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Un niño con parálisis cerebral y electrodependiente muere tras un corte de luz en su casa

El menor, de 5 años de edad, necesitaba asistencia respiratoria artificial constante y estuvo 14 horas sin electricidad. El suceso ocurrió en el barrio de Villa Centenario, al sur de Buenos Aires

Sebastian Rose (GETTY)

Un niño de 5 años con parálisis cerebral y dependiente las 24 horas del día de un respirador artificial murió en Argentina después un corte de suministro eléctrico el pasado 18 de junio. Valentino Ladislao murió en su casa en el barrio de Villa Centenario, al sur de Buenos Aires. El pequeño pasó 14 horas sin electricidad hasta que falleció, acompañado de su madre. La compañía asegura que desconocía la situación del menor, pero la madre ha denunciado que no hicieron caso a sus advertencias cuando llamó por teléfono porque la familia se encuentra en la lista de morosos. Desde 2017 el servicio para los electrodependientes es gratuito por ley, sin embargo, el suceso ha dejado al descubierto que la información no llega a todos los sectores.

El niño sobrevivía con una traqueotomía y necesitaba un aspirador para las mucosidades y un concentrador de oxígeno

La familia despidió este domingo al menor que murió hace una semana. Su cuerpo fue trasladado el lunes pasado a la morgue Judicial para determinar en concreto la causa de su muerte. La Asociación Argentina de Electrodependientes (AAE) espera el resultado final de la autopsia para iniciar las "acciones legales que correspondan" y piden mayor responsabilidad tanto de las compañías eléctricas —que tienen acostumbrados a los usuarios a cortes de luz—, como al sistema sanitario.

“La pérdida física de Valentino fue consecuencia de una larga cadena de responsabilidades que falló y se cobró una vida inocente”, lamenta la organización en un comunicado. La AAE exige además al Gobierno que dé a conocer a la población la Ley aprobada en 2017, que protege a los electrodependientes concediéndoles la gratuidad del servicio y obligando a las empresas distribuidoras a entregar una fuente alternativa de energía.

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La AAE se quejó de que la madre no sabía nada de la ley y no inscribió a su hijo en el registro de electrodependientes. Agregan que por parte de la compañía eléctrica Edesur, al no tenerlo identificado, no le envió un grupo electrógeno pese a las “incesantes advertencias” telefónicas que hizo alertando sobre la situación.

Valentín necesitaba de la energía eléctrica para vivir, tras un accidente con un cristal que se le incrustó en el corazón cuando apenas tenía 3 años. El vidrio provocó una obstrucción en un ventrículo que le causó la parálisis. El niño sobrevivía con una traqueotomía y necesitaba un aspirador para las mucosidades y un concentrador de oxígeno.

Al quedarse sin luz a las 7 am, la madre del niño, Mariana Medina, se acercó a un grupo de operarios que trabajaban en una obra en la calle y le dijeron que hasta las 19.00 no se volvería a restablecer el servicio. Medina contó en declaraciones al diario Clarín que llamó a la compañía pero al deber 60.000 pesos de factura (unos 2.200 dólares al cambio) no le daban la información sobre el corte. “Yo avisé de que tenía un nene electrodependiente, que sin luz podía morir”, cuenta. En un primer momento descartó llevar al niño al hospital porque “los médicos siempre me decían que había que llevarlo solo en situaciones extremas para evitar las infecciones intrahospitalarias”, explica. La luz no se restableció en el horario previsto y trataron de poner en marcha un viejo generador que no funcionaba. El niño murió a las 21.10 de la noche.

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