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La triple cumbre de La Meca azuza la guerra verbal entre Irán y Arabia Saudí

Teherán acusa a Riad de sembrar la división en Oriente Próximo y hacer el juego a EE UU e Israel

Ángeles Espinosa
El rey Salman, durante la reunión del Consejo de Cooperación del Golfo, este viernes en la Meca.
El rey Salman, durante la reunión del Consejo de Cooperación del Golfo, este viernes en la Meca.BANDAR AL-JALOUD (AFP)

La triple cumbre de La Meca está azuzando la guerra verbal entre Irán y sus rivales árabes apoyados por Estados Unidos. La República Islámica ha acusado este viernes a Arabia Saudí de “sembrar la división” en Oriente Próximo. Unas horas antes, el rey Salmán había apelado a la comunidad internacional a usar “todos los medios” para frenar a Teherán ante la sesión extraordinaria de la Liga Árabe. Irak, un país árabe que mantiene buenas relaciones con Irán, ha objetado los términos del comunicado final.

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“Pedimos a la comunidad internacional que asuma sus responsabilidades respecto a la amenaza que plantean las prácticas iraníes para la paz y la seguridad globales, que use todos los medios para impedir que el régimen iraní interfiera en los asuntos internos de otros países y patrocine actividades terroristas en la región”, declaró el monarca saudí esta madrugada ante los otros 21 representantes de la Liga Árabe.

Su intervención inauguraba una de las dos cumbres extraordinarias que había convocado tras los ataques contra objetivos petroleros en su país y en aguas de Emiratos Árabes Unidos. Con anterioridad, se había celebrado la del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que reúne a las seis monarquías de la península Arábiga. Ambos cónclaves respaldaron el derecho de Riad y Abu Dhabi a defender sus intereses. Esta noche se celebrará la tercera de las citas, la reunión anual de la Organización para la Cooperación Islámica.

Sin embargo, el presidente iraquí, Barham Salih, marcó distancias con esas conclusiones. Salih manifestó que a los Estados árabes e islámicos les interesa la seguridad y la estabilidad de Irán, que describió como “un país musulmán y vecino de Irak”. “Esperamos que su seguridad no sea un objetivo porque compartimos 1.400 kilómetros de frontera y relaciones diversas”, explicó en referencia a los lazos comerciales, culturales y religiosos entre ambos. Dos tercios de los iraquíes siguen la rama chií del islam, que es la confesión oficial de la República Islámica (donde la práctica el 90 % de la población).

Bagdad, que aún no se ha recuperado de la guerra contra el Estado Islámico (ISIS) y la invasión estadounidense de 2003, ha logrado mantener buenas relaciones tanto con Washington como con Teherán, a pesar de la enemistad entre estos. No obstante, la relación con EE UU también se ha tensado desde que el presidente Donald Trump decidió abandonar el acuerdo nuclear firmado en 2015 con Irán y reimponer sanciones a este país. La Casa Blanca trata de convencer a los dirigentes iraquíes para que limiten el poder de las milicias chiíes, que contribuyeron a la derrota del ISIS pero cuyo respaldo por la República Islámica las pone bajo sospecha. Ahora, los iraquíes temen convertirse en el campo de batalla de un eventual enfrentamiento entre Irán y EE. UU.

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Teherán se ha apresurado a desmentir como “carentes de fundamento” las acusaciones de la cumbre árabe. “Hemos visto el esfuerzo saudí para movilizar a los países vecinos como parte del desesperado proceso seguido por Estados Unidos y el régimen sionista [Israel] contra la República Islámica de Irán”, ha declarado el portavoz del Ministerio de Exteriores, Abbas Musavi, citado por la agencia estatal IRNA.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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