. La tensión ha dominado el ambiente en estos casi tres meses desde la elección del 31 de marzo, en la que Imamoglu venció por un mínimo margen de votos (menos del 0,2%), pero que fue anulada por la Comisión Electoral tras aceptar el recurso del islamista AKP, que alegó irregularidades. En ese periodo, el jefe de la oposición y presidente del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, sufrió un intento de linchamiento por parte de seguidores de la coalición islamo-ultraderechista que gobierna en Turquía. También varios periodistas vinculados a la oposición fueron atacados y todo tipo deacusaciones fueron vertidas sobre Imamoglu, como una supuesta vinculación a golpistas o terroristas.

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En un cambio de discurso, Yildirim reconoció temprano su derrota y felicitó a su adversario: “Trataremos de ayudar a Imamoglu en todo lo que beneficie a los estambulíes”. El mismo tono empleó el nuevo alcalde electo: “Respetaré a todos los ciudadanos cualquiera que sea su elección política u origen étnico, turco, kurdo, circasiano, armenio o griego. Jamás atacaré el modo de vida de otros ciudadanos [sean laicos o religiosos]”. Además, hizo un llamamiento a Erdogan a trabajar juntos. “Estoy listo para colaborar en armonía contigo en los temas que más urgen a Estambul, como la protección contra terremotos, la construcción del metro, la situación de los refugiados...”, afirmó.

Para Erdogan, estos resultados son un importante varapalo que le debilitan. No solo porque el control de la alcaldía de Estambul garantizaba a su partido el acceso a importantes fondos —casi 10.000 millones de euros de presupuesto si se incluye la treintena de empresas municipales que controla— que había utilizado para mantener engrasada sus redes clientelares, sino por el efecto simbólico. La frase “quien gana en Estambul, gana en Turquía”, que habitualmente se atribuye a Erdogan, responde bien a la radiografía social, religiosa y étnica que es la metrópolis del Bósforo respecto al resto del país. Además, Imamoglu, al proceder de una familia religiosa, ha roto con la dicotomía que equiparaba al CHP exclusivamente con los segmentos más laicos de la sociedad y al AKP con los religiosos. Imamoglu venció en 29 de los 39 distritos de Estambul, incluidos bastiones conservadores como Fatih, Üsküdar o Eyüp.

No ha funcionado la estrategia de la facción del partido de Erdogan que insistió en volver a las urnas. Si en marzo se hubiese permitido al candidato opositor ponerse al frente del Ayuntamiento de Estambul con la pequeña ventaja lograda y la sombra de un presunto fraude planeando sobre las elecciones, Imamoglu habría sido un alcalde con una legitimidad cuestionada, además de estar limitado en sus funciones por la mayoría de la que gozan los islamistas en la asamblea municipal.

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Ahora, en cambio, tras haber sometido a la población a una segunda votación, tras haber dado al político socialdemócrata el barniz de víctima de un sistema injusto y haberse enfrentado a un candidato como Yildirim, que tenía a su disposición todos los recursos del Estado y el apoyo de los grandes medios de comunicación, Imamoglu se ha convertido en una figura política de primer nivel, capaz de hacer sombra al hasta ahora todopoderoso presidente.

Movimientos en el AKP

Probablemente estos resultados tendrán consecuencias en el AKP. Ya ha habido movimientos de antiguos dirigentes que en los últimos años habían sido apartados de la cúpula —el ex primer ministro Davutoglu, el exministro Babacan y el expresidente Gül— y en torno a los cuales había rumores sobre una posible escisión. Ayer, nada más conocerse la victoria de Imamoglu, el exdiputado del AKP Samil Tayyar cargó contra los círculos cercanos a Erdogan: “Las elecciones las perdimos el 6 de mayo [el día que la Comisión Electoral decidió repetirlas]. Ha llegado el momento de que aquellos que dan información falsa a nuestro presidente paguen por ello”.

Cuatro días antes del voto de este domingo, Erdogan amenazó a Imamoglu con posibles consecuencias legales por un incidente durante la campaña. Según algunos medios, el político socialdemócrata llamó “perro” al delegado del Gobierno de la provincia de Ordu por no permitirle usar la sala VIP del aeropuerto. “Si nuestro delegado del Gobierno de Ordu lleva a la justicia este tema, que lo hará, la decisión que tome el tribunal podría cerrar el camino [político a Imamoglu]”, advirtió el presidente. De ocurrir —lo debería saber Erdogan, quien tras su paso por la cárcel en 1999 reforzó su aura de mártir—, posiblemente contribuiría a agrandar la figura de un Imamoglu que, ahora, es la principal esperanza de la oposición para romper casi dos décadas de dominio del mandatario islamista.

Una jornada de votación en calma y con gran participación

Pese a las fechas de inicio de verano, con las escuelas cerradas y los más pequeños de vacaciones, la jornada de votación en Estambul ha estado caracterizada por una gran afluencia a las urnas. Según el recuento, votó el 84,4% de los 10,6 millones de votantes registrados, una cifra ligeramente superior a la participación registrada en marzo (83,8%).

Muchos electores regresaron a Estambul desde sus residencias estivales en autobús, coche, barco o avión simplemente para votar, y después volvieron a su retiro. Incluso los más enfermos votaron. De acuerdo con datos del ministro de Sanidad, Fahrettin Koca, 1.550 pacientes ingresados en diversos hospitales fueron transportados por los servicios sanitarios en ambulancias hasta los colegios electorales.

Tras conocerse los primeros resultados han llegado los bocinazos, los gritos y la música. Los barrios opositores de Estambul se han convertido este domingo por la noche en una fiesta. Los vecinos se han echado a las calles, pero en ningún sitio como en el distrito de Besiktas, donde Imamoglu ha cosechado el 84% por ciento de los votos, frente al 15% de su oponente.

Besiktas es una de las zonas de ocio preferidas de Estambul y los bares han sufrido el incremento de los impuestos al alcohol impuestos por el Gobierno islamista y las trabas a los locales nocturnos decretadas por la alcaldía. Miles de personas, sobre todo jóvenes, se echaron a la calle, con bengalas, banderas y, sobre todo, cervezas en la mano para festejar la victoria de la Estambul que bebe y se divierte.

“Tengo 21 años y durante toda mi vida sólo he visto victorias de ellos, ahora por fin hemos ganado nosotros. A partir de ahora todo irá bien”, ha dicho en Besiktas una estudiante de Políticas: “Como mujer, además, espero que se refuerce el laicismo en esta ciudad”.

“Durante años hemos luchado por la justicia, así que para nosotros, este 23 de junio es una fiesta. Estoy muy feliz”, ha asegurado Mahi, música de profesión: “Esto puede ser el principio del fin del AKP, porque Erdogan en algún momento terminará su mandato pero el pueblo que defiende los principios de Mustafá Kemal Atatürk [el fundador de la Turquía laica]”.

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